«España es campeona en desigualdad»
El director de Oxfam Intermón advierte contra las subcontrataciones de servicios como precarizadores del empleo
FOTO: José María Vera durante su locución en los Desayunos de Primera Plana. /
«España es el país donde más creció la desigualdad desde la crisis hasta ahora, por el desempleo, por la fragilidad, el recorte en políticas públicas y porque la recuperación se ha centrado en los más ricos». Así se ha expresado José María Vera, director de Oxfam Intermón en el Desayuno Primera Plan@, que organizan EL PERIÓDICO y Banc Sabadell.
La oenegé, que presentó este lunes un informe sobre la desigualdad en el mundo, ha incidido en que la recuperación económica en España no ha sido tal para amplios sectores de la población, que ha servido para acentuar las diferencias entre ricos y pobres con salarios peores, mayor vulnerabilidad laboral y peores condiciones de trabajo. Una brecha que ha abierto la recuperación económica en toda Europa pero en la que «España -dijo- es campeona».
En concreto, según sus cifras, la tasa de pobreza en España alcanza ya al 13% de la población, y se mantiene estancada, sobre todo porque los salarios no han crecido al nivel de los beneficios económicos. Según destacó Vera, «el 1% de la población tiene la misma riqueza que el 70% de la población; en el último año, ese 1% capturó el 40% de ingresos mientras que el 70% no». Mientras, cuatro españoles más aparecieron en la lista de milmillonarios de la revista Forbes, recordó.
Pobreza más alta
«Las consecuencias de la desigualdad siempre se sienten en el lado de la pobreza. A mayor concentración de la renta, la tasa de pobreza es más alta. Una cosa tiene que ver con la otra», insistió. Y remachó que los salarios se están quedando muy por detrás del ritmo del aumento de la productividad, y sufren una mayor carga fiscal que el aumento del capital patrimonial. La mayoría de las fortunas del mundo, insistió, «proceden de herencias, no por méritos y esfuerzo». «Más igualdad quiere decir que los que tienen más tengan menos», reclamó.
Vera ha insistido en este sentido en el papel de las subcontratas, empresas que asumen la externalización de servicios y partes de la producción que realizan algunas compañías y que suponen una precarización de las condiciones laborales. Lo ha ejemplificado en el caso de Dolores Espinosa, una conductora municipal que al ser transferida de empresa pasó de cobrar unos 1.100 euros al mes a poco más de 600, un 31% menos. Y se ha preguntado cómo se puede vivir con ese sueldo y mantener a dos hijos en edad escolar.
La solución
Para el director de Oxfam-Intermòn, la solución a estos desmanes pasa por un aumento de la presión de las administraciones, por «el pliego de condiciones» en la contratación pública y por un cambio en el sistema fiscal. «La contratación pública puede ser un instrumento de cambio», ha afirmado. Y ha pedido, en la línea de economistas como Thomas Piketty, que se grave a los robots.
Las mujeres son, además, quienes se llevan la peor parte en términos de desigualdad, porque son mayoría en sectores multiservicios y en empleos más precarios. «En España, las mujeres cobran menos, tanto en puestos directivos como en los más vulnerables, y tienen vidas laborales más cortas. Son además, las más afectadas por la externalización y las multicontratas». «Si eres mujer y joven, parece que el sistema económico no tiene sitio para ti», afirmó Vera, tras analizar casos como el de Espinosa pero también de trabajadoras rurales en Marruecos o de empleadas textiles en Vietnam.
Responsabilidad social efectiva
Vera apeló a la responsabilidad de los empresarios y del sistema y reclamó que la responsabilidad social corporativa se extienda no solo hacia el medio ambiente sino también a la lucha contra la desigualdad como indicador de éxito de la empresa, con incidencia en los derechos laborales, las estructuras salariales y la responsabilidad fiscal. «Inditex está haciendo muchos esfuerzos en este sentido, a ver si sirve de ejemplo», comentó.
También pidió un sistema fiscal internacional que no permita grietas y fugas de capitales. En ese sentido, recordó que España no tiene considerada a Panamá como paraíso fiscal, y que según sus datos, Irlanda, Holanda y Luxemburgo siguen siendo opacas fiscalmente.