Repensar el modelo de las residencias de mayores: invertir tiempo y dinero para una atención más personalizada
Tras el devastador efecto de la pandemia en los geriátricos, calificado por algunos expertos como el peor holocausto en las residencias de toda la historia, hay unanimidad en que hay que cambiar el modelo de residencias
Tras el devastador efecto de la pandemia en los geriátricos, calificado por algunos expertos como el peor holocausto en las residencias de toda la historia, hay unanimidad en que hay que cambiar el modelo de residencias o incluso la forma en la que la sociedad mira o atiende a los más mayores.
Todas las comunidades autónomas están por la labor de cambiar el modelo. Todas quieren introducir cambios en el sistema, pero no avanzan con la misma rapidez, algunas ya han aprobado planes estratégicos muy detallados para abordar esos cambios y otras de momento. Las que más han avanzado y concretado son Andalucía y Navarra.
Andalucía aprobó en diciembre el Primer Plan Estratégico para Mayores. Prevé un cambio de modelo. Establece actuaciones concretas entre 2021 y 2023 con un Presupuesto de más de 24 millones de euros.
Navarra, también en diciembre, dio luz verde a un decreto foral que regula las residencias e introduce un modelo de atención centrado en las personas.
Otras comunidades han dado pasos, pero no con regulaciones tan concretas. Madrid ha elaborado un acuerdo marco con los sindicatos y la patronal del sector, incluye un aumento del presupuesto por persona y, al menos sobre el papel, el factor determinante para la adjudicación de los contratos será la calidad de la atención y no la oferta económica.
El Gobierno de Asturias creó en octubre una mesa de trabajo para definir un nuevo modelo de atención residencial centrado en la persona.
Después, nos encontramos con un amplio grupo de comunidades que han anunciado cambios en las residencias de mayores, pero no han ido mucho más allá. Aragón y Galicia, entre otras, han anunciado que trabajan ya en un nuevo modelo de residencias. Castilla y León y La Rioja han acordado revisarlo y Canarias se plantea invertir parte de los fondos que le llegan de Europa en un nuevo modelo de cuidado a los mayores.
Hay un tercer grupo, el que aquellas comunidades que antes de la pandemia ya habían previsto introducir cambios en el sistema de residencias. Ahí se sitúa la Comunidad Valenciana, que impulsó un nuevo modelo hace dos años. Cantabria aprobó cambios en la gestión de estos centros también en el 2019 y Euskadi modificó el marco regulador ese mismo año, pero ahora estudia actualizarlo para aplicar lo aprendido durante la pandemia y diversificar las alternativas residenciales, en función de las necesidades.
Es evidente, al menos sobre el papel, que todas las CCAA están dispuestas a estudiar un nuevo modelo de residencias de mayores y a invertir no sólo tiempo, también dinero. Hay, además, plena coincidencia en que la apuesta es por una atención más personalizada. Todas las comunidades coinciden en avanzar hacia un sistema en el que se priorice la permanencia de los mayores en su entorno y, siempre que sea posible, en su propio hogar. Esto va a requerir una fuerte inversión en la atención domiciliaria y poner la tecnología al servicio del mayor para que pueda vivir en su casa todo el tiempo posible.
Todos los planes previstos coinciden, también, en destacar que las residencias han ido atendiendo a una población cada vez más envejecida y con un mayor grado de dependencia por lo que es fundamental que exista una mayor coordinación entre el sistema sanitario y el de servicios sociales. Se habla de coordinación, pero al mismo tiempo todos los expertos rechazan la idea de la medicalización de las residencias que ha sido planteada con frecuencia durante la pandemia.
Hay coincidencia en la necesidad de incrementar el grado de profesionalización del personal que desempeña sus funciones en este tipo de centros. Todas las comunidades reconocen también que hay que mejorar las condiciones laborales de este colectivo. La mayoría apuestan por redefinir las infraestructuras y la organización interna para trabajar con unidades de convivencia más pequeñas, módulos de unas 25-30 personas.
«Tenemos que sorportar esto desde la red de salud»
Miguel Ángel Vázquez, presidente de la Sociedad gallega de Geriatría, se preguntaba en Hoy por Hoy si hay un modelo único de residencias en España y reclamaba que sean incluidas en la red de salud. «En España hablamos del sistema nacional de dependencia, pero no del sistema nacional de cuidados. Tenemos que atender la cronicidad. Cuando hablamos de cuidados hablamos del sector de salud», señala Miguel Ángel.
Además, recalca que cambiar el modelo de residencias implica también cambiar el modelo de financiación y pagar mejor a los trabajadores. «Con lo que pagamos a médicos, enfermeras, fisios, etc. siempre vamos a estar al margen del sistema». Entre otras cosas también reclama la creación de una base de datos en la que todos los residentes aparezcan para que no ocurra como en la pandemia: «No sabemos cuántas personas han muerto en las residencias», zanja.