Influyen en nuestro modo de hablar, de comprar, de vestir, de viajar… ¡e incluso a la hora de elegir el nombre de nuestros hijos!

El estreno de nuevos títulos de películas y temporadas de series hace que estemos más enganchados que nunca al contenido audiovisual. De hecho, según el último informe de El Observatorio de las Series, un 86,2% de la población ve series y más del 40% declara haber llegado a imitar alguna expresión característica de determinados personajes de ficción, Tanto es así que este tipo de entretenimiento por ‘streaming’ ha sustituido ver otros programas de televisión (en un 34,5%), leer (30,4 %) y hasta aburrirse (26%).

Lo más característico es que la industria audiovisual no solo ocupa nuestro tiempo, también influye en nuestro comportamiento, ¡y mucho! Es más, se podría decir que parte de lo que somos es un reflejo de lo que vemos a través de las pantallas. «Cuando consumimos series o películas tenemos una experiencia que va mucho más allá de una simple visualización, porque se establecen fuertes conexiones emocionales con los personajes que producen un alto impacto en nuestra identidad individual, e incluso colectiva. Cuanto más nos identificamos con lo que vemos, más lo disfrutamos y mayor efecto tiene en nosotros a nivel cognitivo y afectivo, lo que aumenta el grado de persuasión narrativa», explica Marta Calderero, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

Los efectos del contenido que consumimos se perciben, por ejemplo, en nuestra forma de aprender. No son pocos los que viendo ‘The Crown’, el drama histórico sobre la vida de la Reina Isabel II, tenían la Wikipedia a mano para comprobar la veracidad de los hechos. Lo mismo ocurre cuando profundizamos en las vidas de personajes significativos a través de ‘biopics’, como ‘Bohemian Rhapsody’ (Freddie Mercury) o ‘Rocketman’ (Elton John), o cuando consumimos historias basadas en hechos reales (‘El pianista’, ’12 años de esclavitud’…). Y no solo eso, la ficción ha llevado a más de uno a escoger una carrera frente a otra. El problema es que muchos se ven desilusionados cuando comprueban que dedicarse a las ciencias forenses o la medicina no es como lo pintan en ‘CSI’ o ‘Anatomía de Grey’.

«Los estudios muestran que, cuando la identificación se produce, tendemos a integrar parte de la realidad ficticia en nuestra propia realidad. Queremos ser como esos personajes que tanto nos atraen, expresarnos de la misma manera, llevar su ropa y vivir lo mismo que ellos», expresa Calero. «Forjar ese fuerte vínculo requiere tiempo, al igual que sucede en nuestras relaciones personales, por eso solemos sentirnos más apegados a personajes que tienen profundidad y que viven historias con continuidad, pues dichas tramas se asemejan más a nuestra realidad», agrega. Analicemos en qué otros aspectos nos influye la cultura del entretenimiento.

Al nombrar a nuestros hijos De Phoebe a Nala

¿Necesita ideas para nombrar a sus retoños? ¡Busque inspiración en una serie que le guste! Lo hace más gente de lo que cree. En España, ya a comienzos de los 90, antes de iniciarse el consumo masivo de contenido audiovisual por ‘streaming’, esto era una realidad. Durante esos años se percibió un aumento de nombres como Brandon, Brenda y Dylan, protagonistas de la popular serie ‘Sensación de vivir’. Lo mismo ocurrió a finales de esa misma década, cuando el efecto ‘Friends’ llevó a muchos progenitores a apodar a sus hijas Phoebe, como el personaje interpretado por la actriz Lisa Kudrow. Además, convivimos con 28 niñas llamadas Ayra y 136 Daenerys, nombres que se pusieron de moda tras el éxito de ‘Juego de Tronos’.

De los largometrajes, la saga de ‘Star Wars’ ha sido una de las influyentes y ha dejado entre nosotros a 207 varones llamados Luke (también a 28 mujeres) y a 802 féminas denominadas Leia. El protagonista de la icónica trilogía ‘Matrix’, interpretado por Keanu Reeves, hizo que proliferase el nombre de Neo (399 personas en España), apelativo que no se contemplaba en el registro antes del estreno del ‘filme’. Raro es también no conocer a algún Noah, quien fuera Ryan Gosling en la adaptación cinematográfica de la novela de Nicolas Sparks (‘El Diario de Noah’), pues es otro de los favoritos y se usa indistintamente para nombrar a chicos (4.068) y a chicas (1.285).

