«Gracias, Oprah»
Y Oprah, fiel a sí misma, no ha desperdiciado la ocasión de dar uno de esos discursos que hacen historia. Los abusos sexuales, la desigualdad y el racismo han centrado este discurso. Y ha recordado la historia de Recy Taylor, una mujer negra violada en 1944 en Alabama por cinco hombres blancos y que murió a finales del año pasado. «Vivió en una época en el que a las mujeres no se las creía». «Durante demasiado tiempo, las mujeres no han sido escuchadas o tomadas en serio si se atrevían a decir la verdad frente el poder de esos hombres. Pero su tiempo se ha acabado».
«Hablando sobre la verdad… esta es la herramienta más poderosa que tenemos. Me siento inspirada por las mujeres que se han sentido valientes y han hablado de sus historias. No es un tema que afecte solo al mundo del cine, afecta a todas las culturas, países, lugares de trabajo y religiones».
Oprah ha dirigido también su discurso lejos de los focos de Hollywood, hacia todas las mujeres anónimas que sufren abusos: «Quiero dar mi gratitud a todas las mujeres que han aguantado acoso y maltrato. Son mujeres cuyos nombres nunca escucharemos».
Winfrey ha cerrado su discurso de forma contundente: «Quiero que todas las chicas que nos estén viendo sepan que hay un día nuevo en el horizonte. Y cuando ese día por fin amanezca, será porque un montón de mujeres magníficas, muchas de las cuales están esta noche en esta sala, y unos cuantos hombres estupendos, lucharon duro para asegurarse que son los líderes que nos llevarán a un tiempo en el que nadie tenga que decir de nuevo «yo también».
FRAGMENTO DEL https://elpais.com/cultura/2018/01/08/actualidad/1515369304_804005.html?rel=mas