Alumnos del IES Federico García Lorca sorprenden con un flashmob, a ritmo de ‘Todo va a cambiar’, a los paseantes de la plaza, entre los que estaban los auténticos Niños Mutantes

«Todo va a cambiar, todo va a cambiar. Todo va a cambiar, todo va a cambiar. Todo va a…». Bastan 4 minutos y 35 segundos para que todo cambie. En Bib Rambla, este viernes a mediodía, la vida era igual que siempre: paseantes con la vista perdida en el móvil, el acordeón de fondo entre los cafés y los churros con chocolate, turistas congregados alrededor de un paraguas y un vendedor de cupones que tiene premio seguro.

Y entonces, a las doce y tres minutos, bajo un sol brillante, todo, absolutamente todo, cambió. Trescientos niños y niñas entraron a toda velocidad en la plaza, como si fuera una enorme partida al escondite y corrieran a gritar ¡casa! Salen disparados del Arco de las Cucharas, de Salamanca, de Príncipe, del Zacatín y del resto de calles aledañas. Visten de negro, con unos guantes azules, y de fondo suena la canción ‘Todo va a cambiar’, de Niños Mutantes. Y ellos, los Niños Mutantes, los de verdad, sonríen sin remedio en mitad de la plaza.

 

Momento del flashmob. / RAMÓN L. PÉREZ

«El futuro ha llegado a esta ciudad. Hazle sitio en tu casa, se quiere quedar…». Los 300 niños mutantes ocupan toda la plaza, ante la mirada atónita de un público inesperado. Al son de la melodía, la compañía baila durante 4 minutos y 35 segundos una hermosa coreografía que paraliza el mundo. La imagen es poderosa y arrebatadora. «Estamos emocionados, joder, te lo digo de verdad. Nos vamos con las pilas cargadas al estudio», dice Juan Alberto, de los Mutantes, que no sale de su asombro. «’Todo va a cambiar’ es una especie de oración -sigue el músico-. Habla de esperanza, de cómo en tiempos duros hay que creer en un momento y un futuro mejor».

«Estamos emocionados, te lo digo de verdad. Nos vamos con las pilas cargadas al estudio»

La canción llega a su final, «al menos estás vivo, al menos estás vivo», y los niños de la plaza estallan en una algarabía y un aplauso que levanta un tsunami de vellos en punta. Y así, tal y como llegaron los trescientos, pluf, se van.

R. L. PÉREZ

«¿Quiénes son estos artistas?», pregunta una señora. Son trescientos alumnos del IES Federico García Lorca, de Churriana, y han tomado la plaza como colofón de una actividad en la que llevan trabajando meses. Raúl Jiménez, profesor de Educación Física, es el impulsor: «La idea surge por la semana de la ciencia. Llevamos cuatro años montando un gran despliegue y todos los departamentos del instituto hacemos una contribución especial. Este año, la semana estaba dedicada a los avances tecnológicos, a cómo la tecnología cambia el mundo. Y eso es lo que queríamos contar con el flashmob».

«¿Y qué es un flashmob?», cuestiona la señora, interesada. «Es la ocupación de un espacio público de forma sorpresiva mientras se hace algo -dice Jiménez-. En nuestro caso, una coreografía con la canción de los Niños Mutantes, ‘Todo va a cambiar’».

Paco Moral, director del IES Federico García Lorca, no se quería perder el espectáculo: «Esto es una oportunidad buenísima para que el alumnado desarrolle un montón de destrezas y para expresar un sentimiento de que todo puede mejorar. Esa es la consigna. Me siento muy, muy orgulloso de todos ellos». Los alumnos rondan los 13 años, como Pablo, que ha disfrutado muchísimo: «La gente ha aplaudido y se han quedado impresionados -explica-. ¿Y cuál es el motivo de todo esto? Reivindicar un futuro mejor, sin pandemias ni guerras ni cambios climáticos. Expresar que confiamos en que en un futuro, gracias a las tecnologías, pueda ocurrir como en la canción y que todo pueda cambiar».

«Esto es una oportunidad buenísima para expresar un sentimiento de que todo puede mejorar. Esa es la consigna»

Alba sigue las instrucciones de los 17 profesores que han participado en el flashmob. «Hemos ensayado muchísimo, en Educación Física. ¡No me esperaba tanta gente!». Y Marta, como el resto, pega botes de alegría: «Es un trabajo cargado de cosas, muy emocionante, que nos ha costado organizar. Y ha merecido la pena».

 

R. L. P.

Con la marea calmada, Juan Alberto Martínez, Andrés López y Miguel Haro, de los Niños Mutantes, se sientan en mitad de Plaza Bib-rambla y los niños y niñas les arropan en un enorme abrazo. Rocío López, profesora de gimnasia, coge un micrófono y habla para ellos, para los curiosos, para Granada y para el resto del mundo: «¡Son alumnos y alumnas del IES Federico García Lorca de Churriana! ¡Están aquí porque quieren que el mundo cambie! ¡Quieren que el mundo vaya mejor!». La ovación es mágica y todo va cambiar, todo va cambiar. Todo va a cambiar, todo va a…

Antes de que todo cambiara, antes del flashmob, mientras los niños estaban escondidos por las calles y los profesores preparaban todo en la plaza, los Niños Mutantes llegaron y saludaron a Raúl Jiménez muy agradecidos. Al mirarse cara a cara, Miguel Haro señaló al profesor y exclamó sorprendido: «¡Raúl! ¡Pero si eres Raúl!». Raúl, con los hombros en alto, asintió para recibir el abrazo sincero. «Fuimos juntos al colegio, pero no les dije quién era. Han venido por ellos -Jiménez rodea la plaza con los brazos-, por los niños».

JOSÉ E. CABRERO

foto: 300 alumnos del IES Federico García Lorca, de Churriana, con los Niños Mutantes, en Bib Rambla, tras el flashmob. / RAMÓN L. PÉREZ

https://www.ideal.es/granada/ninos-mutantes-toman-granada-20220429134101-nt.html

 
 
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