Los dibujos animados también han marcado. Destacan las 33 españolas que se llaman igual que la leona Nala, de ‘El Rey León’, o aquellas que recuerdan a la reina de las nieves, pues el apelativo Elsa, aunque ya tuvo su ‘boom’ anteriormente, volvió a ser tendencia tras el estreno de la película ‘Frozen’.

Al vestirse y peinarse De ‘Gossip Girl’ a ‘Los Bridgerton’

La ropa es un personaje más de las películas y las series y los estilismos que aparecen en ellas tienen más influencia en la industria textil de lo que imaginamos. De hecho, en 2009 la serie ‘Gossip girl’ fue el eje de una línea exclusiva de la diseñadora de moda Anna Sui y se agotó en 24 horas. ‘Mad men’ inspiró colecciones de Miuccia Prada y Marc Jacobs en 2010; ‘Downton Abbey’ la de Ralph Lauren en 2012 y ‘Narcos’ las de Burberry o Gucci en 2015.

Tanto si forma parte de la trama, como en ‘Sexo en Nueva York’ –que encumbró los zapatos del español Manolo Blahnik, por ejemplo– como si no, nos gusta imitar la forma de vestir de los personajes de nuestras series favoritas. Por ejemplo, ‘The Crown’ ha resucitado los estilismos de la princesa Diana de Gales, quien ya marcara tendencias de moda en vida durante los 90, ‘Los Bridgerton’ ha devuelto el flequillo tipo ‘baby bangs’, que luce la protagonista, al panorama actual, así como las crestas largas peinadas hacia con los laterales rapados volvieron a las peluquerías tras vérselos a los ‘Peaky Blinders’. Los abrigos hasta las rodillas, los pantalones tobilleros, las botas acordonadas, los trajes de tres piezas, o los vestidos satinados y lenceros también se han colado en nuestros armarios gracias a estos gánsteres.

Arriba: Fotograma de la serie ‘Peaky Blinders’. Izquierda: Fotograma de la serie ‘Gossip Girl». Derecha: Fotograma de la serie ‘Downtown Abbey’. / RC

Al hablar ¡Houston, tenemos un problema!

«¡Hasta el infinito y más allá!» Es innumerable la cantidad de frases que hemos plagiado de las películas y las series y que aplicamos a nuestro día a día. ¿Quién no ha imitado a Buzz Lightyear (‘Toy Story’) al decirle a un ser querido cuánto le quiere? ¿O le ha dado un «¡Zás! En toda la boca» a algún amigo como Sheldon Cooper (‘Big Bang Theory’)? ¿O le ha dicho a su hijo «Yo soy tu padre» con la voz de Darth Vader? (Star Wars: El Imperio Contraataca).

Proclamamos el «Hakuna Matata» de Timón o Pumba (‘El Rey León’) como filosofía de vida. Nos saludamos con el «¿Qué hay de nuevo, viejo?» de Bugs Bunny (‘Looney Tunes’) y nos despedimos con el «Sayonara, baby» de Terminator 2. Cuando algo va mal exclamamos: «¡Houston, tenemos un problema!» (Apolo 13) y cuando poseemos algo muy valioso imitamos a Gollum y su reconocible «Mi tesooooro» (El Señor de los Anillos: Las dos Torres).

Nos encanta aplicar el vocabulario que vemos en la pantalla a situaciones de la vida cotidiana y, con ello, conseguimos darle un toque cómico y emocional. Tanto nos influye que Pixar, incluso, ha conseguido que nos aprendamos de memoria una dirección a la que probablemente nunca iremos «Calle Wallaby 42, Sydney» (‘Buscando a Nemo’). Al menos, «siempre nos quedará París» (‘Casablanca’), que nos pilla mucho más cerca.

