22 noviembre 2024

Estas son las cuatro cosas que debes hacer para proteger el medioambiente de la invasión de plásticos

Desde eliminar polímeros de un solo uso a reutilizar y reciclar. Con simples gestos cotidianos, todos podemos contribuir a la sostenibilidad del planeta. Empresas como IKEA ya aplican esta filosofía en su actividad

Vivimos rodeados de plásticos. Además de ser un material resistente, duradero, ligero y versátil, es muy asequible. Sin embargo, cuando no se elimina de manera responsable, las consecuencias que genera su uso son nefastas para el medio ambiente y la salud. Sobre este tema gira Vida, el tercer episodio de la serie Orígenes, el principio de la solución, una iniciativa de IKEA para concienciar sobre la necesidad de actuar a favor del planeta y que este capítulo tiene como protagonista a Gotzon Mantuliz.

Elimina los plásticos de un solo uso

Cada año, 13 millones de toneladas de plástico, arrastrados por los ríos y el viento, acaban en nuestros mares y océanos. Si se mantiene este ritmo, en 2025 habrá una tonelada de plástico por cada tres de pescado en nuestros mares. Y más plásticos que peces en 2050, tal y como ha advertido Naciones Unidas. Esta basura, además, afecta a la flora y fauna marina, y pone en peligro la supervivencia de 100.000 especies. Por ello es imprescindible reducir los plásticos de un solo uso: su vida útil es muy corta pero sus efectos nocivos pueden prolongarse hasta un milenio, que es el tiempo que tarda en degradarse del todo en la naturaleza.

Desde 2021, la UE ha prohibido el plástico de un solo uso en platos, cubiertos, pajitas o bastoncillos. El objetivo es reducir los envases de plástico no reutilizables en un 50 % para 2026, y en un 70 % para 2030. Ya el año pasado, empresas como IKEA eliminaron estos polímeros de usar y tirar de sus productos, así como en sus cafeterías y restaurantes. Podemos reducir el uso de plásticos con pequeños gestos cotidianos que apenas implican esfuerzos. Algunas ideas: utiliza bolsas de tela al hacer la compra, sustituye los mecheros por cerillas, no consumas chicles (su base principal es de acetato de polivinilo), filtra el agua de grifo y prescinde de garrafas embotelladas.

II

Compra en empresas más sostenibles

Evita comprar frutas, verduras, carnes y pescados envueltos en plásticos o presentados en bandejas de porexpan blanco, un producto difícil de reciclar y muy contaminante, usando bolsas y redes de tela, comprando a granel o pidiendo que nos envuelvan el pescado y la carne en papel reciclable.

Por eso es importante saber dónde compramos y confiar en las empresas que apuestan por la sostenibilidad. En IKEA, por ejemplo, trabajan en la búsqueda de nuevas fuentes de generación de materiales alternativos a ese plástico no reciclable. Así, la compañía ha incorporado a algunos de sus productos plástico PLA (ácido poliláctico) que procede de vegetales como la remolacha, el maíz y la caña de azúcar.

III

Siempre que puedas, reutilizar y recicla

Las previsiones apuntan a que, en 2030, la población mundial generará 2,59 billones de toneladas de residuos al año. La economía circular es clave para generar menor número de desechos plásticos: reducir, reutilizar, reparar y reciclar. Es fundamental que, como consumidores, incorporemos en nuestras compras productos elaborados con materiales reciclados y que aprovechemos los residuos como un recurso a favor de la sostenibilidad. En esta línea, IKEA ha incorporado plástico PET reciclado en algunos de sus artículos, como el felpudo MEJLS y los frentes de cocina KUNGSBACKA. El objetivo es ofrecer a sus clientes la posibilidad de elegir productos fabricados con materiales más sostenibles que puedan volver a reciclarse en el futuro.

En casa, podemos reciclar depositando cada envase en su contenedor (envases, plásticos y latas en el contenedor amarillo; basura orgánica en el contenedor marrón; papel y cartón, en el recipiente azul; vidrio, en el cubo verde). Un último consejo antes de tirar nada al punto limpio: ¿sabías que, en pleno siglo XXI, aún existe el trueque? Puedes hacerlo a través de webs y apps que apuestan por esta fórmula. Herramientas digitales que fomentan un cambio en los hábitos de compra desde una perspectiva social, solidaria y sostenible.

IV

Recoge tu basura cuando sales a un espacio natural

Nuestras playas y montes están repletas de basura: latas, botellas de vidrio y de plástico, bolsas… No cuesta nada recoger los desperdicios que generamos cuando pasamos un día al aire libre y depositarlos en la papelera o en el contenedor más a mano. Numerosas empresas aprovechan esos plásticos recogidos en espacios naturales como material con el que fabricar sus productos. A principios de este año, IKEA lanzó la colección MUSSELBLOMA, elaborada a partir de plásticos extraídos del Mediterráneo por las redes de 1.500 pescadores españoles. Aunque este mar solo alberga el 1% de las aguas del mundo, concentra el 7% de los microplásticos (partículas de menos de 5 milímetros de diámetro) del planeta.

El problema es serio porque al estar presentes en el agua y en el propio suelo, los microplásticos y nanoplásticos (aún más pequeños) entran en los seres vivos y en la cadena alimentaria. Varios estudios sugieren que, cada semana, los seres humanos consumimos alrededor de 2.000 pequeñas piezas de polímeros, lo que supone unos 21 gramos al mes (más o menos, lo que pesa una tarjeta de crédito). Aunque no hay evidencias científicas sobre su posible toxicidad en la salud humana, sí se sabe que los monómeros de ese plástico casi invisible –es decir, los compuestos químicos que lo constituyen–, interfieren con los sistemas biológicos. En los animales, estas minúsculas partículas provocan inflamación, cáncer y problemas de fertilidad

 
Martín Cebadera
 
 
Gotzon Mantuliz
Creador de contenido

Diseñador, modelo, colaborador y presentador de televisión, aventurero… y amante a tiempo completo de los animales y la naturaleza.

Gotzon Mantuliz ha recorrido el mundo contando sus experiencias en redes sociales y a raíz de esos viajes comenzó a tomar conciencia del grave problema que representan los plásticos. “Estamos mentalizados en que hay que reciclar y reutilizar, pero lo más importante es reducir el consumo de plásticos de un solo uso», comenta.

 

Algunos datos nos ayudan a hacernos una idea de la dimensión del problema. Cada año se usan unos 100.000 millones de botellas de plástico PET en todo el mundo. Un tercio de esos recipientes se reciclan, pero el resto se tira a la basura o directamente acaba en los vertederos… o en el mar. Botellas que tardan hasta mil años en descomponerse, lo que demuestra la gravedad de la cuestión.

El PET, además, se crea a partir del petróleo, un recurso fósil que contribuye al calentamiento global. Así que toma nota de cuatro sencillos consejos para proteger la naturaleza de estos residuos tan contaminantes. Está en nuestras manos.