En España, empezaba la semana con la afirmación de que la culpa de la subida de la luz un 30,8% la tiene Filomena.

No hay nada como una borrasca perfecta que nos agrede a base de bajadas de temperatura y nevadas brutales y que tiene paralizada media península para hacerla responsable de todo. A este paso, en pocos días, hay algunos opinadores patrios la van a culpar de la muerte de Manolete por aquello de salvar al gobierno actual de la dejación de funciones en lo que respecta a los especuladores de las eléctricas.

Sorprende que, los que culpaban al anterior gobierno del PP cuando asumía barbaridades parecidas, responsabilicen ahora a la tormenta perfecta de que el Gobierno de España haya aceptado una subida tan brutal en un momento como éste, previo a una recesión económica evidente hasta para los que somos de letras. Lo cual que aquellos que no estamos ni con el gobierno ni con la oposición sino en ese punto intermedio que es el filo de la navaja barbera -o el lugar preciso dónde llegan todas las bofetadas, tanto da- andamos pasmados ante la flexibilidad del argumentario de algunos que viven de lustrarle los zapatos a uno u otro partido.

Será que no han escuchado al viceseñorito de Moncloa, Pablo Iglesias, señalar en una entrevista que llegar al gobierno no es llegar al poder, seguramente para justificar las incongruencias entre su programa electoral y las medidas que están tomando (o no tomando, como es el caso) desde los ministerios que controla. Tal vez pretende el líder podemita avisarnos de que tienen razón los conspiranoicos y los gobiernos son poco menos que un teatrillo de títeres rotatorio en manos del IBEX. Sea como fuere, no cuela. Porque ya nadie se cree que un gobierno de centro-izquierda no pueda bajar el IVA de la luz (mamá Europa los ha desmentido también) ni frenar tampoco los habituales desmanes de las empresas del sector; las mismas compañías -por cierto- que mantienen la zona Norte de Granada con cortes permanentes convirtiéndonos en un remedo de aldea ugandesa.

Especialmente porque cuando ocupaban la bancada de la oposición afirmaban que podía hacerse, pero que la derecha no se atrevía a molestar al capital. Digo yo que eso que valía para el PP, sirve igual para el PSOE/Podemos ahora que los españolitos estamos hartos de que jueguen con las cosas de comer. Y por si éramos pocos, llega Ione Belarra, Secretaria de Estado de la Agenda 2030, que es como decir la patrona de la aurora boreal, y nos lo explica con un tuit que delata en qué manos estamos: “Te están cobrando la patata a precio de aguacate, y la derecha quiere que hablemos de bajar el IVA a costa de recortarte servicios públicos, pero de que el frutero se está forrando estafándote, ni mu”, afirma sin rubor. Va a resultar que, para estos señores, asaltar los cielos era montar una frutería. Luego se han justificado aseverando que el frutero es metáfora de los oligopolios eléctricos, esos mismos a los que no ponen coto ni izquierda ni derecha. Llegados a este punto, va a ser cosa de que todos se dejen de símbolos y se concentren en tomar decisiones eficaces que salvaguarden los mermados bolsillos del hastiado ciudadano. Si no, conforme vayan saliendo, que el último apague la luz.

ARTICULO DE OPINIÓN PUBLICADO EN IDEAL

 

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