El cine no es solo cine
El legislador ha reparado en que el cine no solo es cine. Que hay más escenarios para hacer brillar el talento creativo de nuestros artistas
Acaba de aprobarse el nuevo anteproyecto de la Ley del ¿cine? No, no solo de cine
Ya llevamos un tiempo en el que el consumo audiovisual que hacemos en España y en el mundo excede del de la gran pantalla. No solo por el Covid, pero ahora también por el Covid. Esto último ha venido a empeorar el negocio de las palomitas, pero la calidad cinematográfica que ahora vemos en la televisión es mucho más reseñable que años atrás. Y eso ha hecho que esa mayor oferta que ahora tenemos los espectadores (series, originals, documentales -no voy a comentar las cifras de visionado de ‘Soy Georgina’-) no solamente se amplíe, sino que se mejore en su calidad.
Si alguna vez han estado en un rodaje de un largometraje audiovisual, sabrán que en un día entero pueden rodarse, igual cuatro minutos de película, por ejemplo. Filtros, luces, enésimas tomas, ángulos. En las series, hace años, se rodaba mucho más metraje (definitivo) al día porque no se requería tanta calidad visual, por ejemplo. Pero la pequeña pantalla y las plataformas cada vez exigen más, con sus series u originals. Es un más y mejor continuo.
Esto significa que el cine ya no solo es «cine de sala y palomitas». Ahora tenemos un gran abanico de oferta audiovisual y es lógico que la nueva Ley del Cine, o su proyecto, busque proteger un elenco más amplio de la cadena de valor. Entre las líneas destacadas del texto legislativo se establece que vaya a incentivarse con ayudas públicas no solamente a las películas que irán a salas, sino también a otras obras audiovisuales. Ahora queda que el legislador fiscal se haga eco de las definiciones que se den en esta ley cuando sea definitiva.
Es importante que en los incentivos fiscales del impuesto sobre sociedades (que pueden venir a financiar una cuarta parte de un proyecto, ni más ni menos) recojan el guante: el incentivo fiscal ya protege a las series, pero, por ejemplo, no se incentiva a los largometrajes que no se estrenan en sala (salvo un periodo transitorio que, durante la pandemia, permitió acoger al incentivo las películas sin estreno: ese periodo transitorio acabó… pero el Covid, no… con lo que el miedo a las salas persiste, pero en fin).
Una cosa son las ayudas y otra los incentivos fiscales. Y de ambas ha de nutrirse una producción para ver la luz
Es decir, las TV ‘movies’ y los ‘originals’ de las plataformas no tienen incentivo fiscal. Y también hay dudas sobre si son incentivables determinados programas que se emiten y que cada vez tienen más carácter audiovisual. Todo esto debería cambiar, si la propia Ley del Cine reconoce que también hay que proteger este tipo de obras. En definitiva, el incentivo fiscal se nutre de la legislación sustantiva. Responde a una necesidad vista por la administración de que, efectivamente, hay que apoyar al sector audiovisual con un espectro más horizontal (no solo al cine, sino al resto de obras audiovisuales) y también vertical (no solo cuando se concreta la producción, sino también cuando se idea).
Así, al menos en este punto (que habrá que ver cómo se concreta) avanzamos. También hay otros asuntos que se flexibilizan (depósito de copias en filmoteca, calificación por edades) que ayudarán a relajar plazos y trámites a los productores y que, por tanto, también habrán de eliminarse como requisitos para obtener a veces la deducción fiscal. En definitiva, el legislador ha reparado en que el cine no solo es cine. Que hay más escenarios para hacer brillar el talento creativo de nuestros artistas. Aun así, como recomendación personal y aunque Dorothy dijera en Oz que «there is no place like home», la sala de cine sigue siendo un escenario grandioso, para ver las películas grandiosas.
Por Alfonso del Río