«Porque nos sobran huevos» por Andrés Cárdenas
La mayoría de las grandes empresas que nacieron con capital granadino está en manos de multinacionales o grupos empresariales de fuera.
Cuando vine a Granada, hace ya casi cuarenta años, aún había muchas grandes empresas que pertenecían a los granadinos. Formaban parte de la esencia de esta ciudad y estaban en el mapa sentimental de muchos habitantes de la provincia, que se sentían orgullosos de que negocios locales hubieran sobresalido en el panorama empresarial español. La leche Puleva en botella de cristal estaba en casi todos los frigoríficos granadinos, si se pedía en las tabernas una cerveza era Alhambra, si en el supermercado había que elegir un agua esa era Lanjarón, si uno abría una cartilla o una cuenta corriente era en La General y si se pedía un postre era flan Dhul. Los inventores de este último producto, María Angustias Amador y su marido Ignacio Fernandez Sanz, montaron una granja con 250 gallinas. Ella se encargó de comercializar los huevos que salían de tanta gallina hasta que un día se le ocurrió hacer flanes. Una vez le preguntaron al matrimonio por qué pensaron en hacer este postre. Su respuesta fue: “Porque nos sobran huevos”. Tal vez nos hayan sobrado huevos para crear importantes empresas en esta ciudad, pero nos han faltado para mantenerlas. Los ejemplos son varios.
Esta empresa es la leche
A comienzos de los ochenta la empresa granadina más conocida era Puleva, que había sido creada en 1958 por empresarios locales para garantizar el suministro de leche higienizada. Se llamó Uniasa y las primeras instalaciones las tuvo en el Camino de Ronda. En 1975 se fue al Camino del Purchil. La sociedad primigenia se llamó Unión Vinícola Industrial y fue el resultado de la unión de un puñado de comerciantes y hosteleros granadinos. Llegó a ser el primer grupo lácteo en España. Después de envasar leche se dedicó a otros productos como la mantequilla y los batidos. Puleva pasaba por su época dorada en los ochenta. Recuerdo la primera vez que, recién llegado de Jaén, oí a un lugareño pedir en la barra de un bar: ‘Déme una maritoñi con un pulevín”. Me tuvieron que explicar qué había pedido el cliente. “La historia de esta empresa es la leche”, como tituló un reportaje el amigo y colega Gabriel Pozo. En 1970 llegó al negocio Rafael Pérez-Pire, era el yerno del presidente. Y fue escalando puestos hasta ser director general. En realidad, según Pozo, él lo fue todo en a la empresa a partir de 1974 y hasta ser expulsado por los tiburones financieros en 1994. En esa fecha la empresa, liderada por Gregorio Jiménez, se reflota y llega a comprar en 1999 el grupo Leyma-Ram. Se convierte así en el grupo líder del sector lácteo en España. Hoy pertenece al grupo francés Lactalis.
Cervezas Alhambra se creó en gran parte con capital granadino en 1925, pero los fundadores y principales capitalistas fueron Carlos Bouvard Dürr, origen francés y Antonio Knorr, un vitoriano que ocupó la dirección de la empresa hasta 1958. En 1925 invirtieron 2,5 millones de pesetas en construir la fábrica y crear la empresa. Y hasta se trajeron de Baviera un maestro cervecero. La fábrica se levantó en el mismo sitio que está ahora y queda para la historia la crisis de la que se salvó gracias a la creación de la popular ‘milno’, la botella verde 1925. Esta empresa la pasó canutas y se habló muchas veces de su cierre. Gracias a Dios en los noventa entró Cruzcampo en el accionariado y ahora es del primer grupo cervecero español: Mahou-San Miguel.
