‘Guantá’ a los políticos granadinos

Me acordaba de esa máxima el pasado lunes, al ver las informaciones y las fotos que me llegaban desde el Ave María, en la Cuesta del Chapiz, donde se reunió una amplia representación del empresariado de la provincia para dar un puñetazo en la mesa y gritar que ya está bien.

La idea de posar frente a la Alhambra y conseguir de esa manera una foto icónica, la que ayer ocupaba la portada de IDEAL, fue excelente. El monumento más famoso y conocido de España servía para mostrar el descontento de los empresarios y autónomos que contribuyen a generar riqueza y empleo en la provincia.

Quienes no estaban eran los políticos. Y no sería porque no lo intentaron, los unos y los otros. Pero no se les franqueó el paso. Nadie quería volver a escuchar esos discursos vacuos y vacíos repletos de promesas sistemáticamente incumplidas, excusas y críticas a los partidos rivales. No más retórica. Que hablen las acciones y los logros conseguidos. Ya no se les considera parte de la solución. Lamentablemente, empiezan a formar parte del paisaje, cuando no del problema.

Ya está bien de que las conexiones con Granada estén tan mal. Se acabó la broma. Que sigan convocando a la Mesa del Aeropuerto, la del Ferrocarril y, si quieren, hasta la del Batiscafo. Porque, si no hay soluciones a corto plazo, los empresarios están dispuestos a llevar sus protestas fuera de Granada y hacerlas visibles y audibles en otros foros.

Lo del lunes fue una ‘guantá’ a mano abierta a la clase política granadina en su conjunto. Por su inoperancia. Por su dejadez. Por su falta de peso donde se toman las decisiones. Por su invisibilidad en Sevilla y Madrid.

En esto deberíamos ir todos a una. Las cifras cantan por soleares: Granada sigue ocupando los puestos de cola europeos en las diferentes variables macroeconómicas: riqueza, renta y empleo. La sensación de hartazgo es insoportable, que no se puede pelear en igualdad de condiciones cuando no tienes las mismas armas que tus contendientes. Que tomen nota en Sevilla y en Madrid los líderes de PP, PSOE y Unidas Podemos. O empiezan a tomarse en serio a Granada o en las próximas citas con las urnas se van a encontrar con una (o dos) morrocotudas sorpresas. Que luego no salgan con cara de pasmo, haciéndose los sorprendidos y los indignados, criticando a la gente por votar mal.