Hipatia ha sido considerada la mejor matemática del mundo greco-romano y, en los escritos y documentales disponibles, vemos su excelente aportación a la formación de sus alumnos siempre desde ambientes plurales en relación a las polémicas religiosas de su época.

Como mujer científica tuvo que enfrentarse a muchos obstáculos, sobre todo en el ejercicio de su libertad. Muy pocas personas han denunciado un hecho fundamental de su biografía:  los cuestionamientos machistas sobre su vida. Sin duda Hipatia fue la primera mujer científica que ejerció su libertad sexual, aunque muchos no lo soportaban en su tiempo, y aun ahora después de tantos siglos les sigue dando rabia a otros.

Hipatia//Charles William Mitchell

Tal y como se recoge en el libro de Hipatia de Alejandría, en ninguna de las biografías de otros científicos de la antigüedad se plantean cuestiones sobre su vida íntima sexual, en cambio sobre la figura de una mujer científica, Hipatia de Alejandría, encontramos escritos donde se indaga si Hipatia era virgen o tenía una actividad sexual intensa, como si de ello dependiera su valor como científica ¿ridículo verdad?. Podríamos llegar a pensar que era debido al contexto de su época, pero cuando los escritos donde se siguen proyectando esos prejuicios machistas son contemporáneos, y siguen insistiendo en esta cuestión, es más necesario que nunca denunciar este hecho y defender la libertad sexual de las mujeres, incluso de las que ya no están entre nosotras.

En la interpretación sobre el trágico final de Hipatia en manos de una turba de cristianos, se suele decir que fue asesinada por motivos religiosos, puesto que Hipatia era pagana. Sin embargo, se sabe que contaba en su círculo de amistades con personas creyentes de diferentes religiones, incluyendo también cristianas.  Si volvemos al análisis inicial, podremos ver como el motivo real de su linchamiento fue precisamente porque era una mujer valiente, atractiva, no se doblegaba ante nadie, defendía su condición de igual y rechazaba cualquier tipo de violencia, y sobre todo ejercía su libertad como así también la deseaba para los demás.  Era un desafío para aquellos que no soportaban ver como una mujer podía tener éxito en la ciencia y en las relaciones personales, sobre todo porque ella decidía como ejercer su libertad y no se sometía a ninguno de ellos.

Es así, como hoy nos planteamos ¿hasta cuándo vamos a permitir cuestionar los logros científicos de una mujer en función de su opción sexual?  ¿hasta cuándo vamos a soportar que personas que ni conocemos hagan intromisión en nuestra intimidad especulando o inventando posibles relaciones nuestras? Depende de nosotras que no haya más finales como el de Hipatia, y sí que más Hipatias viviendo libremente su opción sea cual sea.

 

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