La Caja General de Ahorros de Granada, La General, era nuestra caja porque operaba aquí desde que se fundó a finales del siglo XIX bajo el auspicio de la Sociedad Económica de Amigos del País de Granada y de la Cámara de Comercio. Durante los ochenta y noventa se expandió por toda Andalucía Oriental, Madrid y Barcelona. En 1991 absorbió a la Caja Provincial de Granada, convirtiéndose en la única caja de ahorros de la provincia. En 2004 La General decidió renovar su imagen y su marca, rebautizándose bajo el nombre comercial de CajaGranada. Para entonces, se situaba como la cuarta caja de ahorros de Andalucía por volumen de negocio y la decimocuarta de España. Luego vinieron las absorciones. Primero por el BMN y luego por Bankia. Pero es que dentro de poco se diluirá definitivamente en esa fusión que ha anunciado la última entidad con Caixabank. Los granadinos teníamos una caja y ya no la tenemos. Hasta el nombre lo hemos perdido.
El Sanatorio de la Salud había sido creado por dos médicos de Granada: Alejandro Otero y Víctor Escribano. En la guerra civil Alejandro Otero se exilió a México y sus acciones en el hospital pasaron a manos del Estado. Pasada la contienda, La Salud comenzó a tomar impulso. Fue ampliando sus instalaciones progresivamente, tras hacerse la familia Escribano con todas las acciones. Ahora se llama Vithas-Salud, una multinacional que tiene casi veinte hospitales en toda España.
En los ochenta algunos de los más importantes hoteles eran de empresarios granadinos, negocios familiares que habían ido pasando a las generaciones posteriores. Los hoteles M.A., por ejemplo. Este grupo construyó uno de los hoteles más lujosos y cómodos de Granada: Hotel Nazarí, de cinco estrellas. Ahora lo gestiona Barceló, que por cambiar ha cambiado hasta el nombre.
Aguas de Lanjarón era totalmente de capital granadino a mediados del siglo pasado. Los manantiales eran famosos ya en el siglo XVIII y a su balneario iban agüistas de toda España. Su explotación comercial comenzó en 1950 de la mano de la duquesa de Santoña, motrileña ella, que impulsó también la construcción del balneario. La empresa en sí se creó en 1967 y en 1993 se incorporó al grupo francés Danone.
Poco a poco los negocios más importantes de Granada han ido a multinacionales o grupos empresariales que están en esta ciudad porque les conviene y atendiendo a su política de expansión. Y algunas no quieren saber nada del pasado granadino de estas marcas. En sus mismas páginas de internet apenas hacen alusión a su historia. La pasan de largo, como si eso fuera un lastre para sus promociones. Pero, en fin, puede que ese sea el progreso y yo no lo sepa.
El flan de huevo y leche
Una de las empresas más genuinas y que más mérito tuvo a la hora de implantarse en Granada y de ser conocida en toda España es Flan Dhul. Tal era su fama que hasta se hicieron chistes. Como aquel del hijo que se acerca al padre para decirle que a su muerte había decidido donar el corazón, los ojos, los riñones y el hígado a la Unidad de Trasplantes. A lo que el padre responde: pues ya puestos… ¿por qué no donas los huevos a Flan Dhul?
La historia de este producto tiene su origen en la ilusión y la constancia de una mujer llamada María Angustias Amador, que nació en Otura en 1934. Con los huevos que le sobraban en su granja comenzó a hacer flanes. Le salían tan ricos que se animó que lo probaran las alumnas del Colegio de Santo Domingo, donde estudiaban las hijas. Le dieron el notable alto. Entonces se animó y fue por todas las ferreterías de Granada a comprar moldes. Se gastó 700 pesetas de las de entonces en comprar moldes. El marido le dijo que había perdido la cabeza. Pero no, ella sabía lo que se hacía. Habló con su amiga, la dueña del hotel Los Ángeles, para dárselo a los comensales de su restaurante. Todos los pedían, señal de que aquello que hacía María Angustias podía tener otras salidas. Era la primera vez que se vendía, al menos en España, un flan listo para comer. El descubrimiento daría la vuelta al mundo y haría olvidar los polvos de Flan Royal y del Flan Chino El Mandarín, que no había de dejar de mover para que no formara engrudos.