Arriba: Fotograma de la serie ‘Big Bang Theory’. Izquierda: Fotograma de la película ‘Buscando a Nemo’. Derecha: Darth Vader, personaje de la película ‘Star Wars’. / RC

Al viajar De Asturias a Australia

Hablando de recorrer el mundo, el turismo es otro sector que se beneficia de nuestro fanatismo. Las ciudades donde se ruedan las películas y series ven aumentar el número de visitantes tras el estreno de un largometraje taquillero o una temporada exitosa. En el ámbito nacional ha ocurrido con multitud de series españolas. ‘Verano Azul’ contribuyó a dar a conocer la localidad malagueña de Nerja, en los 80. En 2009, el pequeño pueblo pesquero de Lastres (Asturias), que dio vida al ficticio San Martín del Sella en la serie ‘Doctor Mateo’ creó una ruta específica por los lugares icónicos por los que pasaba el famoso médico. ‘Gran Reserva’ atrajo el interés por La Rioja y ‘Gran Hotel’ multiplicó el número de visitantes al Palacio de la Magdalena, en Santander. A escala internacional, la trilogía de ‘El Señor de los Anillos’ aumentó un 200% las visitas a Nueva Zelanda y Nueva York debe gran parte de su fama al cine.

El orgullo friki es tal que hasta genera ingresos en forma de parques temáticos, encabezados por Disneyland y Universal Parks, que ofrecen al visitante empaparse de los mundos fantásticos que recrean. Sentirnos dentro de una película nos encanta y la popularidad de estos lugares lo demuestra.

Una visitante en Disneyland Paris vestida de Minnie Mouse.
Una visitante en Disneyland Paris vestida de Minnie Mouse. / Reuters
Al comprar Fans del ‘merchandising’

La bufanda de Harry Potter, el marco amarillo de la mirilla de ‘Friends’, espadas láser… cualquier cosa que nos recuerde a nuestra película o serie preferida suele caer en el carrito de la compra fácilmente, incluso si se trata de unas tiritas con dibujitos de los ‘Minions’. Nos dejamos llevar por la emoción. No sorprende, entonces, que el ‘merchandising’ sea el segundo medio no convencional en el que más se invierte en publicidad, según los resultados de un estudio de INFOADEX sobre inversión publicitaria en España en 2019.

Las ventas se disparan, especialmente, cuando se utiliza en campañas publicitarias. Así ocurrió con la taza de Chip que se puso a la venta con motivo del estreno del ‘life-action’ de ‘La bella y la bestia’ protagonizado por Emma Watson. Tal fue el furor que causó que se agotó en tiempo récord.

El mundo textil se beneficia de esta debilidad incluyendo en sus catálogos todo tipo de prendas, desde pijamas a ropa interior, con iconografía de películas. Los dibujos animados son especialmente recurrentes, con Mickey Mouse a la cabeza.

En el ocio Del ajedrez a Halloween

Tras el estreno de la serie ‘Gambito de Dama’ las búsquedas de tableros de ajedrez en la web de compras eBay aumentaron un 250%, el número de jugadores se multiplicó por cinco en Chess.com y el distribuidor internacional de juegos Goliath Games dijo que sus ventas habían subido un 170%. La novela homónima en la que está basada la serie, publicada en 1983 por Walter Tevis, volvió a entrar en la lista de ‘bestsellers’ de The New York Times y las búsquedas de términología ajedrecística en Google se cuadruplicaron. Además, la Federación Internacional del Juego reconoció que habían recibido más solicitudes de inscripción de mujeres en dos semanas que en los últimos cinco años.

Las películas y las series también han promovido eventos tales como festivales y ferias, donde converge la cultura audiovisual con otras como la del cómic o la de los videojuegos (Freakcon, Cifimad, Héroes Cómic…), y cómo olvidar Halloween, que sería mucho más aburrido si en la oferta de disfraces no hubiese opciones como el mono rojo y la máscara de Dalí de ‘La casa de papel’, la careta y el globo del payaso de ‘It’, el traje negro y la máscara del fantasma de ‘Scream’ o los vestidos de las gemelas de ‘El Resplandor’.

Arriba: Fotograma de la serie ‘Gambito de Dama’. Izquierda: Fotograma de la serie ‘La casa de papel’. Derecha: Fotograma de la película ‘It’. / RC

FOTO: Óscar del Amo
https://www.ideal.es/vivir/ocio/como-nos-influyen-cine-series-20210322144028-ntrc.html
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