Los cambios en el pago con tarjeta que entran en vigor en febrero

A partir de ahora se exigirá doble autentificación para pagos superiores a 30 euro

Desde el 1 de febrero es necesario identificarse por partida doble para pagar con tarjeta importes que sean superiores a los 30 euros. De esta manera se hace efectiva la normativa europea sobre servicios de pago, cuyo objetivo es mejorar la competencia, la innovación y la protección del consumidor.

Según explicó la Secretaría de Estado de Comercio el pasado mes de octubre, la Directiva (UE) 2015/2366 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre servicios de pago en el mercado interior, conocida como ‘PSD2’, entró en vigor en enero de 2016 y es de aplicación desde enero de 2018. La PSD2 exige unos requisitos reforzados de seguridad, articulados en torno al concepto de «autentificación reforzada del cliente» (SCA), que hacen que para la mayoría de los pagos electrónicos se requiera de una autentificación que utilice al menos dos factores independientes categorizados como conocimiento, posesión o inherencia, referidos al usuario. Estos requisitos quedaron establecidos en el Reglamento Delegado (UE) 2018/389, que es de aplicación desde el 14 de septiembre de 2019.

Debido a la complejidad de los mercados de pago en la UE y a la envergadura de cambios, la Autoridad Bancaria Europea permitió que se implantase un periodo de flexibilidad supervisora para conceder un tiempo adicional a los emisores de instrumentos de pago y a los adquirentes de operaciones para migrar hacia las soluciones que cumplieran con los requisitos de SCA. Este periodo de flexibilización supervisora concluyó el pasado 31 de diciembre de 2020.

Acabado ya dicho plazo, el 1 de febrero ha entrado en vigor la obligación de requerir la autentificación reforzada para pagos superiores a 30 euros. Esto quiere decir que, a la hora de pagar con tarjeta tanto por Internet como en los comercios, los clientes tienen que identificarse con al menos dos de las siguientes opciones:

– Una contraseña.

– Una tarjeta de coordenadas o un código que el usuario tenga en su teléfono.

– Sensor biométrico: huella dactilar o reconocimiento facial.

El objetivo de esta doble autentificación es garantizar que la persona que hace uso de la tarjeta para pagar es realmente su propietaria, de manera que aumente la seguridad en los pagos.

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