María Angustias fue la cuarta mujer que obtuvo el carné de conducir en Granada, me entero en un reportaje sobre ella de Juan Rodríguez Titos en la revista Alhóndiga. Y no lo tenía de adorno, sino que todos los días salía con su furgoneta a vender huevos y flanes. En 1967 el matrimonio amplió el gallinero con 1.200 gallinas. La demanda de sus flanes cada vez era mayor, así que decidieron crear la empresa Dhul (acrónimo De Huevo y Leche). Empezó a introducirlo en otras comunidades autónomas como Galicia, donde apreciaron igualmente el sabor de los flanes de la granadina. Pronto pasaron de producir 10.000 unidades a 100.000 unidades diarias. Poco a poco se metieron en el mercado español y llegó a ser uno de los postres más demandados en muchas casas de España. En 1972 se constituyó una sociedad anónima y en 1973 se levantó el complejo industria de la carretera de Badajoz. Llegó a tener casi 600 empleados y una fábrica en la ciudad norteamericana de Sacramento. Tras la muerte de María Angustias, en 1985, la empresa comenzó su decadencia y los descendientes pensaron en vender la empresa. La compró el grupo Ruiz Mateos porque respetaba dos puntos del acuerdo que pedía la familia: respetar la plantilla y que se quedara en Granada. La empresa había tenido otros novios, pero eligieron al peor. Al poco tiempo el grupo Rumasa comenzó a descapitalizar sus empresas y esta empresa entró en concurso de acreedores. En 2013 la compró el grupo francés Andros por dos millones de euros que tuvo que pagar a la administración concursal.
Y lo que son las cosas. Esta empresa ha reconocido ahora que las gallinas viven mejor en libertad, como las tenía al principio María Angustias en su corral. La última noticia que tengo es que la empresa ha decidido dejar en libertad a las gallinas, que vivían las pobres enjauladas y sin poder moverse, lo justo para poner los huevos que sus propietarios le exigían.
El ceregumil
Otro ejemplo de constancia y voluntad fue el del boticario Bernabé Fernández, que inventó el ceregumil, uno de los productos alimenticios más populares del siglo XX en España. Los padres de Bernabé tenían una botica en la calle San Jerónimo.
Hace unas semanas, Joaquín Fuster, un experto en neurociencia y un perfecto conocedor del cerebro humano, dijo recientemente en una entrevista que le hicieron en El País con motivo de su noventa años, que seguramente se mantenía con ese porte y con esa lucidez de cabeza porque de niño le dieron mucho ceregumil. Lo decía soltando una carcajada, para después aclarar que este soporte energético funcionaba muy bien.
Bernabé Fernández estudió Farmacia en la Universidad de Granada y después de vivir una temporada en Madrid encontró trabajo en unas bodegas que luego adquirió la familia Larios para crear su famosa ginebra. En 1905 adquirió una botica en Montilla y se casó con la también granadina María Blanca Canivel Pascual. Parece ser que el invento se debió a que el matrimonio tenía un hijo enfermo y el boticario consiguió elaborar un preparado a base de extractos de cereales, leguminosas y miel. El experimento funcionó y poco después comenzó a fabricarlo de manera rudimentaria y hasta los médicos lo recetaban. Ceregumil no es otra cosa que el acrónimo de los ingredientes básicos que llevaba: cereales, legumbres y miel. Cuentan que el espaldarazo definitivo, publicitariamente hablando, lo dio el torero Antonio Bienvenida. El diestro se recuperaba en un hospital de una cogida cuando le preguntaron qué estaba tomando en su rehabilitación. Dijo que ceregumil. La empresa está ubicada en Málaga.
Lo dicho, que nos han faltado huevos para mantener nuestras empresas y nuestras ideas.