Rusia y China dictan
Si alguien sabe interpretar Rusia, esa es nuestra compañera Pilar Bonet. Durante décadas corresponsal en Moscú para este periódico, ha sido y es una de las periodistas más respetadas cuando se habla del Kremlin.
Allí dentro también es referente, sobra decir. El devenir de la organización rusa Memorial es una de las cosas que siempre han preocupado a esta reportera. Este martes, el Tribunal Supremo ruso ordenó el cierre de la ONG, dedicada desde hace más de 30 años a denunciar los abusos de los derechos humanos en la Rusia de hoy, y también en la que pilotaba aquella unión de países bajo el paraguas soviético, la URSS. Esto dice Pilar en el texto que publicamos este mismo jueves: «El cierre de la organización Memorial (…) es parte de un entramado de decisiones mediante las cuales Rusia se reconfigura como Estado autoritario. En el rumbo dirigido a controlar no solo el presente, sino también el pasado y el futuro del país».
Rusia autoritaria. Pero lo de Memorial no es un caso aislado. Nuestro colega en Moscú Javier G. Cuesta habla de otras organizaciones civiles perseguidas por el Kremlin, algunas, como el proyecto periodístico OVD-Info. Y todo esto cuando se cumplen tres décadas de la caída de la URSS. La actual corresponsal del diario en la capital rusa, María R. Sahuquillo, está trabajando en una laboriosa serie sobre este aniversario. Aquí os dejo sus últimos artículos:
- Osetia del Sur y Abjasia, el ancla de Rusia en Georgia.
- Armenia aumenta su independencia de Rusia tras la guerra de Nagorno Karabaj.
- Moldavia se acerca a la UE pese a las presiones del Kremlin.
- Ucrania se enroca ante la amenaza rusa.
Dicho todo esto, de un modo u otro, le guste o no al lector, Rusia es protagonista en gran medida de la atención mediática. Seguro que algo de autocrítica podríamos hacer, aunque no en coberturas como la del cierre de organizaciones civiles independientes. En cualquier caso, Vladímir Putin ha sabido colocar su relato –incluso poninedo en cuestión el cierre de la Guerra Fría e insistiendo en conversaciones sobre seguridad con Washington–, esto de lo que hablaba en el boletín de la pasada semana, y no insistiré más. No solo él; también la China de Xi Jinping está hablando alto. Ahora vamos con eso, pero cierro el apartado ruso con una cita que seguiremos sin duda este jueves, la conversación entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y Putin.
China. Antes de viajar a Pekín, os pego la columna escrita en relación con todo esto por Lluís Bassets a cerca de la relación entre China y Rusia precisamente:
Este miércoles despertamos con la redada de uno de los últimos medios prodemocracia que quedan en Hong Kong, Stand News –hace seis meses fue Apple Daily–. Bueno, quedaban, porque el portal de noticias echó el cierre tras la operación policial. Fue detenida su cúpula directiva, incautados teléfonos, ordenadores, más de 64.000 dólares… 24 horas después sabemos algo más de la acusación formal: conspiración para realizar una publicación sediciosa.
La sombra de China es clara, pero al gigante asiático no le tiembla el pulso. La Unión Europea, Estados Unidos y Canadá han criticado las acciones emprendidas contra este medio, y Pekín se ha defendido. Este jueves, el portavoz de Exteriores Zhao Lijian calificó de irresponsables estas críticas y afirmó que la «libertad de expresión no va a servir de refugio a actividades criminales».
No nos olvidamos de Afganistán. Entono el mea culpa en la ausencia en los últimos envíos de información sobre el Afganistán de los talibanes. Y eso que hemos estado allí de nuevo. Repasad la serie de reportajes bajo la firma de Ángeles Espinosa. En su último texto, la corresponsal cuenta desde Herat cómo la llegada de los integristas ha espoleado el trabajo infantil y los matrimonios de niñas. Rescato un párrafo: «Miran Jan, de ocho años y mirada huidiza, cuenta que les pagan 20 afganis (17 céntimos de euro) por kilo [de desechos para reciclar]. Es el mayor de cinco hermanos y así ayuda a su padre, que recoge leña, pero no gana suficiente para mantenerlos a todos».
Mujeres. Cambio radicalmente de tercio, o eso creo, con dos joyas que dejaron el fin de semana, en el que nos batimos con especial esfuerzo. Primero un perfil elaborado por nuestra compañera en Londres Eva Millán sobre la última «ambición rubia» de la bancada tory de Westminster. Se llama Liz Truss, es la titular de Exteriores y nueva responsable del diálogo con Bruselas sobre el Brexit. Os dejo un pequeño detalle para que os adentréis en este artículo: «[Liz Truss] es comparada desde hace años por la prensa del Reino Unido con Margaret Thatcher y ella, extremadamente sagaz a la hora de identificar motores para propulsar su meteórica carrera, aprovecha cada oportunidad para alimentar el mito».
Y acabo recomendando el artículo que llevamos a nuestras páginas este lunes en el que nuestra compañera en São Paulo Naiara Galarraga Gortázar escribió sobre las dos únicas ministras del gobierno del ultraderechista y antifeminista Jair Bolsonaro, Damares Alves y Tereza Cristina Dias, fundamentales para quizá optar a una posible reelección el próximo año.
ÓSCAR GUTIÉRREZ
Putin, el segundo por la derecha, en un partido de hockey de veteranos este miércoles en San Petersburgo. / MIKHAIL KLIMENTYEV