El tráfico marítimo engloba todas aquellas operaciones de transporte de mercancías por vía marítima o fluvial bajo leyes internacionales

El tráfico marítimo engloba todas aquellas operaciones de transporte de mercancías que se realizan por vía marítima o fluvial. Dos terceras partes de la superficie terrestre están cubiertas por agua, y desde las civilizaciones antiguas el ser humano se ha servido del transporte marítimo para comerciar alrededor del mundo. Actualmente, el 80% del comercio internacional se lleva a cabo por mar: es la forma más rentable, segura y eficaz de transportar grandes cantidades de mercancías de un punto a otro del planeta. Se trata de un círculo, pues las características favorables del transporte marítimo promueven el comercio internacional, y el comercio a su vez permite invertir más en los costes y la seguridad de los intercambios marítimos.

La Organización Marítima Internacional, creada en 1948 en el marco de la ONU, establece normas sobre seguridad y protección marítima, entre ellas medidas para combatir la piratería, y de prevención de la contaminación, acordadas y aplicadas por los distintos países en igualdad de condiciones. De esta manera se asegura que el tráfico marítimo cuente con leyes internacionales unificadas, en lugar de leyes nacionales que podrían contradecirse unas a otras, para el conjunto de sus 174 Estados miembros.

Los puertos y rutas más importantes están en Asia

Los puertos más importantes se localizan sobre todo en Asia-Pacífico, especialmente en China. Algunos ejemplos son los de Singapur, Shanghái o Hong Kong, la mayoría enfocados hacia la exportación de productos manufacturados en países asiáticos. A su vez, entre los principales puertos de importación destacan en Europa los de Róterdam, Amberes y Hamburgo, así como los de Algeciras y Valencia en España, y en Norteamérica los puertos estadounidenses de Los Ángeles, Nueva York y Savannah. Sean de origen-destino o de tránsito, a estos puertos llegan mercancías a granel —grano, carbón, madera, alimentos, petróleo, gas natural o gasolina—, o en contenedores estandarizados a nivel internacional.

 

Las rutas marítimas más relevantes son aquellas que conectan los puertos principales entre Asia, Europa y Norteamérica. También destacan las rutas que transportan petróleo y gas, y que parten desde los puertos del golfo Pérsico hacia Europa y Asia. Muchas de estas rutas pasan por los llamados choke points o ‘puntos de estrangulamiento’, que permiten acortar las distancias. Los canales de Panamá y Suez, o los estrechos de Gibraltar, Bab al Mandeb, Ormuz, Bósforo, Dardanelos o Malaca son algunos ejemplos. Con el deshielo del Ártico, además, se están abriendo nuevas rutas marítimas permanentes, como el pasaje del Noreste o la ruta central del Ártico, que permitirían reducir aún más los tiempos y costes de tránsito.

Más que importancia, dependencia

El transporte marítimo es clave para el crecimiento económico de un país. Sin embargo, que genere tanta dependencia compromete al comercio internacional si surge un problema. Fue lo que ocurrió entre el 23 y el 29 de marzo de 2021, cuando uno de los portacontenedores más grandes del mundo, el Ever Given, quedó encallado en el canal de Suez. Esta ruta ha sido vital para la economía global desde su inauguración en 1869: conecta el mar Mediterráneo con el mar Rojo, permitiendo el paso entre Europa, Oriente Próximo y Asia. Evita así tener que rodear África, lo que recorta unos 10.000 kilómetros de trayecto.

Solo en 2020 pasaron por el canal de Suez cerca de 20.000 embarcaciones, un 12% del comercio mundial. De hecho, se calcula que el incidente le ha costado al comercio internacional entre 6.000 y 10.000 millones de dólares por cada día de bloqueo. Asimismo, el sector más perjudicado ha sido el de la materia prima más comercializada, el petróleo, que tuvo un pico temporal de precios del 6%. A ello se suman los perjuicios causados a consumidores que no recibieron sus productos a tiempo.

foto: Fuente: Pxhere
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