Ya hemos escrito en esta página sobre Ana Barranco, la cual veo casi todos los días a primera hora de la mañana. Y casi todos los días, me invita a que escriba un nuevo libro, que los anteriores le han gustado mucho y quiere más…

Además, me solicita que escriba sobre su padre para lo que me ha preparado una fotografía. Evidentemente, no puedo desatender dicha invitación y aquí estoy, escribiendo algunas letras sobre su progenitor.

Tengo un vago recuerdo de él, nunca fue mi maestro por lo que no puedo hablar de ello, aunque me han contado que era un maestro serio y atento con sus alumnos, a los que inculcaba el amor por la lectura y el buen hacer.

Le recuerdo siempre con su mujer, inseparable, y toda su prole, abundante, como las familias de hace unos años, por la calle Real o por las callejuelas, dédalo del Atarfe del ayer.

Este texto está escrito, antes del confinamiento. A este, le vencemos. #quedatéencasa.
Curiosidades elvirenses.

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