Trece agricultores, abanderados por Anita La Cortijera, crean su propio negocio online de venta directa al consumidor para dar valor a sus productos

Juan Torres (33 años) cultivaba calabazas en Bolivia. Cuando emigró a España para buscarse la vida como jornalero en el campo granadino descubrió que las calabazas de aquí son aún más resistentes y más sabrosas que las de su país. Ahora las cultiva en sus propios terrenos en Baza con absoluta dedicación y cariño, sin mirar el reloj, ni si es domingo, con la ilusión de vivir de su trabajo. Pero el esfuerzo y la calidad del producto no son garantía de recompensa. A Juan se le parte el corazón cuando tiene que dejar las calabazas sin recoger, como abono para el terreno, porque no le pagan ni lo que cuesta producirlas.

Su frustración la comparten Enrique Maroto y José Román, jóvenes del Valle de Lecrín que compaginan sus trabajos con el campo para sacar adelante las fincas de sus familias pero luego ven cómo el mercado no valora sus naranjas o mandarinas por más ecológicas y buenas que sean. Y en las mismas está Julián Sánchez, de Baza, que a sus 74 años se declara «enemigo de los venenos» y no encuentra en los lineales espacio para sus productos 100% ecológicos porque el mercado «solo mira el precio».

Anita ‘La Cortijera’ vende aceite, Juan calabazas y Dani ajos. / Ramón L. Pérez

Para acabar con esta dinámica perversa del mercado que arrolla a los pequeños productores y les impide fijar precios dignos ha nacido Farmers Farm (la granja de los granjeros), un negocio de venta online que comercializará desde hoy la producción de trece agricultores y artesanos granadinos, principalmente de los pueblos del Altiplano.

La plataforma digital elimina a los intermediarios y enviará los limones, la miel, el queso o las calabazas de estos productores directamente desde Baza al cliente final. Pero Farmers Farm pretende ser mucho más que un pequeño Amazon que garantice precios justos a los que venden y quiere poner el foco de atención en los granjeros y artesanos dando a conocer su trabajo y su papel «como responsables de la alimentación y de nuestra salud».

Julián Sánchez vende vino y sus nueces ecológicas. / Ramón L. Pérez

«No nos gusta hablar de mercado de productores ni supermercado online porque se pierde la esencia de lo que somos, gente de campo que vive dedicada a su trabajo, que con un esfuerzo inmenso sacan adelante sus cosechas. Eso tiene un valor que el comprador tiene que conocer», explica Ana María Martos, más conocida por sus 66.000 seguidores como Anita La Cortijera.

La importante agro influencer de 19 años es una de las trece productoras que venderá en esta plataforma web y abandera el proyecto. El reto es lograr que el consumidor esté dispuesto a pagar por estos productos de calidad cuando conozca, a través de los vídeos del día a día de los productores que se subirán a l web, los meses de trabajo que se necesitan para sacar adelante una naranja o el trabajo artesanal de las colmenas.

«Ni el sabor ni lo que te metes en el cuerpo es lo mismo, hoy en día la gente no sabe lo que come», asevera Julián Sánchez, que venderá su vino y sus nueces ecológicas en Farmers Farm.

El lugar que merecen

«Además, queremos darle a cada uno el lugar que merece y por eso solo hay un productor por categoría, porque es único y tiene nombre propio», apunta Anita Martos. Los ajos son los de Dani Moya de Freila, la etiqueta del queso lleva el nombre de Mari Carmen Agudo, de Baza y las conservas las elaboran con amor los trabajadores con diversidad funcional de la Asociación Esperanza, de Benamaurel.

Carlos Quirante, gerente de la Asociación Esperanza, que comercializará sus conservas a través de Farmer Farm. / Ramón L. Pérez

Anita cuenta que esta «granja abierta al mundo» nace para empoderar al primer eslabón de la cadena alimentaria y darle coherencia al concepto de sostenibilidad. «Queremos que sea un lujo accesible disfrutar de productos con nombre propio, directos de nuestro campo». reivindica.

«Es como ir a la tiendecita de tu barrio y que el tendero te cuente que tiene en oferta los limones de Enrique o te recomiende llevarte unos chocolates porque a María José le han salido buenísimo», explica entusiasmada.

Mari Carmen Agudo, de Baza, es la productora de quesos de esta granja digital. / Ramón L. Pérez

La sede de este ultramarinos digital está en el edificio de la antigua ITV de Baza, que se ha equipado como un negocio de venta online, con cámaras de frío y toda la infraestructura logística para hacer posible los envíos. Todo, desde los envases de cartón hasta las etiquetas artesanales con una ilustración de cada agricultor, se ha cuidado al detalle.

Juan Torres, productor de calabazas, en las instalaciones de Farmer’s Farm. / Ramón L. Pérez

La apertura del nuevo negocio ha supuesto por tanto una importante inversión de la que se ha hecho cargo una familia de la zona, que ni siquiera quiere que aparezcan su nombres. Simplemente dicen que saben lo que es empezar de cero y ahora quieren ayudar a los pequeños productores a vivir de su trabajo y crear riqueza en el territorio.

«A mi me han salvado la vida porque voy a poder trabajar con total flexibilidad, cuidar a mi madre y criar a mis hijos», dice emocionada Susi Trujillo, que se encargará de preparar los pedidos. En la víspera del estreno de la web en la empresa se respira ilusión y se reparten abrazos y ánimo. «El campo es un sitio que tiene problemas sí, pero también es una fuente enorme de recursos. Solo necesitamos nuevas herramientas para aprovecharlos. Todos nos hemos echado adelante y queremos mostrar la valentía de los agricultores. Creo que nos va a ir muy bien», sonríe Anita

MERCEDES NAVARRETE

FOTO: Los productores posan en la sede del nuevo negocio, en el edificio de la antigua ITV de Baza. / Ramón L. Pérez

https://www.ideal.es/granada/provincia-granada/amazon-granjeros-altiplano-20220513214035-nt.html

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