23 noviembre 2024

El puente de la Segunda Circunvalación tiene una iluminación que se controla a distancia y está pensada para «hablar con el lenguaje del color». En concreto, ‘dice’ el nombre de la autovía

La Segunda Circunvalación de Granada es un reto de ingeniería, con sus viaductos, pasos inferiores, sistemas de drenaje, caminos de servicio, planchas acústicas… Para el conductor, casi todo esto pasa desapercibido. Hay un punto, sin embargo, que desde la apertura de la infraestructura el pasado día 16, atrae todas las miradas. De día, por lo vistoso de las tres ‘peinetas’ que sostienen el tablero que cruza sobre el río Genil a la altura de Santa Fe. De noche, por la llamativa iluminación del puente, un sistema pensado para «hablar con el lenguaje del color».

Lo explica así Ángel Molina, ingeniero técnico industrial al frente de la empresa Gabriel Molina Santisteban, encargado del sistema de iluminación del viaducto, la estructura más singular de la variante exterior. Más de 250 metros de luces LED de última generación consiguen que el puente lance sus mensajes. El primero es el propio nombre la autovía A-44: SierraNevada – Costa Tropical.

Se consigue con una combinación de colores que evocan las cumbres del macizo montañoso, con el color blanco de las cumbres en la parte superior de los arcos, que se difumina hacia azul turquesa y azul marino en la zona inferior, tonos que imitan las aguas del litoral.

Conmemoraciones

Es la combinación cromática seleccionada para este arranque de la variante exterior, pero el sistema diseñado por Ángel permite todo tipo de cambios. Se puede adaptar, por ejemplo, para conmemorar distintos días, como ya sucede en edificios de la capital como los hospitales, el Hospital Real o el propio Ayuntamiento, que se tiñen de uno u otro tono en días señalados, como el dedicado a la lucha contra el cáncer de mama. En las pruebas previas a la inauguración de la autovía, las infraestructura se vio teñida con los colores de la bandera nacional o la granadina.

El encargo de dar luz al viaducto más singular de la A-44 les llegó hace cinco meses. La empresa ya tenía experiencia en proyectos de iluminación, como el de la histórica plaza Vázquez de Molina, en Úbeda. El objetivo de las luces en el viaducto no es decorativo: pretenden aportar seguridad vial. La estética es secundaria. Por ello, tenían que cumplir con las normas de seguridad vial y de contaminación lumínica. Entre otras cuestiones, las luces no deben reflejarse sobre el asfalto. El diseño tenía que ser también fiel a la forma de las peinetas, por lo que Ángel Molina estuvo en contacto con Óscar Ramón Ramos, ingeniero encargado de la proyección del puente atirantado sobre el Genil.

«El proceso no es fácil, había muchas limitaciones», relata Molina. Los arcos laterales tienen una altura de 9 metros y el central mide 18. En total, ha sido necesario desplegar 250 metros de tiras LED de tipo RGB-W. La cifra impresiona, pero el consumo de todo el sistema apenas alcanza al de un radiador doméstico.

Corresponderá al Ministerio de Transportes,Movilidad yAgenda Urbana elegir los colores. Se pueden cambiar de forma telemática o desde el propio viaducto. Por ahora, las luces blancas y azules invitan a un viaje de Sierra Nevada a la costa con sólo pasar por el puente.

 

JAVIER MORALES

FOTO: El puente se ilumina con los colores del macizo y el litoral. / RAMÓN L. PÉREZ