«Teletrabajar con hijos sin colegio no es teletrabajar, es sobrevivir»
Las ‘Malasmadres’ tienen sueño, poco tiempo libre y ojeras hasta los pies. Pelean por la igualdad y la conciliación en un club que durante el confinamiento y la desescalada ha aprovechado para pedir la regulación del trabajo desde casa, para que sea un aliado y no una trampa.
Laura Baena (Málaga, 1981) se disculpa nada más descolgar el teléfono: «A lo mejor escuchas a mi pequeña de vez en cuando». A los treinta segundos de charla, su pareja ha tenido que llevarse a los niñas para que pueda atender al periódico. «Esto que estás viviendo ahora ha sido el día a día mientras intentaba trabajar en tiempos de coronavirus». Es fundadora del Club de Malasmadres, que cuenta sus seguidoras y seguidores por cientos de miles.
–¿Qué es una ‘malamadre’?
–Es una madre con mucho sueño, poco tiempo libre, con ojeras hasta los pies, pero que lucha por una conciliación real, que hace lo mejor que puede para sus hijos. Ha aprendido que la madre perfecta no sirve y ha dejado cosas por el camino, pero cada mañana se levanta haciéndolo lo mejor posible. Pero sabiendo que la maternidad no es sólo una responsabilidad individual, sino social, y ahora mismo eso brilla por su ausencia.
–¿Alguien os dice malas madres? Pero en serio…
–Nace de eso, de cuando empecé a desahogarme en Twitter porque te sientes ‘malamadre’ si tienes planes más allá de tus hijos y metas en la vida. La maternidad está en constante juicio. Antes había madres que renunciaban a toda su vida por su hijos y ahora sigue estando mal visto en la sociedad. Como que te vayas con tus amigas a tomar algo, que des potitos, y muchas más cosas. Abogamos no por un tipo de crianza, sino por que todos son válidos y cada madre hace lo que puede.
«Tenemos que poner a los niños en el centro. Han sido los grandes olvidados de la pandemia y son el futuro de esta sociedad»
–¿Algo positivo de vivir confinada con tres niñas?
–Me confinaron cuando mi niña tenía quince días. Ha sido la oportunidad de estar juntos y llevar esos meses tras el parto juntos. Hemos sacado en positivo el agudizar el ingenio y que sea una familia más unida, pero ha sido muy duro. Ahora hay que parar, reflexionar y dar un enfoque positivo para sea una sociedad más justa. Tenemos que poner a los niños en el centro. Han sido los grandes olvidados de la pandemia y son el futuro de esta sociedad. Pero poco hemos aprendido: no hay planes de conciliacion y mucha incertidumbre en la vuelta al cole.
–¿El teletrabajo es un aliado o una trampa?
–Bien regulado es un aliado. Hemos compartido nuestra propuesta de teletrabajo al Ministerio y ahí está. Principalmente está enfocada a regularlo con perspectiva de género para que precisamente no sea una trampa. En muchas empresas se ha obligado a volver de manera presencial y en muchos casos han vuelto los padres porque muchas mujeres madres se han quedado al cargo de los hijos. (…)Ahora no hemos teletrabajado: teletrabajar con hijos e hijas sin colegio no es teletrabajar, es sobrevivir, hay que buscar la flexibilidad laboral.
–¿Hace más por la conciliación el Gobierno o un par de capítulos de Peppa Pig?
–Ahora mismo es una buena comparación. Ha habido que agudizar el ingenio de una manera increíble y sintiendo culpa. Hemos tenido que cambiar las normas de las nuevas tecnologías y apoyarnos en los cuidadores digitales. Si no era imposible, desde tener una call de trabajo hasta estar concentrada un momento para mandar un mail. Ha sido de locos. No sólo los capítulos de Peppa Pig, sino los gusanitos o dejar que tiren abajo un cajón que ya lo recogeré. (…) Las familias desfavorecidas han perdido su empleo, no han podido conciliar, no han podido acceder a la escuela digital, y las familias con niños con necesidades especiales han parado sus terapias.
–¿Viste la foto de Pilar Rubio tras dar a luz a su cuarto hijo?
–Me parece muy mal que aboguemos por una sociedad justa igualitaria, que vele por la sororidad, que las mujeres hagamos equipo y luego critiquemos a otras mujeres. Sale maquillada y divina porque es así en su día a día, con lo cual es coherente. Es como si yo salgo con los pelos tiesos, las ojeras y las canas. Me parece increíble que las mujeres sigamos criticándonos. A los medios y la sociedad hay que pedir que visibilicen otra realidad. También la de quienes salimos de parto y tenemos que ponernos zapatillas dos tallas más grandes.
–¿Un emoticono de despedida?
–La flamenca, para tirar de humor.
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