España nacionaliza por decreto a un científico por cada cuatro deportistas
Los distintos gobiernos han firmado 5.627 cartas de naturaleza en los últimos 25 años, 5.254 para descendientes de sefardíes. El resto se reparten entre deportistas, profesionales de la cultura, políticos, víctimas del terrorismo y empresarios, entre otros.
El sábado 25 de mayo, en plena jornada de reflexión, el BOE publicó la nacionalización por carta de naturaleza de ocho personas. Al contrario de lo que es habitual, no se anunciaron tras los Consejos de Ministros en los que se aprobaron alrededor de un mes antes. Tampoco aparecieron en las referencias que resumen las decisiones tomadas en esas reuniones. Uno de los agraciados fue Jesús Rodríguez Villaroel, ministro de la reconciliación y profeta venezolano. Txuo, que así le llaman en su círculo religioso, es un jesuíta con vínculos con Arturo Sosa, Jefe de la Compañía de Jesús y también venezolano. El decreto que le concede la nacionalidad por la vía rápida no incluye cuáles son las “circunstancias excepcionales” que han llevado al Gobierno a concederle ese privilegio. Nunca lo hace.
Las cartas de naturaleza son una medida discrecional del Gobierno. Es decir, cada ejecutivo puede elegir a quien quiera y no existen baremos objetivos para valorar quién lo merece y quién no, excepto en situaciones muy acotadas, como víctimas del terrorismo, brigadistas internacionales o sefardíes.
Las cartas de naturaleza
La nacionalidad española por carta de naturaleza se otorga discrecionalmente por Real Decreto, “cuando en el interesado concurran circunstancias excepcionales y después de tramitar un expediente para cada caso particular. Posteriormente, el solicitante debe jurar o prometer fidelidad al Rey y obediencia a la Constitución y a las Leyes, y renunciar a su anterior nacionalidad, salvo los naturales de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal”, como explica el Gobierno.
De hecho, nunca se deniegan. Una de dos: se conceden o se olvidan en un cajón sin más explicaciones, porque son “graciables”, argumenta el Ministerio de Justicia en respuesta a una solicitud de información de Civio. Como los indultos. La varita te toca en la cabeza o no te toca. Tras analizar todas las que han sido concedidas desde 1994 y publicadas en el BOE podemos saber, al menos, los nombres de los elegidos.
Txuo no fue el único que consiguió la nacionalidad española por decreto ese día. También lo hicieron un trabajador de la embajada de Israel en España y una cubana víctima del atentado de Las Ramblas de Barcelona. De hecho, las víctimas del terrorismo son uno de los colectivos que cuentan con tratamiento especial a la hora de conceder cartas de naturaleza. En su caso sí hay alguna regla. La propia ley que regula su protección y reconocimiento establece que se tendrá en cuenta esa condición para acceder a las cartas de naturaleza. Algo similar ocurre con los brigadistas internacionales, en su caso recogido en un decreto de 1996 y la Ley de Memoria Histórica.
Pero si hay un caso especial es el de los sefardíes. De las 5.627 cartas de naturaleza publicadas en el BOE en los últimos 25 años, 5.254 fueron para descendientes de los judíos expulsados de España por los Reyes Católicos. El objetivo, según las normas que lo regulan: reparar la injusticia cometida hace más de 500 años. Aurelia Álvarez Rodríguez, Profesora Titular de Derecho Internacional Privado de la Universidad de León, argumenta que, aunque este trato de favor puede ser razonable, sería mucho más que ese privilegio se aplicara a nietos de exiliados o saharauis, por ejemplo, “cuya desvinculación de nuestro país ha sido mucho más cercana en el tiempo que la de los sefardíes”. Lo hace en su extenso artículo Españoles por carta de naturaleza: del privilegio a la reparación de los perjuicios causados.
