¿Seremos más susceptibles esta temporada a la gripe? Desarrollo, factores de riesgo y cómo protegerte
Debido a la falta de exposición a las últimas cepas de gripe, más personas de lo habitual pueden ser susceptibles
La temporada de gripe del año pasado fue una de las más leves de la historia, un aspecto positivo excepcional de la pandemia de COVID-19. Esto se debe a las medidas de confinamiento y de seguridad (mascarilla, higiene de manos, etc.) adoptadas para la contención de la pandemia que contribuyeron a reducir los contagios de COVID-19 como, paralelamente, de gripe. Pero la temporada 2021-2022 podría ser notable, especialmente para los adultos mayores, que son más propensos a la gripe y sus complicaciones. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre su desarrollo, factores de riesgo y tratamiento este 2022.
Desarrollo
La principal pregunta que se puede plantear esta temporada es: la falta de exposición a la gripe, ¿podría provocar que la población sea más susceptible al virus cuando este regrese?
Según indica Raúl Lejarazu, consejero científico del Centro de la Gripe de Valladolid, en la Gaceta Médica: »Las epidemias típicamente estacionales se basan en dos cosas: número de población susceptible y personas que acceden a esa población por nuevos nacimientos y que no habían tenido contacto con el virus».
»Este año ha habido poca gripe, poca difusión del virus y pocas personas que se hayan infectado. La inmunidad se pierde, y por ello las personas se vacunan cada año. Aproximadamente, hay un 50% de la población que al cabo de un año ha perdido la inmunidad específica frente a la cepa con la que se vacunó el año anterior», añade Lejarazu.
»La razón de fondo es que los profesionales que trabajan en respuesta inmunitaria de gripe sostienen que, de alguna manera, cada año las cepas que circulan provocan una cierta inmunidad inducida por la infección natural que no tiene nada que ver con la inmunidad de las vacunas, que además ejerce protección heterotípica frente a otras cepas», argumenta José María Eiros, catedrático de Microbiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid (UVA) a este mismo diario.
Por todo ello, si la inmunidad a la gripe disminuyó durante la pandemia debido a la falta de exposición a las últimas cepas de gripe, más personas de lo habitual pueden ser susceptibles al virus.
Los datos y las hipótesis conducen a diferentes escenarios. Pero la realidad es que con la gripe siempre hay elementos que te pueden sorprender y que pueden ir en contra de la lógica y puede ser que aparezcan nuevos elementos más difíciles de ser cubiertos.
Factores de riesgo y gravedad
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aproximadamente el 90% de las muertes, así como entre el 50 y el 70% de las hospitalizaciones relacionadas con la gripe, ocurren entre las personas de 65 años o más.
»Cuando eso les pasa a personas de edad avanzada o a quienes tienen enfermedades preexistentes, las tasas de mortalidad pueden ser de entre un 10 y un 20%, a pesar del hecho de que tenemos disponibles buenos antibióticos’‘, explica el Dr. William Schaffner, profesor de medicina preventiva y enfermedades infecciosas del Centro Médico de Vanderbilt University y director médico de la National Foundation for Infectious Diseases.
Los adultos mayores son menos propensos a tener fiebre, una señal de que el cuerpo está desarrollando una respuesta inmunitaria. Más aún, las vacunas no funcionan igual de bien a medida que envejeces. Y los adultos mayores son más propensos a tener otros problemas de salud, como una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, una enfermedad del corazón, obesidad y diabetes, que empeoran la gripe y sus consecuencias.
La gripe misma puede ser mortal para pacientes vulnerables debido a sus problemas de respiración y a la deshidratación. Pero las complicaciones como la neumonía son las que de verdad causan la muerte. Comienza con inflamación. »El cuerpo se inflama debido a la gripe, para combatir la infección», afirma Schaffner.
Eso causa las molestias, los dolores y las dificultades para respirar. El virus de la gripe también se adhiere a las células que revisten las mucosas en la nariz, la parte de atrás de la garganta y los bronquios, y las infecta, explica Schaffner. Por lo general estas células expulsan del cuerpo los virus infecciosos a través de la nariz o la boca, o la persona se los traga.
Pero cuando las células están afectadas por la gripe, permiten que las bacterias se deslicen hasta los bronquios y desencadenen una infección secundaria en los pulmones. Lamentablemente, estar acostado en la cama hace que las personas, en particular quienes tienen la salud más delicada, sean más sensibles a la neumonía.
Y la situación puede empeorar a partir de ahí. Cuando aparece la infección, las bacterias pueden obstruir los sacos de aire en los pulmones. Eso no solo dificulta la respiración, sino que también puede permitir que las bacterias escapen al torrente sanguíneo, causen una infección conocida como sepsis y, a la larga, lleven a una insuficiencia orgánica.
Incluso después de que te recuperes de la gripe, podrías no estar fuera de peligro. La inflamación relacionada con la enfermedad también puede afectar varios sistemas de órganos de manera independiente, al igual que la forma en que los expertos han visto que los síntomas de largo plazo persisten en los pacientes con COVID-19 durante semanas o meses.
Cómo protegerte
Los científicos aún no saben asegurar qué medidas de Salud Pública fueron más efectivas para erradicar la gripe esta temporada, pero sí destacan la relevancia de comportamientos y soluciones con fármacos como:
- Uso de mascarillas
- Lavado frecuente de manos
- Incremento en las coberturas de vacunación en todo el mundo
- Vacunarse contra la neumonía
- Hay dos medicamentos antivirales para la gripe que actualmente se recomiendan para la prevención y el tratamiento: el zanamivir y el oseltamivir.
N.F. EN GRANADA HOY
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