Analía Iglesias y Matha Zein han publicado ‘Lo que esconde el agujero. El porno en tiempos obscenos’ (editorial Catarata), un ensayo que reflexiona sobre la manera en la que la pornografía reproduce las relaciones del actual modelo económico, y explica como esta industria ha afectado a las relaciones sexoafectivas de la sociedad al haber colonizado el imaginario erótico de varias generaciones.
De este modo, más allá de abordar «la creciente tendencia» a dejar la educación sexual de los adolescentes en manos de la industria pornográfica y de la «falta de empatía que promueve frente a la explotación femenina», el libro pretende descubrir qué lazos profundos ligan al porno con el actual sistema económico. Para las autoras, la sociedad se ha «pornificado» independientemente del lugar del planeta o la cultura religiosa en la que se viva debido al porno ‘online’, en ‘streaming’, gratuito y disponible las 24 horas.
El deseo es otra mercancía
«El negocio pornográfico se ha desarrollado en paralelo con las diferentes etapas del capitalismo financiero, desde los años 70, y es una pieza fundamental de la actual industria del entretenimiento; pero, además, lleva las identidades creadas por el neoliberalismo a nuestros cuerpos y a nuestras relaciones afectivas. El deseo es otra mercancía de la sociedad de consumo de experiencias», explican.
Para escribir el ensayo las autoras han reflexionado sobre cuestiones como qué esconde el «agujero negro del porno» y qué intereses están en juego; si grabarse practicando sexo explícito es una forma voluntaria de conseguir «impacto» o es un imperativo de la sociedad de consumo; o si la sociedad se va a resignar a los estragos de la pornografía o por el contrario prefiere encontrar otras maneras de expresar su sexualidad.
Productos más intensos
Además, señalan que para contribuir a «los límites del lenguaje» han optado por crear los neologismos ‘pornoliberalismo‘ y ‘pornonativos‘, que les han ayudado a situar esta industria y dar «con su verdadera dimensión». Así, «pornoliberalismo» es el término que sirve para señalar que el porno no impide la productividad y el rendimiento sino que los alienta. Por su parte, «pornonativo» -que juega con el concepto del «nativo digital»- designa a aquellas personas que accedieron antes a la pornografía audiovisual que a su propia sexualidad.
Asimismo, ‘Lo que esconde el agujero’ hace hincapié en el beneficio creciente del mercado, que procura productos más intensos, incluso violentos, e innovadores, según las autoras del libro, algo que explican a través de la oferta gratuita, en Internet, de un catálogo de géneros.
Datos y cifras
El libro también brinda información histórica, datos y cifras actuales sobre el negocio. Además, las reflexiones se apoyan en pensadores clásicos y contemporáneos del ámbito de la filosofía, la antropología, el psicoanálisis y la biología como Giorgio Agamben, Byung-Chul Han, John Berger, Marina Garcés, Rita Segato, Paul B. Preciado o Gail Dines, entre otros. Se trata así de un ensayo estructurado en cinco secciones y un epílogo, y consta, asimismo, de un glosario para orientar al lector en «el laberinto pornográfico».
Por último, en el epílogo, las autoras formulan propuestas para reflexionar sobre «la posibilidad de erigir nuevas relaciones interpersonales y formas de erotismo basadas en el respeto al cuerpo como parte indisoluble de la persona».
