La subida del nivel del mar amenaza el patrimonio de la humanidad
Venecia, Ferrara, Tiro, Éfeso… Un estudio de la Universidad de Kiel alerta de los efectos irreversibles que el aumento del nivel del mar tendrá en alguno de los lugares protegidos por la Unesco en el litoral mediterráneo.
A medida que el cambio climático aumenta la temperatura de la Tierra, los polos se derriten y el nivel del mar va subiendo lentamente. Más allá de las consecuencias que esto tiene para el medio ambiente o la biodiversidad, existe un aspecto en el que no siempre reparamos: si el océano engulle algunas ciudades costeras, ¿qué pasará con el patrimonio cultural que atesoran? El calentamiento global podría acarrear que la estatua de la Libertad, la ópera de Sidney o la torre de Londres acabasen en ruinas, pero la costa del Mediterráneo, considerada la cuna de la civilización occidental, será la mayor damnificada.
A lo largo y ancho del litoral del mare Nostrum se asentaron en su momento los pueblos que han marcado la historia europea y cuyo legado es hoy reclamo turístico y motivo de orgullo. Sin embargo, muchas ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad de la Unesco se levantaron a orillas del mar y serán las primeras en sufrir las consecuencias del cambio climático, según asegura el estudio El patrimonio de la humanidad de la Unesco en el Mediterráneo en riesgo de inundaciones y erosión por el aumento del nivel del mar publicado a finales del año pasado en Nature Communications. La falta de recursos de algunos países –y la poca voluntad política de otros– hace que gran parte de su patrimonio, expuesto a la erosión y la influencia de las mareas, no esté correctamente protegido ante los nuevos escenarios que plantea el calentamiento global. Son muy pocos los países que incluyen la adaptación al cambio climático en sus programas de rehabilitación y mantenimiento de los sitios, a pesar de que la ONU insiste en su necesidad.
Países como España, Italia, Grecia, Turquía, Egipto o Túnez serán quienes sufran en mayor medida las consecuencias de la subida del nivel del mar a lo largo de este siglo, pero no serán los únicos: estudios anteriores ya revelaban que muchos de los lugares más emblemáticos del mundo podrían inundarse, erosionarse e incluso desaparecer en un futuro cada vez menos lejano. Venecia es un claro ejemplo de ello ya que, desde hace quince años, intentan disminuir los daños provocados por la marea alta mediante la construcción de un sistema de barreras.
Pocos países que incluyen la adaptación al cambio climático en sus programas de rehabilitación
Lena Reimann, la investigadora de la Universidad de Kiel (Alemania) al frente del estudio, explica que, en el Mediterráneo, «el riesgo principal serán las inundaciones costeras, ya que se verán niveles del mar más extremos, con edificios, iglesias, templos y estatuas claramente amenazadas». Además, el estudio puntualiza que la erosión costera, a pesar de avanzar más lentamente, también podría afectar a determinadas estructuras —como es el caso de la mezquita azul de Estambul— así como a las características de paisajes culturales como el delta del Po (Italia).
El estudio de Reimann plantea cuatro escenarios diferentes para el año 2100 derivados de la subida del nivel del mar comparándolos con el estado de la costa mediterránea en el año 2000. En el caso más desfavorable, el nivel del mar subiría en cien años hasta 1,46 metros, provocando inundaciones en la mitad de la costa y una erosión del 13% de los monumentos patrimonio de la humanidad. Los únicos dos lugares que se salvarían en este escenario serían la medina o casco antiguo, de Túnez y las ruinas de Xantos-Letoon en Turquía. Por el contrario, zonas de la parte norte del mar Adriático, –como Ferrara o el mencionado delta del Po o la catedral de San Jacobo en Sibenik (Coacia)–, quedarían devastadas. Además, los restos arqueológicos de Tarragona, Tiro (Líbano) y Éfeso (Turquía) serían los más afectados por la erosión.
Pero los efectos devastadores del cambio climático para el patrimonio no se limitan solamente al Mediterráneo. Según asegura la CNN, Rapa Nui —más conocida como la Isla de Pascua— y sus misteriosas estatuas también se encuentran en grave peligro. Los moais ya están empezando a erosionarse debido al tamaño, cada vez más alto, de las olas que impactan contra ellos.
La Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco incluye en la actualidad un total de 1.073 sitios (832 culturales, 206 naturales y 35 mixtos) en 167 países cuya preservación es prioritaria debido a que tienen un «valor universal excepcional», según las palabras de la propia organización. Y, si no actuamos ya, las próximas generaciones nos pedirán cuentas por ser los responsables de un cambio climático que destruyó en décadas lo que enriqueció a la humanidad durante milenios.