El amor en España: jóvenes más abiertos y mujeres más empoderadas (2ª PARTE)
Millenials, los solteros más sufridores
Carmen tiene 75 años. Hace siete que se quedó viuda, cuando su marido, Marcos, enfermó de cáncer. Su salud se agravó deprisa, sin remedio, y juntos cruzaron el final. Ella no ha vuelto a estar con nadie y no quiere estarlo. Desde entonces ha ido colocando su amor, aquel que dirigía a Marcos, en otras cosas. Va a clase de castañuelas, a veces a dos clases en un solo día, una por la mañana y otra por la tarde; viaja más que nunca y echa las horas con sus amigas en charlas de café. Ha llenado su tiempo de otras cosas y dice no sentirse sola, aunque a veces le asalten los recuerdos y, sentada al lado de Brais, que pronto cumplirá los 27, los ojos le vibren un segundo de emoción y parezca que vuelve a estar con Marcos.
Brais es, según los datos, el reverso perfecto de Carmen. Es Millenial, la generación que vive con mayor disgusto la soltería. Los Millenials, nacidos entre 1981 y 1996, son los más emparejados de todos. Solo el 23,2% están solteros y la mayoría no querrían estarlo. De hecho, son quienes menos declaran disfrutar de su soltería. Les gustaría tener pareja, pero creen no haber logrado encontrar a la persona adecuada.
“Yo estoy abierto a encontrar el amor, pero lo primero es estar bien con uno mismo”, dice Brais, que no vive con ansiedad su soltería porque quiere primero amarse para poder amar a otros. La suya es la generación que más se ha servido de internet para encontrar pareja. El uso de aplicaciones como Tinder facilita ligar y tener encuentros sexuales, todos los grupos edad comparten mayoritariamente esta idea. Pero, a la vez, todos coinciden en creer que encontrar una pareja estable hoy es más difícil que antes y el grupo de amigos y conocidos sigue ganando a las apps como fuente de parejas potenciales.
La precariedad que ha golpeado crisis tras crisis a los ‘Millenials’ está, para Brais, al menos en parte, detrás de algunas de estas sensaciones. “Tengo 27 años y aún a día de hoy tengo que recurrir a mi madre” para pedirle dinero. Eso precipita a veces los proyectos de vida, “hace que a mi generación le entre la prisa”. Y en esta dinámica de la velocidad, la satisfacción no siempre aparece tan deprisa y con tanta intensidad como desean y el consumo emerge también como definición de las relaciones humanas.
“Sabes que tienes muchas más opciones a las que acceder”, cuando algo falla con alguien. Que pueden volver a casa y encontrar a otra persona. “Somos un poco hijos de la sociedad de consumo en ese sentido. Moda rápida y consumes también el amor rápido”, indica Brais. Y aún así, ellos, como todas las generaciones, siguen tratando de encontrar el amor de su vida.
Quererse viviendo separados
“Tengo pareja desde hace 10 años y cada uno vive en su casa”, explica Inma, que tiene 52 y dos hijas de una relación anterior. Tiene muy claro que quiere a Andrés y todo funciona a la perfección, pero se siente bien en su casa “con mis manías y con mis cosas”. Pasan todas las horas que el trabajo les permite juntos y se separan para irse a dormir, salvo los fines de semana.
La de Inma es una manifestación muy evidente de un cambio social, de una toma de conciencia alimentada por el feminismo. Ella comenzó a ser más consciente del valor de su independencia cuando rompió su matrimonio. Los datos del estudio de 40dB muestran que las mujeres, especialmente a partir de los 50 años, son el grupo menos dispuesto a hacer sacrificios por la pareja. Es así pese a que declaran un mayor compromiso, dan más importancia a las relaciones exclusivas y a la fidelidad.
“Creo que es un efecto muy claro de los tiempos de hoy. Aunque la forma de vivir el amor sea similar a la de nuestros abuelos, porque seguimos prefiriendo la monogamia, las mujeres han puesto muchos más límites de los que ponían antes”, explica la máxima responsable de la encuesta, la socióloga Belén Barreiro.
Monogamia en tiempos de poliamor
La Generación X, entre 41 y 56 años, tiene una alta tasa de matrimonios y al mismo tiempo son el grupo que más favorable se muestra a las relaciones abiertas o poliamorosas. La posibilidad de abrir la pareja ha entrado mejor en ellos que la de abrir su orientación sexual, más normativa. Sin embargo, y pese a la aparición frecuente en la vida pública de otros modelos, prefieren muy mayoritariamente la monogamia.
De hecho, el 93,3% de los españoles, independientemente de su edad, desea tener una relación exclusiva y cerrada con su pareja. Los X se han conocido sobre todo a través de su grupo de amigos, en el bar o en la discoteca, aunque no faltan tampoco quienes han utilizado internet para encontrar pareja.
El estudio les considera solteros exigentes, porque la mitad de los que lo están no desean dejar de estarlo y porque quienes tienen pareja actualmente la puntúan más bajo que otras generaciones. De media, la Generación X pone un 7,9 sobre 10 a su actual amor; frente al 8,5 de los Z; el 8,2 de los Millenials; y el 8,1 de las parejas más mayores.