Zumos de fruta, los engordadores inesperados
Plátanos, naranjas, melocotones… Muy saludables, pero ¿debes tomarlos en zumo si estás a dieta?
Nadie niega que la fruta es muy sana. El 99 % de las variedades tienen menos de 90 kilocalorías por cada 100 gramos. ¿Por qué, entonces, está prohibida en muchas de las dietas milagro actuales?
Pensemos, por ejemplo, en la famosa dieta Dukan. En sus primeras fases, que pueden durar varias semanas, no se permite tomar ni una sola pieza. Este régimen se basa en un consumo masivo de proteínas y en la supresión de cualquier tipo de hidratos de carbono y azúcares. El objetivo es hacer entrar al organismo en un estado de cetosis, una situación metabólica en la que el cuerpo, al no recibir energía, se ve obligado a tirar de las reservas; es decir, que quema grasa.
Dado que la fruta contiene azúcares –fructosa–, se elimina de la alimentación para que su consumo no rompa la cetosis. A cambio, la persona debe tomar suplementos de vitaminas y minerales para paliar los desequilibrios y carencias nutricionales acarreados por este régimen.
Entera, mejor que en zumo
Hemos hablado de la fructosa, uno de los puntos clave en lo que respecta a si la fruta es o no adecuada en las dietas adelgazantes. Es cierto que este alimento contiene azúcares, pero también aporta vitaminas, minerales, fibra y otros fitonutrientes. Tal riqueza nutritiva explica que los expertos recomienden el consumo de frutas enteras y desaconsejen los zumos.
Puede que nos sorprenda, pero tanto la OMS como la Asociación Americana del Corazón y la Asociación Americana de la Diabetes relacionan el consumo de zumos con la obesidad. Para obtener un vaso de jugo, exprimimos tres o cuatro piezas de fruta, y eso nos hace creer que es una bebida muy sana.
Más calorías de las que crees
Pero lo que obtenemos es agua con todo el azúcar de esos alimentos, y nada de su fibra. “Cuando te bebes un vaso de zumo de naranja te estás tomando, muchas veces de un trago, el azúcar de tres naranjas, unos azúcares que se absorben demasiado rápido y provocan una respuesta metabólica diferente a la que se da cuando te comes una naranja entera. Además, al no tener fibra, no te da sensación de saciedad: nunca nos tomaríamos tres naranjas de golpe”, explica Manuel Moñino, presidente del Comité Científico de la asociación 5 al día, una organización sin ánimo de lucro que desde el año 2000 fomenta en España el consumo diario de frutas y hortalizas frescas.
De hecho, en 2016, el portal estadounidense MedlinePlus publicó que un adulto puede engordar hasta cinco kilos al año si bebe dos zumos naturales de naranja al día sin reducir su ingesta calórica o hacer más ejercicio.
Piensa en un bufé de desayuno. ¿No es habitual que te tomes más de un zumo? Pues tal vez estés ingiriendo la glucosa de seis u ocho frutas… y muy poco de sus nutrientes.