Sorpresa, esperanza y recelos
Sánchez e Iglesias necesitarán sentido de la realidad y muy buena cabeza
Lo que dije cuando el gobierno de coalición era una hipótesis lo repito ahora que hay un preacuerdo. Además de las complejísimas tareas de construcción de dicho gobierno que aún tiene que ser apuntalado por otras fuerzas, Sánchez e Iglesias tienen que revertir el déficit de credibilidad de dicha fórmula, que no procede solamente de la hostilidad de sus enemigos o del Ibex o del pensamiento económico político dominante.
Las reticencias alcanzan a amplios sectores de las capas medias e incluso muchos afines conquistados por la idea de que nuestro mundo no se puede ni tocar el modelo único y que además ha sido testigos del agrio proceso negociador pasado un muestrario completo de las tradicionales desconfianzas de las izquierdas.
De forma que la sorprendente noticia del pacto con Iglesias de vicepresidente y el abrazo que lo sella hace recelar incluso a los que hoy lo celebran. Todas las reconciliaciones fulminantes hacen dudar y no se entiende el semestre perdido.
Hay mucho que decir y mucho se dirá sobre tan importante noticia pero como primera entrega antes de conocer planes programas y proyectos se precisaría una aclaración fundamental básica: que PSOE y Unidas Podemos quieren construir un gobierno. No dos ni una moto con sidecar. Es decir, que entienden que un gobierno es un órgano colegiado que comparte decisiones y responsabilidades incluso en los casos más impopulares.
Aún hay mucho pescado por vender en el seno del propio PSOE y muchas alianzas por tejer. Estoy convencido de que Sánchez sí obtendrá la investidura en la segunda vuelta. Si es así, si este gobierno de coalición sale adelante constituirá una novedad de nuestra democracia y un desafío de la máxima dificultad para nuestra izquierda: diseñar un proyecto progresista viable bajo la presión de dos tensiones extremas en la derecha y el independentismo y frente a las desconfianza casi unánime del establishment económico nacional.
Sánchez e Iglesias necesitarán sentido de la realidad y muy buena cabeza. Una gran responsabilidad. Repito lo que un día dije. Si fracasan la derecha estará en el poder hasta que la princesa Leonor tenga nietos. Si triunfan, dos países del sur España y Portugal podrán reanimar a la vieja y desfondada izquierda europea.
IÑAKI GABILONDO
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