24 noviembre 2024

El Gobierno de Aznar ocultó la donación de 17.000 toneladas de armamento al Ejército afgano auspiciado por Bush

Archivos desclasificados del Departamento de Estado de EEUU revelan que España envió 100 tanques, 4.000 cartuchos de mortero, 200 misiles guiados antitanque o 65.000 pistolas. La donación fue ocultada a los diputados que formularon preguntas parlamentarias sobre la participación española en la operación militar lanzada por el Gobierno de George W. Bush en ese país asiático bajo el amparo de la denominada «guerra global contra el terror»

 

El respaldo absoluto de José María Aznar a la campaña militar de George W. Bush se tradujo en una donación secreta con destino a Afganistán. En marzo de 2003, el Gobierno del Partido Popular envió al Ejército Nacional Afgano –auspiciado y controlado por Washington– 17.000 toneladas de armamento de todo tipo. Dicha operación, que aparece reflejada en documentos desclasificados del Departamento de Estado de EEUU, no fue comunicada al Congreso.

«El Programa de Entrenamiento y Equipamiento del Ejército Nacional Afgano está diseñado para desarrollar una fuerza militar ligera, moderna y profesional, que sea multiétnica y nacionalmente representativa, subordinada a la autoridad civil y capaz de proporcionar estabilidad interna y defensa contra las amenazas externas«, describía el Gobierno de Bush en un reporte enviado a distintos congresistas estadounidenses el 14 de julio de 2004.

En aquel documento, la Casa Blanca describía el plan que había trazado para montar ese «nuevo Ejército Nacional Afgano», cuya misión inicial sería involucrarse en la operación Libertad Duradera que EEUU había lanzado tras los ataques a las Torres Gemelas de septiembre de 2001. Aquella intervención, encuadrada en la denominada «guerra global contra el terror», recibió el firme apoyo del Gobierno de Aznar, que en enero de 2002 envió el primer contingente. La salida definitiva de las tropas españolas se produjo el pasado 13 de mayo, casi 20 años después.

 

De hecho, «la mayoría de los nuevos países de la OTAN han proporcionado importantes contribuciones de armas pequeñas y municiones, pero los contribuyentes se extienden por todo el mundo desde Asia Oriental, pasando por Asia Meridional y Oriente Medio, hasta Europa Occidental«. Ahí entra, precisamente, la donación española de 17.000 toneladas de armamento.

Según describe el documento, la entrega de ese «equipamiento militar» a las  fuerzas afganas controladas por Bush se materializó el 1 de marzo de 2003, con Federico Trillo como ministro de Defensa. Entre los materiales enviados figuraban 100 tanques, 36 morteros, 200 misiles guiados antitanque, 4.000 cartuchos para mortero o 65.000 pistolas. El listado ofrecido por el Departamento de Estado incluía un apartado en el que se detallaba si las donaciones contaban o no con «aprobación política». En el caso concreto del armamento enviado por el Gobierno de Aznar, ese casillero aparece vacío. 

Silencio en el Congreso

En efecto, el Gobierno del PP no informó al Congreso sobre esa donación de armamento a un país en conflicto, lo que la convertía en una operación extremadamente sensible. «Por supuesto que estaba obligado a informar sobre algo así», señala el ex secretario general de Izquierda Unida (IU) Gaspar Llamazares, quien entonces ejercía como diputado y seguía de cerca todos los asuntos relacionados con la participación española en las operaciones militares en el extranjero. «Todo esto entra dentro de la concepción de la política exterior del Gobierno del Partido Popular, sumisa y muy poco transparente«, afirmó.

El Ejecutivo de José María Aznar tampoco quiso dar datos sobre esta operación ante distintas preguntas parlamentarias formuladas por esas fechas. Según ha podido constatar Público, el Gobierno de entonces omitió cualquier dato sobre aquella donación en la respuesta escrita ofrecida en junio de 2003 al representante del BNG Guillerme Vázquez, quien había pedido información acerca del «conocimiento» que tenía La Moncloa sobre la situación en ese país asiático. 

«Se trata de una ocultación a la opinión pública de una información muy relevante»

Eduardo Melero, experto en comercio de armas e investigador del Centro Delàs de Estudios por la Paz, sostiene que la donación española para el Ejército Nacional Afgano «supone un caso más de injerencia militar a través del comercio de armamento«. Subrayó además que se trata de «una ocultación a la opinión pública de una información muy relevante», lo que no dudó en calificar como «un comportamiento muy poco democrático». 

Violaciones de derechos humanos

A lo largo de estas dos décadas, el Ejército afgano que Aznar contribuyó a equipar se ha visto involucrado en distintas vulneraciones de los derechos humanos. Amnistía Internacional denunció en uno de sus informes que «entre 2001 y 2004, las fuerzas extranjeras, junto con el Ejército nacional afgano, aprehendieron y detuvieron arbitrariamente a cientos de hombres, sin respetar en muchos casos los derechos humanos, negando, por ejemplo, las garantías procesales debidas». En marzo de 2020, la Corte Penal Internacional anunció la apertura de una investigación por la posible comisión de crímenes de guerra por parte de todos los actores involucrados, incluyendo el Ejército afgano al que Aznar regaló 17.000 toneladas de armamento.  

DANILO ALBIN