ESQUIZOFRENIAS PRIMAVERALES por Juan Alfredo Bellón
por JUAN ALFREDO BELLÓN para EL MIRADOR DE ATARFEdel domingo 24-03-2019
Digan lo que digan (…los demás) y lo cuenten como lo cuenten (con permiso de Raphael) Granada es un ciudad esquizoide porque pone el nombre a sus calles, iglesias y demás eventos urbanos, por parejas, cuando no por tríos o cuartetos (Iglesias de san Miguel Alto y Bajo; calles de la Cárcel Baja y Alta, san Juan Alta y Baja, Calderería Nueva y Vieja, plaza del Correo Viejo, etc.) Total, que en el ánimo de ahorrar memoria histórica urbana, tinta y pintura, parece como si aquí hubiera varias ciudades y/o barrios federadas y confederados pero no totalmente integrados y que no es posible decir “Granada no hay más que una” porque los albaycineros dicen frecuentemente que “bajan a Graná” y los del Zaidín, la Chana, san Lázaro y los Pajaritos, que van y entran o salen a ella o de ella. Y coincidimos en multiplicar o dividir esta tierra de nuestros amores y pecados según la sepamos o la queramos una o dupla, trina o cuádruple, quini o quineta,/estaba la Reina/sentá en su silleta,/vino Gil,/ apagó el candil/ candil candilón/ cuéntalas bien/ que las veinte son.
Claro que hay otros fenómenos duales o plurales de distinta índole, como el Palacio de Carlos Quinto, el Generalife y la Alhambra (ahora, por cierto, ya casi con nueva señorita) de la que dijo un visitante pueblerino autóctono, respondiendo a un paisano más leído que le preguntó si le había gustado la Alhambra, cuando le aconsejó visitarla mientras él se encargaba de ir a una notaría para hacerse arreglar unos papeles: -Que sí, que le había parecido mu rebonica; como toas las Alhambras”.
Y ahora que se acercan las Elecciones Generales del 28 de abril y acaba de entrar oficialmente la primavera (la otra ya la tenemos desde antes del otoño) albergamos la sensación de que son las segundas y, del tirón, vendrán las Europeas y, si los resultados no hacen posible la gobernanza, vendrán las cuartas o las Generales bis o quién sabe qué y así terminaremos multiplicando la toma de decisiones hasta que nos pasemos la vida con la documentación en la boca y la papeleta en la rendija…de votar. Porque lo cierto es que acabaremos cansándonos de tanto ejercitar la fiesta de la democracia y hartos de celebrarla de tanto votar sin frutos.
Y además tenemos que alegrarnos opinando sobre cómo creemos que deben ser los partidos políticos y su financiación ahora que Vox ha aprendido cómo burlarla; cómo deben confeccionarse las candidaturas y los programas, ahora que las cúpulas saben cómo enmendarlos y cómo deben hacerse también los actos previos a las votaciones confrontando ideas y soluciones, dando cumplidas cuentas de las finanzas de cada partido y de la orientación de sus previsiones de gobierno y de su política de alianzas. En verdad, se constata cada vez más la inmadurez democrática que padecemos y la falta de experiencia del cuerpo electoral, tanto en el hecho de ejercitar el escrutinio como en el posterior y necesario control de los representantes electos que deben rendir cuentas de sus actos de gobierno. Y el jueves 21, Día Internacional de la Poesía y que se note ¿no? Total que hasta hace poco, suplíamos con entusiasmo democrático la inexperiencia política pero, en tanto esta aumenta, decrece nuestra madurez en el desempeño político cotidiano, y esto vale para Granada (esquizoide o no) resto de Andalucía, España y resto de la Humanidad y se intensificará tras la Primavera, y no acabará hasta que resolvamos el efecto invernadero, pues calientes, seguimos estándolo con estos sofocos tan constantes de los que no se libra ni la Iglesia Católica, ni el Papa, ni nosotros, creyéndonos con derecho a la felicidad cuyo Día Internacional se celebró el día 20, según Trump y USA, cuya Carta Magna la nombra como aspiración legítima del pueblo a la que me sumo deseándosela a los lectores y público en general… de brigada, división, teniente y capitán general y hasta generalísimo de los ejércitos, por la gracia de Dios, tan poco deseado como probable. Y de Vox, nada, ni de su propuesta militarista y armamentística: nada nuevo bajo el sol, afortunada y desgraciadamente.