REPRODUCIMOS EL MANIFIESTO FIRMADO POR INSTITUCIONES Y ASOCIACIONES DE MUJERES DE LA PROVINCIA DE GRANADA REUNIDAS EN LA PLATAFORMA 25N


Este 25 de Noviembre, una vez más, la lucha feminista sale a la calle para gritar con fuerza ¡basta de violencia machista! Basta de una sociedad patriarcal y capitalista que tolera y ejerce todos los días violencia contra las mujeres. Hoy nos levantamos juntas contra la amenaza patriarcal que nos condena a sufrir violencia de forma cotidiana y que mata mujeres mes a mes. Hoy nos unimos para gritar que
¡nos queremos vivas!

Los motivos nos sobran: Vivimos en un país en el que el 32% de los adolescentes justifica golpes dentro de la pareja y el 26% presenta sexismo hostil. En el que cada año se reciben 140.000 denuncias por violencia machista. En el que se registra una violación cada 7 horas y se callan otras muchas.En el que el ciberacoso, dirigido en un 70% a chicas, está cada vez más extendido.

2016 dejó 78 feminicidios, y en lo que llevamos de 2017, 70 asesinos han matado a 70 mujeres. Hemos tenido que contar más de 1.000 mujeres asesinadas en 10 años.Ante esta desoladora situación, nos encontramos con un sistema judicial que, lejos de ofrecer garantías, se sigue mostrando incapaz de ofrecer salidas seguras, cuando no se posiciona directamente del lado de los maltratadores.

Así, de forma sistemática, cuando acudimos a denunciar las violencias que sufrimos como mujeres se nos cuestiona, se nos humilla y se nos deja desprotegidas. Mucho tiene que ver la falta de formación de género de lxs profesionales, pero no podemos olvidar que la raíz del problema no es más que la ideología machista que impregna nuestra sociedad y, por ende, todas sus instituciones.

El carácter patriarcal del sistema judicial ha quedado en evidencia de forma flagrante en el caso de Juana Rivas, a la que una sentencia ha obligado a entregar a sus hijos a un padre maltratador. Esta decisión judicial, basada en mitos machistas sin fundamento científico ni jurídico, como el llamado Síndrome de Alienación Parental, es injusta e irresponsable, y merecedora de ser sancionada con la inhabilitación profesional.

El caso de Juana ha puesto de manifiesto una vez más la violencia institucional contra las mujeres, que se suma a la violencia económica, simbólica, física, psicológica y sexual que enfrentamos diariamente. Además, ha quedado al descubierto una de las caras más invisibilizadas de la violencia machista: la desprotección de lxs menores víctimas de la misma. Obligarles a convivir con los maltratadores es condenarles a seguir sufriendo violencia y exponerles a una situación de alto riesgo, como demuestra la dolorosa cifra de 8 niñxs asesinadxs por sus padres maltratadores en lo que va de año.

Sin embargo, a pesar de esta terrible realidad, el sistema no cede en su empeño de implantar la custodia compartida impuesta; sin analizar por qué sólo un 8% de los varones solicitan la custodia, sin considerar por qué el 70% del trabajo de cuidados sigue recayendo sobre nosotras, sin atajar el problema del impago de las pensiones y sin pensar en la seguridad de lxs menores. Es decir, obviando el sistema patriarcal que causa la desigualdad en el cuidado de lxs hijxs, e imponiendo judicialmente un régimen de custodia que no tieneen cuenta el
bienestar de lxs menores, ni siquiera en las situaciones de violencia.

Esta falta de perspectiva feminista se extiende más allá del sistema judicial. Así, desde todas las instituciones se sigue victimizando a las mujeres, justificando a los maltratadores y tratando como individual lo que es un problema profundamente arraigado en nuestro sistema social y económico. Además, se sigue utilizando una definición de violencia de género muy parcial y simplista, que no profundiza en sus causas estructurales, y que deja fuera de las estadísticas y de los recursos disponibles a más de un tercio de las mujeres asesinadas.

Este año, la lucha de muchas feministas ha conseguido que se debata y apruebe un Pacto de Estado contra la Violencia Machista, que recoge algunas medidas de protección y respaldo a las víctimas. Sin embargo, éstas son totalmente insuficientes, y el acuerdo sigue sin tener en cuenta todas las formas de maltrato, sin atajar la raíz de la violencia y sin luchar realmente contra la desigualdad de género. Además, ni siquiera tiene un calendario que garantice su ejecución y arranca con un presupuesto insuficiente, que roza lo simbólico, lo que ahonda en la falta de recursos para luchar contra la violencia, que no ha hecho sino aumentar.

De hecho, en los últimos años lasel presupuesto para las políticas de igualdad se han recortado un 43% y los recursos en prevención de la violencia de género se han reducido un 17%. Ante esto nos preguntamos: ¿cuántas mujeres asesinadas y violentadas hacen falta para que la lucha contra las violencias machistas se convierta en una prioridad? Las instituciones no pueden seguir animando a las mujeres a denunciar cuando el sistema no nos protege ni a nosotras ni a lxs menores, y deben reflexionar sobre el hecho de que el sistema de justicia no sea   percibido por las víctimas como un elemento de protección y seguridad.

Por todo esto, el movimiento feminista sale hoy a luchar contra la violencia institucional como última expresión del machismo estructural arraigado en nuestra sociedad. Exigimos políticas de igualdad, recursos contra las violencias de género e inversión en prevención y coeducación. Exigimos que los medios de comunicación cuenten los asesinatos machistas no como sucesos aislados, sino como el terrible resultado de la violencia patriarcal que vertebra nuestra sociedad.

Los feminicidios son tan solo la punta del iceberg de las violencias cotidianas que sufrimos las mujeres, por el mero hecho de serlo. La discriminación laboral, la doble jornada, el acoso sexual en la calle, en las instituciones o en el trabajo, los estereotipos y bromas sexistas….también son formas de machismo que alimentan a los asesinos y vulneran el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y discriminación.  Por ello, necesitamos también una ciudadanía activa y concienciada que deje de tolerar las actitudes machistas.

Hoy salimos todas a la calle, alzando la voz una vez más para gritar alto y claro que aunque el capitalismo y el patriarcado nos quieran sumisas y calladas, nos tendrán fuertes, unidas y organizadas.

CONTRA LAS VIOLENCIAS MACHISTAS HACIA MUJERES Y MENORES  ¡LUCHA FEMINISTA!

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