Qué era un Carmen en la época Nazarí
Las viviendas típicas del Albaicín
Pero lo normal era que fuera de recreo (veladas poeticas, encuentros familiares, celebración de fiestas musulmanas, bodas, etc.), teniéndose como segunda residencia fuera de la ciudad.
También conocemos casos de quienes lo tenían como hogar permanente.
Fueron propiedad de clases altas (nobles, funcionarios reales, familiares de la realeza nazarí, militares), aunque también, en una versión más modesta, podían tener una de estas propiedades miembros de clases medias (mercaderes ricos, menestrales, etc…).
Solían estar situadas a las afueras de Granada, en la Vega, por la zona del Realejo, Albaicín y Fajalauza y en los primeros arrabales.
Son fincas muy típicas de Granada que aún perduran. Hoy, muchas de ellas están englobadas en barrios, pero hasta por lo menos el siglo XVII conservaron su carácter rural para después evolucionar y urbanizarse.
En el siglo XIV, el médico, visir y literato Ibn al-Jatîb, en otra obra llamada Lamhat al-Badriyya, hizo una descripción de los alrededores de Granada y decía como, a extramuros, no se veía un lugar libre dado que todo estaba ocupado por “… huertos (al-yinân), cármenes (wal-kurûm), y jardines (wal-basatin).”
Posteriormente, en época de los Reyes Católicos, el médico y viajero Jerónimo Münzer, habla de los cármenes que existían solo dos años después de la Caída de Granada (1494) en su libro “Viaje por España y Portugal”:
“Terminada la comida, subimos a la Alhambra. Vimos allí palacios incontables, enlosados con blanquísimo mármol; bellísimos jardines, adornados con limoneros y arrayanes… Todo está tan soberbia, magnífica y exquisitamente construido, de tan diversas materias, que se creería un paraíso. No me es posible dar cuenta de todo”.
Vísperas de la expulsión
Por último, en vísperas de la expulsión de los Moriscos, Luis de Mármol y Carvajal escribe las salidas de la ciudad hacia la vega “(…) entre cármenes y huertas de mucha frescura, especialmente por la puerta del Albayzin que llaman Fex el Leuz (Fajalauza).”
La expulsión de 1609 cambió el paisaje y las condiciones de habitabilidad de la zona, despoblándola, pero sobre todo haciendo que se urbanizara y perdiera su carácter rural.
Entró ahí un nuevo modelo de jardín frente al nazarí, el barroco y neoclásico y en el siglo XIX, el romántico, configurando lo que es el carmen granadino en la actualidad.
Por “Mabel Villagra”
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