Cómo me estropearon el verano con una falsa oferta de empleo
Para ello, buscó ofertas de empleo en una web especializada y localizó una oferta interesante para trabajar en Reino Unido. La oferta consistía en un empleo en un almacén de paquetería de una multinacional cercana a un conocido aeropuerto británico, con la posibilidad de poder compaginarla con un curso de inglés en una academia. Además, esta oferta incluía la gestión del alojamiento y los desplazamientos al trabajo por parte de la empresa. La persona seleccionada sólo tenía que hacerse cargo del viaje al Reino Unido y los gastos de estancia antes de firmar el contrato.
La oferta de empleo la gestionaba una empresa intermediaria española que ponía al candidato en contacto con la empresa británica. María decidió enviarles su CV para poder participar en el proceso de selección.
Al cabo de unos días, la empresa intermediaria se puso en contacto con ella vía telefónica. Le hicieron una serie de preguntas y le explicaron las condiciones de trabajo y el salario a percibir. Le pidieron que pasara por la oficina y llevara toda la documentación necesaria para tramitar el contrato.
Unos días más tarde, después de entregar todo lo que le pidieron, le comunicaron que debía desplazarse a Birmingham y una vez allí, realizaría una entrevista de trabajo en la empresa de paquetería y si la superaba, firmaría al día siguiente el contrato y comenzaría a trabajar.
¿Cuál fue el problema en esta historia?
Una vez aterrizó en el aeropuerto de Birmingham, le recogió una persona que decía ser representante de la empresa intermediaria. Realizó la entrevista y una vez concluida, le comunicaron que había superado el proceso de selección.
Al día siguiente fue a firmar el contrato. Cuando estaba leyendo las condiciones observó que el lugar de trabajo ya no estaba situado en Birmingham, si no en una planta de reciclaje situada a 120 km. Otro dato que le sorprendió fue que el salario a percibir era un 15% más bajo del que le habían dicho en España. Además, tenía que pagarse el desplazamiento hasta dicha ciudad de su bolsillo. María se quejó de las penalizaciones que incluía el contrato. El representante le respondió que si no estaba de acuerdo, podía volver a España en el siguiente avión. María decidió firmar el contrato.
Una vez allí, después de trabajar más horas de las estipuladas, descubre que el alojamiento no era un apartamento compartido con otras dos personas, sino que era una casa, sin las mínimas condiciones básicas de habitabilidad, compartida con otras 10 personas teniendo que dormir en un colchón en el suelo.
Se queja a la empresa intermediaria británica y estos le indican que si quiere cambiar de casa o de trabajo, María debía pagarles 100 libras adicionales (120 €) por los trámites.
María no aguantó más abusos y decidió volver a España al cabo de 5 días y con 800€ menos en su cartera, ya que el contrato tenía una penalización por abandonar antes del periodo de prueba establecido.
¿Cómo debería haber actuado nuestra protagonista?
Lo primero que debía haber hecho la protagonista de nuestra historia real, sería buscar en la web de la empresa multinacional para comprobar que dicha plaza vacante era real. Además, debería haber contactado con la empresa final para verificar que la empresa intermediaria trabajaba para ellos.
Podría haber comprobado que dichas empresas intermediarias estaban debidamente registradas tanto en España cómo en el Reino Unido. Además, podía haber buscado en Internet opiniones de usuarios sobre la empresa intermediaria.
Una vez en su destino, al comprobar que no se cumplían las condiciones pactadas por la empresa intermediaria, debería haber contactado con la Consejería de Empleo y Seguridad Social adscrita a la embajada de España y haber solicitado información para comprobar si las condiciones ofertadas se ajustaban a la legalidad.
Y una vez de vuelta en España, siempre que las condiciones de trabajo reales fueran consideradas ilegales, podría haber denunciado a la empresa intermediaria española ante el Ministerio de Empleo y Seguridad Social en su buzón anónimo de denuncias o ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, así como ante las FCSE.
Consejos
- No aceptes emails de ofertas de empleo a las que no te hayas suscrito o cuyos remitentes desconozcas.
- Si el ofertante de empleo dice actuar en nombre de una empresa conocida, busca la página web de la empresa y comprueba que la misma tiene abierta una convocatoria de empleo.
- Si la gestión la realiza una empresa intermediaria, verifica su relación con la empresa final y busca opiniones de otros usuarios en Internet.
- Si la forma de contacto con el responsable de la oferta es vía email comprueba que no utilice una dirección gratuita tanto en web, como en el correo electrónico (@gmail.com, @hotmail.com, .tk, etc.). Lo normal es que una empresa tenga tanto su propio dominio web, como su propia dirección de correo, como por ejemplo, rrhh@empresadeemplo.com.
- Según confirma EURES (Servicio Europeo de Empleo), los gastos de gestión para participar en el proceso de selección, así como el contrato, corren a cargo de la empresa. Si te piden dinero por adelantado, desconfía.
- Si te ofrecen sueldos desorbitados para las tareas a realizar, por ejemplo, como trabajador de la construcción o camarero, sospecha de que no sea real.
- Ten cuidado con las ofertas de empleo demasiado genéricas, como: “trabaja mientras estudias en Reino Unido” o “descubre tu futuro en Alemania”, ya que pueden ocultar explotación laboral.
- Cuando confecciones tu CV no utilices más datos personales de los estrictamente necesarios. No facilites datos como: DNI, número de la Seguridad Social o datos bancarios salvo en el momento de la elaboración del contrato.
- Si has facilitado tus datos personales, y es una oferta falsa, ejerce ante la empresa tus derechos de cancelación o en caso necesario reclama ante la Autoridad de Protección de datos pertinente.
- Si llegas al país de destino y las condiciones de la oferta no se cumplen, denuncia el fraude ante las autoridades del país. Por ejemplo, en Reino Unido disponen de una línea para presentar denuncia contra las falsas ofertas de trabajo.
- Denuncia las ofertas fraudulentas ante los administradores de la página web, por ejemplo, en Infojobs, Tecnoempleo o Monster. También es recomendable denunciar estas ofertas ante las FCSE, puedes hacerlo aquí.
- Por último, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social pone a disposición de los trabajadores españoles diferentes consejerías de empleo en aquellos países en los cuales España tiene representación diplomática con información relativa a los derechos laborales, búsqueda de empleo, etc.
Es importante verificar y contrastar las ofertas de empleo por Internet y quién las ofrece, más cuando son en el extranjero y nos pueden salir caras. Sé cauto para que no tengas nada que lamentar durante tu estancia en otro país.