LA ERMITA DE LOS TRES JUANES (2) por José Enrique Granados
Continuamos con la Memoria y fundamentos del proyecto de construcción de una ermita en el cerro El Castillejo, de Atarfe, abordando hoy las razones que aconsejan su construcción, según el promotor de la obra.
Grandes son los beneficios que de la creación de este templo se han de derivar, tanto en el orden espiritual como en el material, ya que ello habrá de originar las consiguientes peregrinaciones, romerías, fiestas religiosas y aumento constante y fructífero de la fe, sin que por otra parte con ello se ocasionen ni produzcan daños y perjuicios de ninguna índole, por tratarse de un cerro rocoso, inhóspito, sin arbolado, vegetación, pastos ni aprovechamiento alguno en cuanto se refiere a su imposibilidad absoluta de explotación, sin que afecte directa ni indirectamente tampoco a ningún interés oficial o particular ni lesione o pueda lesionar lo más mínimo, en el presente ni en el futuro, al vecindario en general. Sólo, pues, cabe cosechar de esta obra beneficios incalculables, fama y honor para el creyente y virtuoso vecindario de Atarfe, que vería en su ejecución su gran anhelo satisfecho y una satisfacción a su tradicional religiosidad.
Siendo preciso proveer a las atenciones del culto y a sus necesidades materiales indispensables, no han faltado tampoco almas caritativas deseosas de contribuir a su sostenimiento con largueza y desprendimiento, muy loables, que el caso requiere, como la magnífica donación hecha a tal fin de la finca rústica llamada La Joya de San Felipe, situada en sus proximidades, de 15 hectáreas de tierra de secano laborable, debida a la filantropía y generosidad de don Enrique Jiménez Molinero, que ya en este aspecto llena cumplidamente dichas necesidades materiales de que hacemos mención. Y así y, por no hacer interminables estas consideraciones, renunciamos a reseñar todas las aunadas voluntades dispuestas a colaborar, apoyar y prestar su concurso a esta magna empresa de llevar a buen fin lo que hoy constituye ya un verdadero estado de opinión en pos de su realización, viendo así satisfechos y cumplidos con ansia y fervor sus más caros y ardientes anhelos.
Estimamos conveniente una superficie mínima de 20.000 metros cuadrados, adoptando la forma de un rectángulo de 100 metros de lado por 200 de profundidad o de 110 por 182, pues, dado lo irregular del terreno, resulta un espacio poco aprovechable para grandes aglomeraciones de fieles, siendo por tanto dicha extensión la cantidad mínima necesaria, a cuyo efecto será preciso llevar a cabo algunas obras de relleno y urbanización y plantaciones de arbolado donde sea posible y la conformación del terreno lo permita, practicando las necesarias excavaciones y barrenado para los hoyos que hayan de ir provistos de tierra destinados al arbolado.
El edificio cuya construcción se proyecta es de estructura completamente regular; irá aislado y se compondrá de cuatro fachadas. El solar donde habrá de construirse este edificio se encuentra a la izquierda del camino que, bordeando el cerro de El Castillejo, lugar de su emplazamiento, conduce al cortijo de Marugán y al pueblo de Caparacena en el término distante unos dos kilómetros, aproximadamente de la villa de Atarfe. Ofrece este lugar, entre otras ventajas dignas de mención, ya señaladas y descritas, por su proximidad a la capital, de rápidas, fáciles y cómodas vías de comunicación, pues, además de la carretera general de Granada a Alcaudete y que permite el acceso a ella con cualquier medio de locomoción, cuenta con la línea de ferrocarril de Granada a Bobadilla y con la del tranvía eléctrico, con servicio regular entre la capital y Pinos Puente.
La extensión superficial del edificio de referencia es de 226,50 metros cuadrados de planta cubierta, de los cuales 84,00 metros cuadrados corresponden al atrio, 4,00 a la sacristía y otros 4,00 metros cuadrados para el departamento ornamental; correspondiendo al templo propiamente dicho 134,50 metros cuadrados, o sea, una superficie útil para la instalación de altares y fieles de 101,05 metros cuadrados, deducidos los gruesos del muro.
El emplazamiento de esta Ermita será en el punto más elevado y extremo del cerro de El Castillejo, dando frente por su fachada principal a la villa de Atarfe o parte sur, por la fachada posterior, al norte, y por sus laterales, derecha e izquierda, al este y oeste respectivamente, quedándole una extensión de terreno libre para paseos y lugares de reunión o aglomeración de fieles, actos religiosos, romerías, peregrinaciones, etc., de 10.775,50 metros cuadrados.
El terreno ofrece por su situación y altura excelentes perspectivas y gran visualidad que, unida a su buena orientación y a los bellos panoramas que, desde cualquiera de sus fachadas ofrece al observador en todas direcciones, concluye por reunir condiciones envidiables desde el punto de vista pintoresco y salubridad moderna.
En la fotografía se puede observar sentado en las escalinatas de la derecha, al promotor de la construcción, así como el andamiaje utilizado para el levantamiento de la ermita.
Curiosidades elvirenses.