¿Y si no tuvieras que esperar a que salga agua caliente?
Cuando el diseño se pone del lado del medio ambiente, salen cosas como este grifo que te ayuda a no malgastar ni una gota
Entre los grandes avances de la humanidad siempre hay uno que ha pasado desapercibido. Y a eso se le llama injusticia. Porque poder arrojar la basura al fregadero de la cocina, que los huesos de un muslito de pollo se desintegren por la tubería en finísimas partículas, y todo acabe en la depuradora como si nada, es importante para el planeta: reduce los desechos en el vertedero y la emisión de gas metano. Pero también evita la discusión de «a ver a quién le toca bajar la basura esta noche». Y eso tiene otro nombre: compromiso por el bienestar social.
Lo asumió la firma estadounidense InSinkErator cuando desarrolló el primer triturador de residuos de la historia, hace ya 80 años, y lo sigue manteniendo ahora con su nueva generación de grifos para cocinas 4N1 Touch, que se suma también al compromiso por la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, algo que celebramos no solo en el Día Mundial del Agua.
Hasta ahora el único modo de ahorrar agua en casa era con mucha conciencia y quizá con la ayuda de algún dispositivo externo que se pudiera añadir al grifo. Con un apellido más propio de un smartphone que de un grifo, el 4N1 Touch es un ejemplo de innovación que nos pone en el camino de las cocinas más eficientes, y una prueba de que el diseño no consiste solo en hacer cosas bonitas, sino que tiene (y debe aportar) las herramientas para dar soluciones a los problemas actuales.
Cortar el derroche de agua por lo sano
Quizá su aportación más llamativa sea el termostato digital que permite que el agua salga directamente a una temperatura de ebullición entre 89 y 98 grados. Los suficientes para que una taza de té no tenga que estar dando vueltas en el microondas. Y para hervir el huevo, el arroz y los macarrones que irán en el tupper del lunes (y del martes, miércoles, jueves y viernes, muy probablemente).
Que esto no lleve a confusión: no se trata solo de comodidad. Es una nueva manera de que las cocinas, al final del día, resulten sostenibles desde sus grifos, algo mucho más importante de lo que se puede pensar, pues el 19% del gasto de agua de un hogar se produce en la cocina, según los datos de la Fundación Aquae. Aún no se ha calculado cuánto puede llegar a ahorrar este dispositivo, pero su diseño está destinado a reducir el gasto en las situaciones en las que más se desperdicia. No solo cuando se espera a que el agua salga caliente, que es lo que vendría a resolver el termostato digital del dispositivo.
Evita también que se deje correr el agua fría mientras se realizan tareas como enjabonar un plato, gracias a un botón que acompaña al dispensador desde la encimera y que acciona un chorro de 30 segundos, lo que garantiza que se use la cantidad justa y necesaria del líquido elemento. Y su palanca de seguridad permite bloquear el grifo una vez que se ha terminado de usar, lo que impide el pequeño pero constante goteo con el que a veces derrochamos agua por descuido.
Por último, lleva incorporado un filtro que elimina cualquier rastro de impurezas, lo que evitará, en muchos hogares, el uso de botellas de agua mineral de plástico.
Hay tres modelos diferentes, en forma de L, U o J, con un diseño elegante de una sola pieza, acabados en acero cepillado y cromado o en negro terciopelo. Sea cual sea la opción, todas se fabrican en Italia. Y allí ya les han dado la bendición: ganaron los Archiproducts Design Awards 2018 en la categoría de cocina, la misma noche que los diseñadores Jaime Hayón —con su silla roja de ratán—, Lucidi Pevere —con su colección de asientos y puf de para jardín Brioni—, o Marc Sadler —con Cuba, su silla de jardín apilable fabricada en polipropileno— subieron al escenario a recoger su estatuilla.
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