«En Cacín no hay negacionistas»
El pequeño pueblo de la comarca de Alhama es una de las localidades de Granada que ya tiene al 90% de los vecinos vacunados, que es el máximo posible por ahora
Cacín, población situada a unos cincuenta kilómetros de la capital granadina, tiene algo más de 560 habitantes, pero parece desierta. Es como el plató de una serie de misterio, una producción de esas en las que la gente se esfuma y 20 capítulos más tarde se dan a conocer las causas del fenómeno… O no, y hay que tragarse unas cuantas temporadas más.
La explicación para el vacío de Cacín es más sencilla: son pocos y el sol «pica», reitera Engracia, una señora mayor –en el pueblo casi todos lo son– que se ha atrevido a salir de las sombras de su casa para comprar el pan.
Sin embargo, y pese a su sosegada humildad, Cacín también guarda un secreto estadístico que podría servir de argumento para un documental: el 90% de las personas que allí residen ya están inmunizadas contra el coronavirus. Hasta que no se patente una vacuna para los menores de doce años, que ya se está en ello, es el nivel máximo de protección.
Sea como fuere, y siempre con cautela, el riesgo de infección en Cacín ha quedado reducido a su mínima expresión. En el colegio solo hay seis niños ‘en edad de contagiar’, «pero son muy responsables, a lo largo de todo este tiempo han tenido un comportamiento ejemplar de verdad», se felicita Pepi Ramírez, que resalta la labor de la enfermera que visita tres veces por semana la localidad y que ha sido la que ha pinchado a la mayor parte de los vecinos.
La regidora también expresa su orgullo por haber alcanzado la inmunidad de grupo, que, salvo que los científicos vuelvan a cambiar de criterio, es lo que significa que el 90% de sus vecinos ya estén vacunados contra la covid. «Es una gran satisfacción», indica.
En Cacín y El Turro, su entidad local autónoma, el ‘bicho’ infectó a una veintena de personas, pero no tuvieron que lamentar ningún fallecimiento.
Engracia, que como la mayoría de las personas de edad avanzada se autoimpuso un duro aislamiento que le impidió estar al día, creía que solo había habido uno o dos contagios en Cacín. «No pensaba que hubieran sido tantos… Vamos, que aquí hemos estado muy tranquilos con la covid y con otras cosas que se oyen por ahí», dice con un tono enigmático. Pero una imagen vale más que mil palabras: Engracia ha salido a comprar el pan sin la mascarilla.
En el bolsillo
Antonio y Paco, que ya hace tiempo que se jubilaron, tampoco van ‘embozados’. Conversan sentados en una placeta del pueblo, pero manteniendo un distancia prudencial. «Llevamos las mascarillas en el bolsillo, pero, vamos, es que nosotros ya estamos vacunados desde hace meses. Ahora lo que estamos esperando es a ver si nos ponen la tercera», explica Paco.
«No, aquí en Cacín no hay negacionistas. Más bien lo contrario», concluye la alcaldesa al escuchar a sus convecinos.