La rapidez y gravedad con la que se están sucediendo los acontecimientos en Cataluña ha empezado a preocupar y mucho a los analistas económicos. El desafío permanente de los separatistas a las leyes y al Estado ya ha comenzado a afectar al consumo, a la inversión y al turismo.

Decenas de empresas tienen ya aprobados planes de contingencia para salir de Cataluña, si el presidente de la Generalidad va hasta el final y acaba realizando una declaración unilateral de independencia, aunque como ya le han avisado pueda llevarle a la cárcel. Lo cierto es que en las últimas semanas, el comercio se ha visto afectado.

Las manifestaciones en la calle, los cercos a la Guardia Civil, las llamadas a echarse a la calle, y que pueden acabar en mayor violencia, están provocando que los ciudadanos catalanes, sobre todo en Barcelona, estén reduciendo sus compras.
También se está notando, según las agencias de viajes, en el turismo y sobre todo en el procedente del resto de España. Se están anulando reservas o sencillamente no se están produciendo.

Como consecuencia de este clima de crispación total y de incertidumbre, obviamente las empresas están retrayendo inversiones. Los empresarios necesitan seguridad y está claro que hoy por hoy Cataluña no la ofrece.

Cierto que el estado de derecho está respondiendo con todas sus armas a este golpe, pero, el desafío es total y nadie sabe qué pasará el 1-O y menos los días siguientes. Desde luego no es el clima ideal para plantearse inversiones. De Guindos explicaba el lunes que incluso una gran empresa del sector del automóvil estaba planteándose no establecerse en Cataluña.

También el presidente del Círculo de Empresarios advertía del daño que está haciendo a la economía y no sólo catalana, del deterioro de la convivencia que está provocando la actitud antidemocrática de los dirigentes catalanes.

Carmen Tomás

A %d blogueros les gusta esto: