Granada y un verdor que ilumina la tarde de lluvia perfumando de arrayán y hierbabuena los caminos que descienden de La Alhambra. Granada y un suspiro, tan frágil como el aleteo de un gorrioncillo, capaz de desvanecerse entre callejas estrechas, ésas que son piedra y el tiempo las inunda de recuerdos. Granada y don Alhambro, recién llegado de Inglaterra (otra ... Leer Más »