En 2006 se estableció que su caso era causa para otorgar cartas de naturaleza y desde 2015 una ley establece que quien acredite la condición de descendientes de sefardíes obtiene la nacionalidad de forma directa. Sin pasar por Consejo de Ministros. Desde poco después, ya no aparecen en el BOE de forma individualizada. Pero sí lo hicieron antes y por eso son miles en nuestros datos.
Deportistas, escritores, cineastas, políticos y empresarios
Si eliminamos a los sefardíes, tenemos 373 cartas de naturaleza concedidas desde 1994. La mayoría son deportistas, hasta 92. Entre ellos, muchos atletas (20) y jugadores de baloncesto (11), como Ibaka (“Ikea” para José Blanco). En muchos casos, esa nacionalidad no es más que una llamada a unirse a las filas españolas en campeonatos o Juegos Olímpicos. En la parte baja de la tabla están los científicos, con 21 agraciados en los últimos 25 años. DEPORTECULTURAPOLÍTICA/DIPLOMACIAVÍCTIMAS DEL TERRORISMOEMPRESARIOSEJÉRCITOOTROSCIENCIANOBLES
Al deporte le sigue la cultura (70), donde destacan la literatura (19) y el del cine (18). En este último caso, la carta de naturaleza trae un extra: si un director lo es, es mucho más fácil que su película también acabe teniendo nacionalidad española y, por lo tanto, pueda acceder a las ayudas al cine.
Políticos y diplomáticos suman 51, entre ellos exministros de países latinoamericanos y varios miembros de la oposición venezolana. Y las víctimas del terrorismo o sus familiares, con normativa propia sobre este asunto, 38.
Según le convenga, el Gobierno anuncia las nacionalidades por decreto tras el Consejo de Ministros o no lo hace.
Mohamed Bouamatou es un empresario y banquero mauritano, patrono de la Fundación Mujeres por África, presidida por la exvicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega. Fue nacionalizado por decreto en 2011. Tres años después, el Gobierno de Zapatero nacionalizó a cuatro de sus familiares. Lo hizo a escondidas, pese a que otras cartas de naturaleza de ese mismo Consejo de Ministros sí se contaron, con orgullo, tras la reunión. Él es uno de los 35 empresarios y familiares que los sucesivos gobiernos han ido nacionalizando por esta vía rápida desde 1994.
Los 16 de 2018
De las 16 cartas de naturaleza de 2018, nueve se firmaron durante el Gobierno de Mariano Rajoy y siete durante el de Pedro Sánchez. El Ejecutivo popular nacionalizó por decreto a la hermana de la Reina Sofía, un exministro venezolano, el expresidente de Colombia Andrés Pastrana, la madre del presidente argentino Mauricio Macri y un familiar de una víctima del atentado de Barcelona, entre otros. Por su parte, el socialista eligió a un atleta, el director de cine Alejandro González Iñárritu y otros cuatro venezolanos. En total, seis personas de ese país adquirieron la nacionalidad española el año pasado, entre empresarios, políticos y activistas opositores al régimen de Maduro. De hecho, los políticos y diplomáticos conforman la categoría más numerosa de 2018.
Pero volvamos a Txuo. Él no fue el único venezolano nacionalizado ese día. Otras dos mujeres de ese país aparecen en sendos decretos firmados en la misma fecha. De hecho, Venezuela es una de las nacionalidades más repetidas en las cartas de naturaleza. Son 31 de los 373, solo superados por los cubanos (33). El año pasado, seis de los 16 nacionalizados por decreto procedían de ese país.
Desde 1994, los sucesivos gobiernos han nacionalizado a muchos más hombres que mujeres. De los 373, 241 son hombres y algo más de la mitad, 132, mujeres. Y el año en el que más cartas de naturaleza se concedieron fue 2005, una cifra que se explica, en parte, por los 17 familiares de víctimas del 11-M o los 11 intérpretes que colaboraron con el Ejército español en la Guerra de los Balcanes que aparecen en las listas de ese año.
CIVIO Eva Belmonte