Los impuestos: injustos con los asalariados y las clases medias
El 2014 quedará para la historia como el año que pagamos más impuestos. La carga fiscal que soportaron empresas y familias el año pasado fue la más alta de la serie histórica de la Agencia Tributaria, que comienza en 1995. La explicación para que esto haya sucedido la encontramos en las considerables subidas aplicadas a los principales impuestos, de modo que incluso con muchos menos empleos y muchas menos empresas que hace unos años, el Estado ingresó 175.000 millones de euros, solo por detrás de la recaudación de 2006 (179.000 millones) y 2007 (200.000 millones), los últimos años de bonanza económica, previos al estallido de la crisis.
Si analizamos los dos principales impuestos podemos ver que las recaudaciones de IRPF e IVA arrojan cifras récord durante el año 2014. En el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, los ingresos fueron de 72.662 millones de euros, el número más alto de toda la serie histórica, con un aumento de casi 50 millones frente al nivel registrado en 2007. En cuanto al IVA, la cifra de 2014 fue de 56.174 millones, también la mayor cifra de la historia, superando los números de 2007 en 320 millones.
Además en España los impuestos no están bien distribuidos. Por ejemplo, en 2014 la presión fiscal sobre el empleo alcanzó de media el 40,71% para un trabajador sin hijos, casi un punto por encima de la media de la OCDE, el 35,96%.
Si analizamos la fiscalidad del trabajo en otros países de Europa, comprobamos que el tipo impositivo real que soportan de media los españoles llega al 40,5%, por encima del 26,68% de Irlanda, el 31,54% de Reino Unido, el 37,9% de Luxemburgo o el 37,98% de Dinamarca. En este ranking sólo nos superan el 42,21% finlandés o el 42,87% sueco. Por si fuera poco, el sueldo medio de todos estos países, es muy superior a los niveles de remuneración observados en España.
Con todos estos datos a la vista, hemos consultado a los miembros del Club Opinamos qué les parecían los impuestos en nuestro país. Sólo un escaso 8’5% de los encuestados opinan que son los correctos para poder mantener el Estado de bienestar y, aún menor, un testimonial 2’1 % cree que son bajos y deben subirse para que el Estado pueda cubrir mejor nuestras necesidades.
Resulta curioso que tampoco sea la opción que califica de altos los impuestos la que tenga más adeptos, apenas un exiguo 8’7 % afirma que habría que bajarlos aunque eso suponga renunciar a derechos como la sanidad o la educación gratuitas. En realidad y de forma abrumadora, un increíble 80’7 % opina así, los españoles creen que nuestros impuestos son injustos, ya que los asalariados y las clases medias soportan la mayor parte de la carga impositiva.