ISIDROS( bis)* por JUAN ALFREDO BELLÓN para EL PLURAL y EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 19-05-2019
ISIDROS( bis)* por JUAN ALFREDO BELLÓN
para EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 19-05-2019
Mayo es un mes surgente pero embustero. No hay mes que más prometa y menos cumpla, que anuncie más sustancia con menos argumentos y que tenga más fama de muñidor de encuentros menos correspondida con su realidad de gestor de ausencias. Es el tiempo en que los botones vegetales se
transforman en capullos florales pero también cuando las ramas floridas se hastían de la primavera y se convierten en alcauciles esteparios.
No hay primaveras sin mayos pero tampoco amores con dueño porque
la primavera, como el amor, dura lo que tardan en aparecer los calores irredentos del verano-verano, que esos sí que ya no tienen arreglo.
El jueves pasado fue el día de San Isidro Labrador, patrón de Madrid y de los agricultores lo que, en un país tan agrícola como el nuestro y de tanta producción cerealística, permitió decir que, cuando al santo se le desatascaba la bragueta, en el fragor de sus siestas primaverales, los ángeles le hacían sus labores cotidianas y surgían de aquellas profundidades inguinales unas recias y frondosas gavillas de
espigas. Aquello eran parvas y no los yerbajos que echaba mi madre al cocido.
Y con una dieta así se alimentaba la Isidrada, quiero decir la gente empeñada en lucir palmito sobre un caballo alazano / cubierto de grana y oro / demanda licencia, ufano, / para lancear un toro, /
un caballero cristiano.
Y así, dorado a fuego por la inigualable pluma de Zorrilla, resurgió la vieja
familiaridad entre las clases dirigentes y la tauromaquia que, además siempre estuvo entroncado con lo culto y lo popular desde la óptica del casticismo. Quienes vivían de labrar la tierra y practicar la cría
pecuaria eran pues los llamados Isidros que también tenían su cultura y su gusto para disfrutarla y que, si se les metía la mano en la entrepierna, les salía un esportón de ortigas, ababoles y yerbajos de todas clases. Y váyanse las unas por las otras pues, como decía mi padre, todas las parvas tienen sus granzas y de ambas cosas hemos cosechado últimamente por aquí en distintas pero significativas dosis.
Granzas fueron los recientes resultados electorales de diciembre del 2018, en Andalucía, con escasa participación popular, que reflejaron el fracaso del socialismo andaluz, y luego otras parvas, como la posterior reacción y la alta anticipación de la izquierda en la Generales de 2019. Pero granzas y muy granzas fueron la irrupción y consolidación de Vox y el posterior auge de la participación con el giro a la izquierda en el conjunto electoral de generales y regionales formando parte de lo que Susana Díaz llamó
la reacción frente al trifachito, denominación cuyo escaso éxito solo es comparable a la invención y el uso por la derechona del término feminazi, para referirse a la Actividad Política reciente, femenina y feminista, reivindicativa de la igualdad de géneros.
Y para seguir con los Isidros, me referiré a su etimología que vale para su versión culta (en latín y griego: Isis+doros: “regalo de Isis”) y para la otra versión popular, con forma apocopada, también grecolatina: Isi+dro, y casi igual por su estructura y significado denotativo. En este mismo orden de cosas, Isidoro era el alias de Felipe González en el Franquismo, como don Pelayo, el de Santiago Carrillo, ambos sobrenombres se le hubieran podido ocurrir a Vox al plantear su Reconquista y muestran los caminos de vaivén que en España trazamos a propósito de nuestra historia. Luego nos quedamos tan panchos llamando al dirigente de ETA Yosu Ternera, no sé si con un alias o con un apellido, el hombre que mejor mezcló ser un asesino sanguinario con una rara clarividencia por defender la necesidad de dejar
de matar; como Arnaldo Otegi, demostrando lo procelosos que son los caminos del Señor.
Y parar terminar de señalar lo caprichosos que son los caminos de la política, sigan ustedes las perlas preciosas que se adjudican los candidatos al Ayuntamiento de Granada y en especial el pepero Sebas(tián) Pérez
cuando creyó ser un híbrido entre Natalio Rivas y el Duque de san Pedro de Galatino y ofertó a los granadinos volver a las grandes obras públicas de finales de XIX y excavar un gran túnel para el tráfico subterráneo desde Puerta Real hasta los Jardines de El Triunfo dejando los subsuelos de esta bella ciudad más parecidos a las Calderas de Pedro Botero que a una solución urbanística viable. Nunca es tan palpable el intento de sabios Isidoros o más bien Isidros agropecuarios y cutre-cañíes pasados de paladar
y duros de mollera pretendiendo de nuevo gastar en obras públicas la pólvora del rey para aplicarle luego la regla del 3% de mordida a la que los acostumbró su viejo jefe de filas, ahora en el banquillo, don José
Torres Hurtado, el Tractorista, que hubiera podido fundar Vox en su tiempo de haber sido necesario o de habérselo propuesto.
Nota *: Este título es el mismo de otro artículo con igual nombre publicado aquí el año pasado, también en el mes de mayo.