24 noviembre 2024

El monumento a la Constitución del Violón, a los emigrantes en Renfe, a Primo de Rivera en Bibataubín o la estatua de Gallego Burín que iba en Pescadería duermen en naves fantasma lejos de los ojos de Granada | Mientras unas están protegidas como patrimonio municipal otras están en manos privadas, sin terminar de pagar o directamente bajo el manto de la justicia

La responsable de Patrimonio del Ayuntamiento de Granada sonríe. Se sabe la respuesta. Bajo el edificio de la Policía Local de la Huerta del Rasillo hay varias plantas subterráneas que guardan los tesoros del patrimonio municipal de Granada. Se acerca a un anaquel y desenvuelve con cuidado una especie de trapo del tamaño de una sábana y aparece la cabeza de un Neptuno, que sostiene con dos manos. Perfectamente embalado para su conservación, es el que presidía en su día la fuente del jardín francés del Carmen de los Mártires.

«Ahora vamos a rehabilitar todo el conjunto escultórico. Se ha logrado financiación con la Junta de Andalucía y los trabajos comenzaron en marzo», dice. «Se va a restaurar según el diseño original -añade- y se van a realizar réplicas para que la conservación de las estatuas originales sea perfecta». Es la forma de trabajar del Ayuntamiento de Granada con su patrimonio, lenta pero segura ante una belleza que conjuga con riqueza, de la que la ciudad puede estar orgullosa.

Es la primera de las buenas noticias que trascienden durante esta visita a los almacenes municipales. La siguiente es que, perfectamente desmontado, se encuentra el monumento a la Constitución que se encontraba en el Paseo del Violón y que fue retirado por dos motivos. El primero fueron las obras del aparcamiento subterráneo. El segundo, según la entonces concejala Isabel Nieto, porque se reubicaría -ya que en su lugar se encuentra actualmente el homenaje al flamenco- en La Caleta cuando se terminen las obras del Metro, de forma que la avenida de la Constitución estaría presidida en un extremo por este conjunto y por el otro, ya en el Triunfo, por la gran bandera de España.

Emigrantes

Mientras todo esto sucede, las columnas, piedras y basamentos, así como los adornos de coronas laureadas, la gran granada y los bronces con las diversas frases y dedicatorias duermen el sueño de los justos hasta que vuelvan a ver la luz y se aparezcan a los ojos de Granada.

Ocurre lo mismo con el homenaje al Emigrante, que ya está terminado y pagado y reside en la nave donde trabaja su autor, Balbino Montiano. «Sólo le queda la pátina final, para que luzca bella», confirma. Esta estatua está costeada por la asociación AGER de emigrantes retornados y también espera, silente, ver de nuevo la luz.

ALFREDO AGUILAR

No se sabe sin embargo qué sucederá con las donaciones de la catedrática Carmen Jiménez Serrano, la decana de la escultura en Granada y autora de una bella obra que luce en la entrada del Hospital Real de la UGR. Fallecida el año pasado, donó cuatro de sus esculturas, dedicadas a loar la feminidad, a cambio de que se ubicaran en la ciudad.

Pasa el tiempo, confirma su custodio «y no sabemos nada de lo que pueda pasar con ellas y aquí están, cubiertas de polvo, con lo bellas que son».

Son muchos los ejemplos de esculturas y monumentos que, cada una en su momento, centran el debate público. Ocurrió con la Piedad del cementerio de San José, que cuando fue descubierta fue criticada por inapropiada. Sin llegar a ver la luz, el colegio de Abogados se quedó sin su homenaje a la Justicia que quiso ubicar en Plaza Nueva y Fray Leopoldo tuvo que viajar desde el Arco de Elvira hasta los jardines del Triunfo. No fueron los únicos. La estatua de Fray Luis de Granada estuvo en Bib Rambla antes de estar en Santo Domingo y la propia Isabel la Católica y Colón estuvieron en el Paseo del Salón.

Prisioneras de su época

Un destino más oscuro tiene la estatua dedicada al alcalde Gallego Burín, que nunca llegó a ser instalada en el lugar previsto, la plaza Pescadería del centro de la ciudad y ahora luce en el jardín del taller de su autor, el insigne Miguel Moreno.

«Está incluso sin terminar de pagar», confirma el escultor. «Y su hijo, Gallego Morell, me dijo que prefería que se quedara aquí en el jardín en Santa Fe si no se ubicaba en el centro histórico de su querida Granada».

ALFREDO AGUILAR

Queda por contar la triste historia que cae sobre la escultura de Bibataubín, el homenaje a Primo de Rivera que la Fiscalía obligó a retirar para que se cumpliera la ley de la Memoria Histórica. Hoy descansa tan olvidada como una antigua lección de historia, en manos de un custodio privado que reconoce que la tiene «porque me pidió el favor el anterior concejal de Cultura. ‘Cuatro días, que es agosto’, me dijo. Y lleva aquí dos años».

Por su parte, el Ayuntamiento de Granada informa que le consta que se entregó en donación a la familia del escultor López Burgos. Así que lo que queda es un ligero enredo sobre la propiedad y el futuro de una obra de arte que, como las otras, también se encuentra en el cementerio de las estatuas.

http://www.ideal.es/granada/cementerio-estatuas-20170712011206-nt.html