El refuerzo de las medidas de seguridad en los aeropuertos, las consecuencias en el plano psicológico y las modificaciones en cine y televisión

Hablar del 11-S es hablar de los atentados que cambiaron el mundo. Ocurrió a nivel político, pero también en el día a día. El 11-S cambió nuestra forma de viajar, nos afectó psicológicamente instalando el miedo y afectó a la emisión de series y películas:

Viajar ya no es lo que era

Llegar a un vuelo con 20 minutos de antelación -por muy nacional que sea- dejó de ser viable en EE.UU. tras los atentados de Al Qaeda. Los aeropuertos reforzaron los controles, el país aprobó la ley de seguridad de aviación y transporte, crearon la Administración de Seguridad de Transporte -que después se integró en la, también nueva, Agencia de Seguridad Nacional-, los militares llegaron a los aeropuertos y, en definitiva, viajar dejó de ser lo que era.

A la hora de coger un vuelo nacional, en Estados Unidos no se realizaba la identificación de todos los pasajeros, algo que pasó a ser obligatorio. En 2002, Europa impuso, por su parte, una doble identificación: asegurarse de que coincidiera la persona que embarcaba con la que facturaba la maleta. Y por supuesto, absolutamente todas las maletas son -desde entonces- revisadas. Además, aparecieron las prohibiciones que muchas veces resultan extrañas. Y es que los terroristas lograron meter cuchillos y cúteres en los cuatro aviones secuestrados, por lo que se prohibieron tijeras, cuchillas o agujas.

También se blindaron y cerraron las puertas de la cabina, lo que supuso un problema en el caso del avión de Germanwings: el piloto decidió suicidarse y el copiloto estaba fuera y no pudo volver a entrar.

Zapatos y líquidos: atentados posteriores

Y otros intentos de atentados incrementaron los controles: como el del conocido como «terrorista del zapato», que escondió un explosivo en uno y desde entonces también se revisa el calzado de los pasajeros. O el intento en 2006 de detonar explosivos líquidos en varios vuelos intercontinentales trajo como consecuencia las restricciones de líquidos actuales.

El plano psicológico

Más allá de lo práctico, el 11-S nos cambió a nivel psicológico, llegó el miedo globalizado que hace «que percibamos que somos vulnerables. Cosa que en el día a día la gente no lo piensa. Teníamos miedo de poder ser los siguientes», explica Mónica Pereira, psicóloga del Grupo de Urgencias y Emergencias del Colegio Oficial de Psicología de Madrid.

Un miedo global que ha continuado porque al 11-S le siguieron otros atentados porque: «Tres años después tuvimos el 11-M. Al año siguiente fue el atentado de Londres… Es decir, no hemos dejado de tener situaciones peligrosas que vienen de fuera».

Aunque este impacto nada tiene que ver con el que nos ha hecho vivir la pandemia: «Con la pandemia, aunque no nos haya tocado la enfermedad, nos ha tocado las consecuencias de la enfermedad. Es decir: yo no he tenido el virus, pero he tenido que estar encerrada en mi casa dos meses».

Series y películas que tuvieron que realizar modificaciones

Precisamente por ese impacto psicológico, algunas series y películas tuvieron que modificar lo que ya tenían grabado: Por ejemplo, Friends:

Esta escena en la que Chandler lee un cartel que prohíbe bromear sobre llevar bombas a bordo o cosas similares y dice: «No se preocupe por mí, yo me tomo mis bombas muy en serio». La idea era emitirla tan solo dos semanas después del 11-S. Pero también hubo modificaciones en Los Soprano o en Spiderman, que tuvo que retrasar su estreno un año por los atentados. El tráiler incluía una escena en la que el hombre araña tejía una tela de araña entre las dos torres, pero estas imágenes nunca llegaron al cine.

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