22 noviembre 2024

Lo de dar ejemplo -o aprender algo, si se quiere plantear a la inversa- es un ejercicio muy curioso. Es curioso porque la verdad, la decencia, la eficiencia también, la dignidad o el respeto son valores, son conceptos que viajan, que no se están quietos en un lugar concreto. Y hoy para confirmarlo tenemos un ejemplo magnífico que conecta España y Chile.

Viaje de ida: la cumbre del clima se está celebrando en Madrid porque el gobierno chileno no podía garantizar su normal desarrollo. Viaje de vuelta: en una televisión chilena, un tertuliano niega que en la dictadura de Pinochet se vulnerasen los derechos humanos. ¿Qué hace la presentadora? Pues le echa del plató, le pide que se vaya. Y el hombre se acaba marchando porque hay cosas que, efectivamente, resultan intolerables.

Moraleja: en Chile es posible que deban estudiar cómo se garantizan los compromisos internacionales; pero en España tal vez deberíamos aprender a no quedarnos callados ante quienes reivindican el franquismo o niegan la violencia machista. Porque perder un evento como la cumbre del clima es grave, pero retorcer la historia y deformar la realidad, eso puede ser mortal.

Carles Francino

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