Bajar impuestos
El debate no debe girar en bajar impuestos, sino en cómo mejorar el sistema impositivo para hacerlo más progresivo.
En el debate político de la era tecnológica abundan los mensajes cortos en los que se dice lo que el receptor quiere oír. El lema “bajar impuestos” representa bien este tipo de mensaje, en el fondo falaz ¿Quién no quiere pagar menos impuestos? Sin embargo, cualquier persona sensata debe hacerse dos preguntas tras escuchar ese eslogan. La primera es si en España se pagan muchos impuestos y la segunda se refiere a las consecuencias.
Los ingresos fiscales en España constituyen el 35% del PIB. Son 6 puntos menos que la media europea. En realidad, España es uno de los países de la Unión que menos recauda porcentualmente con los impuestos. Sólo Irlanda (un paraíso fiscal encubierto), Rumanía, Bulgaria, Malta o los países bálticos están por debajo de España. Hasta Polonia y Hungría tienen más ingresos fiscales que España. Y no digamos Alemania (41,7%), Italia (42,6%), Francia (47%) o los países escandinavos.
Pero la segunda pregunta me parece aún más importante. Con los ingresos fiscales se sufragan los servicios públicos de educación, sanidad o servicios sociales, se arreglan carreteras o se construyen edificios públicos. Como no se puede soplar y sorber al mismo tiempo, la reducción de los ingresos fiscales afecta directamente a estas actuaciones. La solución para algunos es adelgazar al Estado. Si se privatizan estos servicios, se reducen los gastos y el dinero queda en los bolsillos de las familias para pagarse la sanidad, la educación o la seguridad que quieran (que puedan, obviamente). El resultado de ese modelo son sociedades profundamente desiguales, como vemos en América, norte y sur, o en el sudeste asiático. En Europa se ha optado por intentar construir sociedades más justas e igualitarias en las que los poderes públicos garantizan los servicios básicos y. para ello, son necesarios los impuestos.
Por tanto, un debate serio no debe girar sobre bajar impuestos sino sobre cómo perfeccionar nuestro sistema impositivo para hacerlo más progresivo y reducir la brecha fiscal. En el primer sentido, hasta Biden ha sostenido que las rentas más altas deben pagar más. En España, la mayor parte de los ingresos fiscales proceden de las cotizaciones sociales mientras hay quien defiende que se pueden recibir millones de euros por una herencia sin tributar nada. Por otro lado, también es cierto que existe una brecha entre la recaudación potencial y la real por parte del Estado. Hay que luchar, por tanto, contra el fraude fiscal y la economía sumergida. En definitiva, no se trata de pagar menos impuestos sino de pagar todos y más el que más tiene.