EL ATARFEÑO ÁNGEL RUIZ HERRERA DE ESTUDIANTE A PROFESOR EN CINCO MESES
Parece un estudiante más, aunque es el docente. Ríe mientras dice que su aspecto no le ayuda mucho porque tiene cara de muy joven. Ni siquiera tiene barba. La mascarilla ayuda un poco a disimular esa juventud, pero hay veces que no pasa desapercibida. El personal administrativo de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales se extrañaba y aún pasa a veces cuando les pide el micrófono y las llaves del aula.
«No entendían lo que les decía, a veces, y me indicaban dónde está el aula o me preguntaban qué necesitaba, porque se creían que soy un alumno; les tengo que decir aún que soy el profesor y se sorprenden», relata. Ruiz Herrera ha estado vigilando en algunos exámenes en los que se ha encontrado con compañeros de carrera que se sorprendían y se alegraban por él.
Comenzó a impartir docencia de forma on line en diciembre, cuando la Universidad seguía el modelo telemático debido a la pandemia. Hasta la semana del 12 de abril no tuvo a sus estudiantes frente a frente en el aula. Antes dio alguna clase desde el aula, pero con los estudiantes en sus casas. Ángel Ruiz terminó también su carrera recibiendo clases de forma virtual. «Todo ha sido muy raro», reconoce.
Empezó a dar clases con solo 23 años y subraya que ha accedido al campo laboral del profesorado universitario por méritos propios. Lo ha valorado un tribunal. «Con mi caso queda claro que los sueños se cumplen», afirma.
En su familia no hay docentes universitarios ni trabajadores de la Universidad. En la charla con este periódico (con voz fina y juvenil al otro lado del teléfono) menciona en varias ocasiones que fue José Luis Zafra Gómez, director del departamento al que pertenece ahora como docente, le comentó durante la carrera los proyectos y becas a los que podía acceder. Ángel Ruiz es un ‘mirlo blanco’, con muy buen expediente académico, que aprovechó sus ganas de aprender y de participar de la vida universitaria académica.
En las etapas educativas anteriores a la Universidad ya tenía buenas notas. Estudió en el colegio Medina Elvira y el Instituto Iliberis de Atarfe. Había pensado hacer solo Administración y Dirección de Empresas, pero tras la selectividad sus padres y, fundamentalmente, su hermano le animaron, porque tenía capacidad, a que intentara hacer el doble grado conjugando también Derecho. Y vaya si lo hizo.
Los últimos meses de la carrera no fueron fáciles. «Debido a la pandemia se hizo más difícil. Fue una pena, por ejemplo, que no pudiéramos celebrar la graduación, un evento que sirve en cierta medida para cerrar ese ciclo universitario. A veces tengo la sensación de que todavía no he acabado», describe.
Todo fue rápido a partir de junio, tras presentarse al concurso público y ser evaluado por un tribunal. «No me lo creía, ya que es una experiencia que siempre he querido probar», asegura.
Ángel Ruiz ha tenido un expediente académico brillante (por encima del 8,5 en el doble grado) con bastantes matrículas de honor. Realizó una beca de colaboración durante un año (concedida por el Ministerio de Educación) y un proyecto de Smart Cities durante cuatro meses.
Muy cerca de los alumnos
En su labor como docente, este semestre está impartiendo la asignatura de Contabilidad General a dos grupos de alumnos del grado en Turismo y Economía. En el pasado semestre explicó la materia de Introducción a las operaciones financieras y contabilidad de gestión a alumnos del grado en Administración y Dirección de Empresas y el grado en Finanzas y Contabilidad. «Me gustaría centrarme en la contabilidad, sobre todo su implicación práctica», relata.
Conoce muy bien qué es lo que necesitan los estudiantes. El curso pasado él era uno. Estaba sentado escuchando las lecciones y este año las imparte. Señala que lo que quiere es que sus alumnos piensen y razonen. «Lo bueno es que puedo conocer sus necesidades más cercanas, también las circunstancias que están viviendo, así como los problemas más importantes que se tienen en el contenido de la asignatura, ya que hace poco estuve yo estudiándolas», apunta.
Para prepararse para este reto tan grande asegura que ha tenido y está teniendo mucha ayuda de sus compañeros del departamento de Economía Financiera y Contabilidad. Cuenta que las responsables de la asignatura, las profesoras María Victoria López Pérez y María Carmen Pérez López, se lo han hecho «muy fácil» desde el principio, ayudándole en cualquier cuestión que necesitaba e indicándole el plan a seguir. «Me encantaría seguir como docente, para poder aportar lo máximo que pueda, ya que a día de hoy es una experiencia única ya que es poder formar al futuro», argumenta.
Ángel Ruiz quiso ser desde pequeño profesor de Matemáticas y siempre le gustó explicarles las cosas a sus amigos y compañeros. Ahora lo hace a sus estudiantes. Ya hasta se le han pasado los nervios que tenía como alumno cuando tenía que hacer alguna exposición en clase. Como docente no los tiene.