LA MARE QUE SUS VA PARÍR por JUAN ALFREDO BELLÓN para EL MIRADOR DE ATARFE del domingo 14-07-2019

Ya está aquí el verano y sí, sabemos cómo se nos han echado encima las calores (siempre distinguí desde que tuve que vivir en Sevilla, la diferencia de intensidad entre el calor, la calor y las calores y, por lo que se ve, este año hemos empezado la casa por el tejado) así, de sopetón, como quien no quiere la cosa, ¡plaf! Y ya empieza a hablar todo el mundo de la inclusividad del cambio climático, que sí, que ya lo tenemos encima, pese a quien Trump pese. Pero es a nosotros a quienes nos achuchan el calor, la calor y las calores y la mare que sus va à parir a los metereólogos, que parecéis todos cortados por la misma tijera y mentis más que habláis (bueno, porque habláis) y nos envolvéis con vuestro discurso tecnocrático y, al final, siempre nos coge el toro. Al final, siempre nos coge, no tengáis duda de ninguna clase y la verdad es así dígala Agamenón o su porquero, y ya sabéis que Agamenón asiente pero su porquero no está de acuerdo…

Y os preguntaréis por qué hago tantas veces mención del discurso metereológico y es así porque, tomando una opción legítima, nos entendemos mejor, tomando lo escrito al pie de la letra y también, sobre todo, ateniéndonos al estilo figurado. Que funciona como un doble discurso de fondo: no hay mal (ni bien) que mil años dure y tras de la tempestad viene la calma. Por eso ¿a qué viene tanto miedo ni tanto asco a la extrema derecha, si a la postre váis (y vamos) a tener que posar con ella. Por eso, el discurso meteorológico y el político en suma, tienen tanto éxito, porque ayudan a la intercomprensión y tanto dan como quitan porque son interfaces de una única matriz: la de la derecha administradora universal de cuanto existe en los anaqueles de esta Administración y de ahí el interés que también tiene Pablo Iglesias por ingresar en la Cofradía.

-Y no que me voy a giñar en la mare que sus va a parir, así, con una aparente perífrasis de futuro para indicar perífrasis de pasado, como dicen los catalanes, que todo lo cantan por perífrasis metafóricas (t´extimo ¿no?). O Ignasi: te he dicho que vengas, como decía la Gata Loca.

Por eso, no hay nada mas feo que un exremista de derechas, como tampoco uno de izquierdas, como Pablo Iglesias, el Predicador, que nos habla de isobaras, ciclogénesis explosivas, depresión, viento huracanado, frente nuboso y borrascoso, paralelos y meridianos, fenómenos propios de un frente borrascoso huracanado lleno de una concatenación de tormentas tropicales de alto voltaje, etc.

Y ahora llevamos una eternidad ofreciendo a Podemos (nosotras, claro) acceder a la mesa de los mejor tratados, que no es poco, y ellos/-as llevan otro tanto diciéndonos que sí pero que no, que no se fían de nosotras ni de Dios que baje a vernos desde su santo Cielo. ¿Está claro? ¿No? Pues parece que no, porque llevamos así todo el año y nadie nos apeamos del burro mientras corre el tiempo que se las pela y ya lo tenemos encima en sucesivas oleadas y el veraneo, apretando y las agencias de viajes, metiéndonos la bulla y, como decía mi hermana Laly, cuando chica, y le entraba el fililí por salir: los niños, en la calle; la música, tocando; la Virgen , procesionando y Laly, sin vestir.

Y los de la UE dicen ahora que la Unión no puede perder influencia en las instituciones comunitarias con la marcha de Lagarde a la Comisión, y yo les digo que les mandemos a Aznar a ver si, estando ocupado, nos deja respirar tranquilos a sus compatriotas y se dedica a cambiar para bien la presencia española en la Unión Europea ahora que ya parecemos mayores de edad.

De todas formas, no seré yo quien defienda mejor lo que debemos hacer los europeos para ganar en Bruselas peso para nuestras respectivas naciones, dado que aquello parece una merienda de negros y constantemente nos recuerdan que llegamos tarde, que no fuimos socios fundadores y lo mucho que tuvieron que ayudarnos hasta poder estar en condiciones de ser socios de pleno derecho. Así, se me ocurre cómo podríamos quitarnos de encima la pejiguera de Pablo Iglesias y su imposición de un acuerdo de Gobierno de Coalición para poder gobernar en esta legislatura: bastaría con hacer ministros a Iñigo Errejón (de la Infancia y otras Menudencias) y a Manuela Carmena (de la Madurez y otras Magnificencias) lncondicionalmente. Eso.

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