«La LOMLOE» por Iluminada Jiménez Olivencia
Iluminada Jiménez Olivencia nos invita, desde su experiencia como docente, ahora jubilada, y también en la gestión educativa, a una lectura reflexiva y sosegada de la Lomloe, la ley educativa que tramita el Gobierno de España, para conocer su contenido y objetivos, entre los que destaca la equidad e inclusión. Una opinión cualificada a tener muy en cuenta.
Merecerá la pena el esfuerzo realizado por Gobierno, comunidades autónomas y comunidad educativa, para lograr una ley que responda a los retos del futuro, a las necesidades de los más de ocho millones de estudiantes de nuestro país .
Desde hace unos años se ha hablado mucho entre los profesionales de la educación de que estamos educando a la ciudadanía del futuro sin saber cómo va ser ese futuro que se prevé incierto y cambiante y esta es una de las razones por la que hoy más que nunca necesitamos una ley que apuesta por el futuro y garantiza la equidad.
En este momento hay mucho «ruido» del que voy a apartarme con la intención de habler de una ley que considero, por mi experiencia, tan necesaria
En este momento hay mucho «ruido» del que voy a apartarme con la intención de hablar de una ley que considero, por mi experiencia como docente y desde las responsabilidades que he tenido en la gestión educativa, en mi opinión, tan necesaria. Y con esto no quiero decir que no me parezca importante el debate, que lo es, lo que pretendo es dejar a un lado la confrontación y centrarme en las necesidades que la educación tiene en este país.
Rechazo el discurso que siembra la duda, contribuye al malestar y juega con la vulnerabilidad de las familias. Y considero que es preciso hacer una lectura detenida, reflexiva y sin prejuicios, pensando en las necesidades formativas de nuestros jóvenes y analizando si la nueva ley proporciona los instrumentos necesarios para dar respuesta educativa sólida y significativa para los años venideros.
Sin duda habrá quien se esté planteando si era necesaria una nueva ley, si no hay una «inflación de leyes», esta es la octava. Pero las leyes tienen que hacer posible los avances sociales y responder a las necesidades de la ciudadanía.
Gracias a las distintas y sucesivas leyes de educación hemos visto avanzar el sistema educativo español y su contribución a la modernización y al progreso, al fortalecimiento de la democracia y al bienestar de su ciudadanía . Han ido sumando y construyendo.
Para quien piense que han sido muchas las leyes, excesivas en número, le invitaría a un mínimo pero necesario repaso sobre las aportaciones esenciales de cada una de ellas, de las claves que han ido sumando y construyendo el espacio adecuado para afrontar los retos que cada momento exigía
Para quien piense que han sido muchas las leyes, excesivas en número, le invitaría a un mínimo pero suficiente y necesario repaso sobre las aportaciones esenciales de cada una de ellas, de las claves que han ido sumando y de cómo han ido construyendo el espacio adecuado para afrontar los retos que cada momento exigía: erradicar el analfabetismo, proporcionar una formación básica obligatoria y gratuita, para hombres y mujeres, participación de las familias en los centros, APAS (en la actualidad AMPAS) y consejos escolares, prolongar la edad de escolarización obligatoria, disminuir las ratios, establecer la autonomía de los centros o la creación de los centros de adultos, por poner algunos ejemplos. ¿Que han sido muchas las leyes? No si pensamos de dónde partíamos.
La nueva ley es moderna, equitativa e inclusiva :
- Realiza una fuerte apuesta por la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres como elemento transversal a las áreas de conocimiento.
- Crea el Instituto de desarrollo curricular, fundamental para actualizar el currículo a la realidad actual y prepararse para el futuro.
- Apuesta por la cultura de la sostenibilidad ambiental.
- Devuelve y refuerza la participación a los consejos escolares que recuperan las funciones perdidas con la LOMCE y las amplían: aprobación del proyecto educativo, de la programación general del centro y de la participación en la selección de la dirección.
- Garantiza una escolarización más inclusiva para el alumnado de educacion especial en los centros ordinarios, con más recursos, con las suficientes garantías. Los centros específicos continúan con su labor de escolarización de su alumnado y con el apoyo a los centros ordinarios.
- Incorpora la asignatura de Valores cívicos y éticos, derechos humanos, Constitución y cultura de paz.
- Recupera los planes de cooperación interterritorial.
- Establece la realización de evaluaciones diagnósticas para evaluar competencias en el alumnado, con valor informativo y orientador para la elaboración de planes de mejora.
- Incrementa la atención al alumnado desfavorecido con la bajada de su ratio.
- Da la posibilidad de optar al programa de Diversificación curricular en Tercero de ESO y continuar en cuarto.
- Apoya la escuela rural y la escolarización infantil 0-3. Combate la brecha digital y refuerza el sistema de becas .
Son algunas de las características de la ley. Hay un largo etcétera en una ley pensada y elaborada para una educación de calidad que combate el abandono escolar, que persigue el éxito escolar.
Sabemos que las leyes tienen que hacer posibles los avances sociales y que la educación es un eje vertebrador en la construcción de las sociedades. Una respuesta válida para las necesidades de la ciudadanía.
Por eso la llegada de esta ley está siendo recibida por gran parte del profesorado y de las famiias como un gran «avance» por su contribución a la participación real de la comunidad educativa, con recursos para consolidar los logros y como herramienta indispensable para seguir avanzando.
Insisto en que mi pretensión no es otra que invitar a una lectura reflexiva con un análisis desde criterios educativos y no un relato exahustivo sobre la ley .
En marzo se abre el plazo de matriculaciones del curso 2020/21 y la intención del Gobierno es que la Lomloe (Ley orgánica para la modificación de la LOE) eche entonces a andar. Sería deseable que todo estuviera a punto.