Todavía persiste la incredulidad del riesgo ambiental en el turismo. Por (*) Arturo Crosby

Es muy curioso como todavía gran parte del sector turístico no se toma en serio, no cree, no lo entiende o prefiere no saber, como el medio ambiente, las variables ambientales pueden afectar directamente a su negocio, tanto a nivel empresarial, como a los destinos turísticos.

Esta vez, no mencionaré el #cambioclimatico, sino el cambio global ambiental que estamos teniendo en estas últimas décadas y que seguro seguiremos teniendo en las próximas 50 décadas, por dar un numero.

Si sabemos que nuestro planeta al fin y al cabo es un ecosistema, un conjunto interconectado, donde la alteración de cualquier elemento afecta al conjunto del sistema, es fácil imaginar entonces que el factor ambiental afecta y cada vez más al sector del turismo, ya que tanto su existencia física, en espacios o territorios, donde es imposible crear burbujas o domos artificiales que aíslen de todo tipo de impactos externos, aunque quien sabe si ya a alguno se le ha ocurrido esta idea…como el entorno donde se desarrolla cualquier actividad turística, está sujeta a las alteraciones ambientales.

Predecir estos cambios, conlleva un riesgo de error cuantitativo, pero lo cierto es que sabemos que la temperatura global aumenta, que los ciclos atmosféricos cambian incluyendo lluvias, huracanes, ciclones, etc. que en muchos otros sitios, como en España, la sequía se pronuncia todavía más y con tendencia a empeorar y por supuesto sin incluir otros fenómenos como los sísmicos.

Hace apenas unos días, el norte de Portugal, Galicia, Asturias o California, han sufrido una oleada de incendios desastrosa, quemando solo en la región de Galicia mas de 35.000 Ha. Muy posiblemente algunos pensaran que ese desastre natural, afecta a los pueblos, al bosque, etc. olvidándose que ese patrimonio natural, es en gran parte la motivación principal o secundaria de viajar para muchos turistas.

Si un recurso se pierde o se deteriora considerablemente, sería imposible fabricar producto, como en este caso el turístico y sin embargo parece que no se cae en cuenta. Quizás porque esta industria de servicios, es la única o de las pocas, en el mundo, que usa estos recursos naturales y no paga por ellos. Lo peor es que no contribuye directamente a su protección y gestión eficaz.

Recientemente visitando un destino turístico de aventura, denominado además capital turística, en América del Sur, me quede asombrado cuando los ríos que usan para llevar a cabo dicha actividad turística, están contaminados y donde varios hoteles vertían sus aguas residuales sin depurar directamente a su cauce.

Esto me recordaba a la campaña que hizo Greenpeace de viajar a los ríos mas contaminados de México y del mundo: ¿recuerdan? Si bien dicho río no tenía ese aspecto, los turistas hacen rafting en ese entorno, que mejor no caerse al agua, aunque la gente se bañe y los responsables tanto privados (Empresas) como públicos prefieran ocultarlo.

Pues sí, los destinos turísticos no están aislados y en burbujas de cristal a prueba de todo y claro que le afecta todo tipo de impactos ambientales, algunos empeorados por la actividad humana y muchos de ellos se pueden corregir, evitar o minimizar y otros obviamente se salen de cualquier control humano y por tanto turístico.

Quizás ya va siendo hora, que el turismo crea en la #Sostenibilidad, pero en mayúscula y que de alguna manera retorne parte de sus beneficios en los recursos de los cuales se beneficia.

Un cordial saludo,

Arturo Crosby

Editor Natour

 

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