22 noviembre 2024
 

‘Nosotras en septiembre volveremos a las aulas con la ilusión renovada de seguir construyendo futuro’, dice el autor.

“ …La educación como práctica de la libertad, al contrario de aquella que es práctica de la dominación, implica la negación del hombre abstracto, aislado, suelto, desligado del mundo, así como la negación del mundo como una realidad ausente de los hombres…” (Paulo Freire)

Quiero comenzar con unas letras de agradecimiento, porque es bueno empezar dando las gracias, a todas esas personas que me han ayudado de una u otra forma, a realizar esta reflexión: a mi alumnado del instituto, a mis compañeros y compañeras, a profesorado y alumnado del master de secundaria, a compañeros y compañeras de los sindicatos, a Marco, Luis, Irene, Eduardo, Cristian, Rubén… y un mensaje de ánimo, aliento y solidaridad a la comunidad educativa del CEIP “Tierno Galván” e IES Trevenque, símbolos de la defensa de la educación pública granadina.

Dígase de otra manera, una educación encaminada a la construcción de una ciudadanía libre, crítica, dueña de su propio destino… o un sistema dual en el que por un lado preparamos a la mayoría social para encajar perfectamente y de forma sumisa en los engranajes del neoliberalismo más salvaje (precariedad, desempleo, explotación…); y por otro una educación para las élites dirigentes y beneficiarias del sistema

Educar es sin duda uno de los grandes retos de nuestra sociedad, es la puerta a través de la cual la ciudadanía acaba accediendo a su participación de pleno de derecho en la misma. Comprendiéndola como un instrumento de socialización en positivo, que hace que el tránsito de la infancia a la madurez sea a su vez el camino a recorrer para dejar de ser sujetos pasivos, para convertirnos en actores y actrices del funcionamiento social. Es por eso que para muchos el control del sistema educativo es clave, y cuando no han podido hacerlo directamente, han creado su alternativa a través de la educación privada, como elemento de reproducción social. Es por todo esto, por lo que los debates educativos son tan apasionados, con tantas dificultades para llegar a acuerdos que satisfagan a todas… por que el cómo comprendemos la Educación es una cuestión de clase, es parte imprescindible de nuestra cosmovisión.

La Educación Pública se convierte de esta manera en el espacio en el cual deben de darse las premisas para que los acuerdos sociales se lleven a efecto, donde los valores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos toman vida, con el objeto de ayudar a que los niños y niñas del presente sean la ciudadanía libre, crítica, participativa y activa que desde la igualdad de oportunidades acceda a su responsabilidad generacional de construir un futuro mejor para todas. Por eso la Educación Pública es un peligro que cuestiona las desigualdades, la opresión, la discriminacióny es necesario controlarla, someterla mediante leyes que la instrumentalicen y la pongan al servicio del propio sistema que niega los valores sociales universales, para imponer sus intereses de clase. Dígase de otra manera, una educación encaminada a la construcción de una ciudadanía libre, crítica, dueña de su propio destino… o un sistema dual en el que por un lado preparamos a la mayoría social para encajar perfectamente y de forma sumisa en los engranajes del neoliberalismo más salvaje (precariedad, desempleo, explotación…); y por otro una educación para las élites dirigentes y beneficiarias del sistema.

La crisis provocada por el COVID-19 ha tensionado el debate sobre la educación, ya que ha mostrado las importantes deficiencias de nuestro sistema educativo, a la vez que las tremendas fortalezas que supone un profesorado comprometido que se “reinventa” ante cada dificultad, el personal de administración y servicios que ha posibilitado que la maquinaria administrativa siguiera funcionando, y un alumnado que junto a sus familias no ha tirado la toalla, comprendiendo la importancia de seguir construyendo futuro, su futuro, nuestro futuro. Mientras la autoridad educativa debatía cómo enfrentar la situación, de forma simbiótica las familias, el alumnado y profesorado ya estaban trabajando, sin necesidad de instrucciones, órdenes, ni mandatos… porque somos conscientes de la importancia que nuestro trabajo en equipo tiene. No ha sido fácil para el profesorado convertirse en blogueros, youtubers… ni para el alumnado enfrentarse a un cambio radical de modelo de enseñanza, que le exige unos altos niveles de responsabilidad, de comprensión, de autocontrol… y qué decir de las familias, fundamentales, imprescindibles, que han sido docentes, psicólogas, pedagogas… que han convertido los salones, cocinas y dormitorios en aulas… mantener la esperanza, el contacto humano,  esa era nuestra gran misión compartida en tiempos de miedo y muerte.

Si el debate se limita a cómo empezar en septiembre desde la óptica de la “nueva normalidad”, perderemos lo aprendido, tiraremos a la basura esta conmoción social que nos indica claramente la necesidad de que las cosas cambien, de que todo cambie

Hemos aprendido mucho en esta experiencia dramática que la comunidad educativa ha vivido;  que la brecha digital está ahí y que hay que superarla; que la brecha social es fundamental para comprender los silencios y ruidos estridentes al otro lado del teléfono, de la pantalla del ordenador, de un correo electrónico sin respuesta… que es necesario un cambio en profundidad del sistema educativo, que pongan por encima de las cifras del coste del servicio, a las personas que formamos parte de algo que es mucho más que eso… Si el debate se limita a cómo empezar en septiembre desde la óptica de la “nueva normalidad”, perderemos lo aprendido, tiraremos a la basura esta conmoción social que nos indica claramente la necesidad de que las cosas cambien, de que todo cambie.

Sra. Ministra con 2.000 millones de euros no es suficiente, hace falta más dinero y muchas otras cosas que no cuestan ni un céntimo: empatía, asertividad, liderazgo emocional… no se limite usted a echar la responsabilidad a las Comunidades Autónomas, asuma usted la que le corresponde. Sr. Consejero ya no es posible la vuelta a la “normalidad”, no existe, asuma que es necesario repensar la educación andaluza y asumir nuestra realidad de aulas prefabricadas, centros saturados, brecha digital… no derive su responsabilidad a la “autonomía organizativa de los centros”, no se puede convertir el agua en vino. Quizás antes de hablar, de generar tensiones, preocupación, alarma social… habría que pensar, razonar, escuchar… Nosotras en septiembre volveremos a las aulas con la ilusión renovada de seguir construyendo futuro.

POR JUAN FRANCISCO Arenas de Soria

FOTO: ‘Nosotras en septiembre volveremos a las aulas con la ilusión renovada de seguir construyendo futuro’, dice el autor.

https://www.elindependientedegranada.es/politica/reto-educacion-gestion-crisis-sanitaria