AMOR DE DON PERLIMPLÍM POR BELISA EN SU JARDÍN por JUAN ALFREDO BELLÓN para EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 23-06-2019

Uno de los hitos que jalona el trabajo periodístico y que lo hace único en su vivencia y, sobre todo, ameno para quienes lo realizamos, es el hecho de que frecuentemente, a quienes poblamos y repoblamos los periódicos (sean una realidad tangible o una virtualidad electrónica) nos cabe el placer de resetear nuestro trabajo y empezar de nuevo a realizarlo, como cuando, en la escritura, aplicamos la regla estilística y grafológica del punto y aparte. Y este es el caso en que nuestro escribir sobre la ciudad de la Alhambra se halla ahora inmerso: convocadas las elecciones municipales y chequeado el estado de la ciudad durante la correspondiente campaña electoral, el periodismo olvida el tiempo pasado, aunque en muchos casos haya sido sustancialmente mejor y se lanza a cronicar el presente y el futuro con la nueva perspectiva de un tiempo municipal y local recién renovado y, a veces, innovador, sea ello cierto o no.

Así, en Granada, se ha acabado el tiempo de Paco Cuenca y empieza el de un nuevo alcalde que ya es conocido de su época anterior como parlamentario y dirigente del Partido Socialista durante varias legislativas. Siendo el caso que ahora representa al grupo de Ciudadanos que, de los 27 ediles que corresponden por la población de la localidad, el citado partido solo ha obtenido cuatro y este es el motivo de que cualquier zozobra caiga en tierra abonada para la inestabilidad de la fórmula de gobierno municipal dada la debilidad de la supuesta forma tripartita (de dos más uno pero sin ese uno, que es Vox), de quien se avergüenzan los dos socios restantes pero a quien necesitan para que los dejen gobernar, situación esta que se va a repetir en la presente legislatura y que se parece a la paradoja teresiana del vivo sin vivir en mí / y tan alta vida espero… fórmula rentable para la arquitectura de las tramas literarias pero seguramente inútil para el trabajo diario de contar la política municipal.

El caso es que en la población granadina se ha instalado una especie de inseguridad y/u orfandad municipal que se manifiesta en un sentimiento agónico de carencia institucional que afecta seriamente al electorado sea cual sea su orientación ideológica concreta: (así es frecuente la pregunta: -¿Y del alcalde qué? ¿Dos años para cada partido? -Pero bueno ¿es bi o tri partito? -Yo pienso lo de Santa Rita, que a quien la coja no se la quitan: bonicos son… ¡Ya los conocemos! Anda que el tío con el collar colgado, como diciendo este es propio, a ver quién me lo quita. No digáis que no me queda mejor que a don Pepito y que al Tio de La Chana. Si le parezco al mismísimo Hamlet… Bueno, al Alcalde de Zalamea que es más propio. Ea, pa cuatro años en la Plaza del Carmen, que es casi más bonica que la de San Francisco en Sevilla. Y luego, son cuatro años para marear la perdiz. Quien me puso Salvaora sí supo ponerme nombre…Me debía de haber puesto la confusión de los hombres… pero disimuló.

Aunque, poniéndonos en plan lorquiano, lo mío de verdad se debe a una aspiración de lo cursi, que a Lorca le llegó de Cádiz… por Falla: Amor de don Perlimplín por Belisa en su jardín / y aquí, paz y después, mucha, mucha, muchísima gloría. Y Sebastianico, dándose por engañado tal como está el patio… encima, el muy cipote, habrá se visto y cuchar esto.

Y VOX, erre que erre, a VOX, digo, a Dios rogando y con el mazo dando. Y así no salgo en la procesión del Corpus y el Sebas, que yo tampoco, que la gente me iba a decir de todo menos bonico. Y luego está el Juanito García Montero centrado en su recién parida formación, que ése es otro cantar y va y le regala Molvízar al PSOE y Elvira Ramón, tan contenta, para compensar el disgusto de lo de Marian en Órgiva. Y no sigo porque esto puede ser el cuento de nunca acabar. Eso. La selva, ya te digo, la selva salvática, la Reóptica General, os lo juro por estas mismas.

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