La mascarilla será obligatoria desde este jueves en espacios públicos si no se puede garantizar la distancia
Los menores de seis años quedan excluidos de la orden del Ministerio de Sanidad
El Boletín Oficial del Estado publica este miércoles la orden por la que se regulan las condiciones para el uso obligatorio de mascarilla a partir de este jueves: tendrán que usarla obligatoriamente aunque con excepciones los mayores de seis años cuando estén “en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no sea posible mantener una distancia” de dos metros. Por ejemplo, si uno está solo en una tienda podrá no usarla, pero si está en una calle muy concurrida deberá ponérsela. La disposición será obligatoria para “las personas de seis años en adelante”, con lo que afectará a unos 45 millones de personas. Y recomendable en los menores a partir de los tres (otros 1,3 millones).
La orden ministerial establece cuatro excepciones para esta norma:
“Personas que presenten algún tipo de dificultad respiratoria”,
“personas en las que el uso de mascarilla resulte contraindicado por motivos de salud debidamente justificados, o que por su situación de discapacidad o dependencia presenten alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización”,
“desarrollo de actividades en las que resulte incompatible el uso de la mascarilla”
y un genérico “causa de fuerza mayor o situación de necesidad”.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ya anunció este miércoles que el Gobierno no va a regalarlas, aunque eso podrán hacerlo las comunidades. La orden no fija un modelo de protección y dice que será obligatorio usar, si se va a estar a menos de dos metros de otras personas, “cualquier tipo de mascarilla, preferentemente higiénica y quirúrgica, que cubra nariz y boca”. Las quirúrgicas son las que tienen un precio máximo fijado (las más comunes son las que son blancas por un lado y azul por otro) a 96 céntimos la unidad. Si estas fueran para un uso diario –las hay de un solo uso y otras que no lo son–, a una por día supondrían unos 29 euros al mes.
El uso generalizado de mascarillas está justificado por la alta transmisibilidad del virus y, también, por la capacidad que han demostrado para “bloquear la emisión de gotas infectadas, muy importante cuando no es posible mantener la distancia de seguridad”, señala el texto. Es decir, su objetivo es que las personas portadoras del virus sin saberlo –las otras deben guardar aislamiento– no contagien al resto.
Sanidad remite a una norma de la Sociedad Española de Normalización para la confección de mascarillas caseras. pero esta regulación, como admitieron fuentes de la entidad cuando se publicó en abril, están dirigidas a empresas textiles. Y especifica cuestiones como que el tejido a emplear debe tener una eficacia para la filtración de más del 90% o que la respirabilidad debe de ser menor de 60 pascales por centímetro cuadrado, por ejemplo, condiciones que es imposible saber de las telas de las que puede disponer la persona que va a confeccionarse una mascarilla. El Centro de Control de Enfermedades de EE UU (CDC) es mucho más práctico. “Las cubiertas de tela para la cara confeccionadas con artículos del hogar o hechas en casa a partir de materiales comunes de bajo costo pueden usarse como medida adicional y voluntaria de salud pública”, afirma. Y luego especifica que deben ser lavables (basta con el proceso de la lavadora para desinfectarlas). Especifica que se usen dos piezas superpuestas de algodón de 10 por 6 pulgadas (25 por 15 centímetros) . “Use algodón de trama cerrada, como telas acolchadas o sábanas de algodón. La tela de las camisetas funcionará sin problemas”, explica en su guía práctica el CDC. Que luego indica cómo se cosen y se meten las gomas por los lados. También explica cómo hacer una con un pañuelo.
La orden no establece un régimen específico de sanciones para quien no use mascarilla, por lo que fuentes jurídicas opinan que, como en el resto de las órdenes del estado de alarma, se aplicará el de la ley de Seguridad Ciudadana. Esta establece que “las infracciones muy graves se sancionarán con multa de 30.001 a 600.000 euros; las graves, con multa de 601 a 30.000 euros, y las leves, con multa de 100 a 600 euros”.
La opinión de los expertos que asesoran al Gobierno sobre la utilidad de las mascarillas ha ido cambiando. De considerarla poco eficaz a obligar a llevarla tan solo en el transporte público y, ahora, a esta norma. Aparte del aumento del conocimiento del coronavirus, con el inicio de la desescalada aumenta la movilidad y la posibilidad de que varias personas coincidan, como ha explicado el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón. También sucede que ahora ya hay material disponible, lo que no sucedía cuando empezó la desescalada. Por ejemplo, el Ministerio de Sanidad anunció este miércoles que ha repartido 9,6 millones entre las comunidades.