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El Gran Reinicio busca “resetear el capitalismo” para poner la naturaleza en el corazón del nuevo sistema y establecer “un nuevo contrato social para honrar la dignidad de cada ser humano”. El Foro propone, entre otras cosas, fomentar los estímulos fiscales para relanzar la economía y utilizar nuevas variables para medir la capacidad económica de los países, pues el PIB, empleado como principal indicador, no tiene en cuenta la división de la riqueza ni la calidad de vida de los individuos. Además, se pide a las empresas que modernicen sus estándares éticos y medioambientales, reduciendo emisiones de carbono y apostando por las energías renovables y la innovación. Más allá de estas medidas, el plan presenta una cierta ambigüedad en las propuestas de políticas económicas concretas.

El Foro Económico Mundial es una organización no gubernamental que, cada año desde 1971, celebra en Davos una serie de debates informales sobre asuntos globales. Al Foro acuden todo tipo de personalidades: empresarios, líderes políticos, académicos o activistas, pero el déficit de representatividad de sus miembros es objeto de críticas por su elitismo y supuesta desconexión de los problemas reales de la población, una reputación que la polémica del Gran Reseteo no ha contribuido a mejorar.

Para los partidarios del Reinicio, si no se toman medidas adecuadas, el mundo será cada vez menos sostenible y menos igualitario, por lo que solicitan la participación de todos los actores globales, ya sea en el ámbito público o en el privado. Desde que se presentó, esta propuesta ha sido apoyada por líderes políticos como Joe BidenEmmanuel Macron o Justin Trudeau, presidentes de Estados Unidos, Francia y Canadá, y también por diversas celebridades, como la actriz británica Lily Cole.

Con todo, la propuesta del WEF no ha estado exenta de críticas. Columnas de opinión en medios como Forbes o The Guardian han tachado el Gran Reseteo de plan vacío motivado por una “agenda social radical” y propuesto por quienes abogan por combatir el cambio climático pero llegan a Davos en jets privados. En una línea parecida se ha mostrado Erin O’Toole, líder de la oposición conservadora en Canadá. Además, el plan no parece haber generado mucha atención por parte de los economistas. 

Asistentes foro de Davos
¿Quién va a Davos? De los diez países con más asistentes al WEF de 2020, la mayoría son occidentales, salvo India, Japón y China. Fuente: Statista

Sin embargo, la polémica principal tiene que ver con la teoría de la conspiración surgida en torno al Gran Reinicio, vinculada a otras teorías como QAnon —según la cual una élite de pedófilos controla Estados Unidos en la sombra— o las que niegan la covid-19. Los conspirativos consideran al WEF un club de millonarios globalistas, es decir, líderes que pretenden eliminar los Estados para formar un único Gobierno global. Ahora aseguran que el Gran Reseteo es, tras la “farsa” de la pandemia, el siguiente paso en el plan para establecer una dictadura tecnológica gobernada por Klaus Schwab, director del WEF, y Bill Gates, fundador de Microsoft.

La polémica la ha facilitado, en parte, el enigmático nombre del plan, pero también la difusión de bulos sobre su supuesto lema: “No poseerás nada y serás feliz”, una frase sacada de contexto de un vídeo de 2016. Lo cierto es que, según lo expresado por el WEF en sus debates o lo publicado en su página, el Gran Reinicio es solo una serie de propuestas positivas que, aunque puedan pecar de idealistas, no son necesariamente malignas. Aún así, han sido envueltas en una cuestionable campaña de marketing que ha dañado la reputación del Foro, provocando el surgimiento de teorías conspirativas que poco tienen que ver con la realidad.

FOTO: Klaus Schwab, director del Foro Económico Mundial. Fuente: Flickr

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