La pasión del rey por las medicinas alternativas Habla el catedrático Edzard Ernst «Carlos III es un enemigo de la ilustración; la ciencia le da igual»
El médico inglés Edzard Ernst conoce bien al nuevo rey británico… por sus peleas. Han discutido sobre la homeopatía y otras medicinas alternativas, que Carlos III promueve.
Edzard Ernst. Carlos ha sido durante décadas el defensor más influyente de las medicinas alternativas. Le traen sin cuidado los estudios científicos que, en su mayoría, han demostrado que estas terapias son inútiles o incluso peligrosas. En líneas generales, la ciencia le da igual. Incluso ha llegado a decir que está orgulloso de que lo tachen de enemigo de la Ilustración. Esta hostilidad hacia la ciencia está presente en todo su pensamiento. Ahora es el rey y es importante que se sepa cómo piensa.
XL. ¿Cómo fue su enfrentamiento?
E. E. Al principio, Carlos mostró interés por mi trabajo. Me invitaron a recepciones. Pero enseguida quedó patente que su intención era ayudar a que la medicina alternativa se abriera paso en el Sistema Nacional de Salud del Reino Unido. Le daba igual lo alarmantes que fuesen los resultados de mis estudios o los de mis colegas.
XL. Usted lo ha acusado de vender productos curativos más que cuestionables a través de Duchy Originals, su empresa ecológica.
E. E. Sí, lo llamé ‘vendedor de aceite de serpiente’. Pero el escándalo de verdad fue en 2005. Carlos encargó un estudio para determinar cuánto dinero podría ahorrarse el Sistema de Salud con la medicina alternativa. Yo rechacé participar cuando vi que no se trataba de una evaluación científica.
XL. Se distanció de ese estudio…
E. E. Con la consecuencia de que el príncipe Carlos se quejó de mí a mi universidad. De resultas, se me abrió una investigación que duró trece meses. Al final, la acusación de que había divulgado información interna quedó en nada, pero mi departamento acabó desmantelado. Yo terminé jubilándome. Y los que habían presionado para que me marchara recibieron títulos nobiliarios.
XL. ¿Cómo se convirtió Carlos en defensor de la homeopatía?
E. E. Hace unos 190 años, muchos nobles británicos se hicieron seguidores del médico británico Frederic Hervey Foster Quin que practicaba un tipo de homeopatía y cuyos métodos provocaban menos daños que algunos de los procedimientos curativos más habituales en aquella época, como las sangrías. La familia real sigue conservando esa tradición. La propia reina también tuvo durante años un médico homeópata personal. Pero creo que en el caso de Carlos las inclinaciones esotéricas son más profundas. Es un acérrimo convencido de la homeopatía, incluso trata con glóbulos a las vacas de su finca de Highgrove, pero además es seguidor de otros muchos métodos de las medicinas alternativas, desde el ayurveda, la acupuntura y la osteopatía hasta la pulsología y la iridología.
XL. ¿Cómo pudo el nuevo rey acabar teniendo unas ideas tan, digamos, románticas?
E. E. Creo que esa inclinación por el pensamiento esotérico y su interés por las medicinas alternativas pudieron ser en su día una especie de muestra de rebeldía. Estudió en Cambridge en tiempos de las protestas estudiantiles. Yo también fui a la universidad en esa época y sé que casi todos sentían la necesidad de protestar. Pero ¿qué podía hacer? Era el príncipe heredero, no podía participar en las protestas. Las medicinas alternativas, entendidas como una forma de reacción contra el establishment médico, tal vez le ofrecieron una salida a la que se aferró con entusiasmo. Además, en aquellos años, en los que Carlos se encontraba en plena búsqueda del sentido de la vida, cayó bajo la influencia de Laurens van der Post.
XL. ¿Quién es Laurens van der Post?
E. E. Fue un escritor y aventurero anglosudafricano. A Carlos le apasionaban sus libros desde el colegio. Van der Post guio al joven Carlos, que no había recibido una formación científica sólida ni en sus estudios de secundaria ni en la universidad, por una especie de pensamiento trascendente, espiritual. Para mí, es aquí donde se encuentra el origen de sus ideas esotéricas. Van der Post ejerció una influencia enorme. Carlos lo eligió como padrino de su hijo Guillermo y, cuando el matrimonio con Diana empezó a desmoronarse, intentó mediar entre ellos. Tras la muerte de Van der Post, en 1996, salió a la luz que no solo había sido un embustero, sino que también había dejado embarazada a una chica de 14 años que tenía a su cuidado.
Hay quien se alegra de que Carlos sea rey porque así tendrá que mantener la boca cerrada. Pero no va a renunciar a sus convicciones. Es preocupante que rechace el pensamiento racional
XL. ¿Hasta qué punto puede resultar un peligro para la ciencia tener en el trono de Inglaterra a un enemigo del pensamiento ilustrado?
E. E. Hay gente a la que le alegra que Carlos sea rey porque así tendrá que mantener la boca cerrada. Ahora está obligado a actuar de una forma más diplomática, ya no puede inmiscuirse en ciertos temas como antes. Pero no va a renunciar tan fácilmente a sus convicciones, a su forma de pensar. Resulta preocupante que, como rey que es, rechace el pensamiento racional. Cuando Trump fue elegido presidente de Estados Unidos, muchos personajes oscuros salieron de sus agujeros y empezaron a divulgar sus ideas extremistas… y al final acabamos viendo el asalto al Capitolio. Por eso me inquieta que con Carlos III la hostilidad hacia la ciencia pueda acabar siendo más socialmente aceptable de lo que ya es. Aunque no tenga un poder real y no se le permita opinar sobre muchos temas, en tanto que rey sí puede ejercer una notable influencia.